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Jaume Plensa: Julia, instalación en la Plaza de Colón, Madrid,
en el quicio o alféizar entre 2018 y 2919. AJR |
(Laberinto para salir del año en curso)
I
El tiempo despacio avanza por el espacio del tiempo.
Al decirlo, se detienen las palabras. Me detengo
para dejar que el espacio pase con su tiempo lento
de espacio que no se mide con relojes ni con metros,
sino con voces y líneas: estas que van recorriendo
los ojos con que las miras y el tiempo en que yo las veo
vibrar y abrirse cual flores congeladas. No hay misterio
mayor que este doble acorde que nos concierta a lo lejos:
tú en tu incógnito pronombre, creador de lo que sueño,
yo en mi soñado presente en fuga de espacio y tiempo.
II
Pero existe un tiempo verde recién nacido en mi cuerpo
que avanza en un laberinto cercado por los espejos
de las miradas ausentes y cifrado en el secreto
de lo que el tiempo no alcanza ni hay espacio para verlo
más despacio, a la manera en que Dios, si fuera cierto,
vería lo que es pasado, también lo que se está haciendo,
en el instante preciso de hacerse y en el momento
en que deja de crearse la ilusión de lo que vemos
bajo la apariencia cierta que es, a nuestro entendimiento,
la verdad de lo que pasa en la leyenda del tiempo.
(Metáforas y otras fuentes)