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Maureen O'Hara, nuestra pelirroja favorita. |
(~Para un “duelo” en honor de Maureen O’Hara,
con Miguel Cobo y un su amigo)
La roja pelirroja me sonroja
los pómulos del alma con sus ojos:
mirarla es desear, fiebre en mis ojos
que, al verla, ven que es lumbre rosa y roja
toda la realidad y aún es más roja
la marea que vuela entre los ojos
del que sueña despierto y en los ojos
del que vibra en la noche. La piel roja
de la tribu ancestral y sensitiva
que desnuda sus tótemes al alba
por sentir los sentidos bien despiertos
es un sueño carnal, luz que nos salva,
con su roja pulsión, de la cal viva
que el tiempo siembra en este erial de muertos.