(Hablarle a Borges, 27). Dicen que Borges escribió: «Un hombre soñado por Shakespeare dijo que estamos hechos de la materia misma de los sueños; para los más, este dictamen es una interjección del desaliento o una metáfora; para los metafísicos y los místicos, es la directa enunciación de una verdad precisa».
Tras asentir y hacer examen de criterios y conductas que permitan identificarme con una postura, busco un lugar donde hacer pie y se me ocurre esto: «Dice el ser soñado que el sueño es su materia.¿De qué estará hecho el que sueña al que sueña que sueña? Poner un vaso de agua en la mesilla de noche tal vez ayude a pasar este trago».
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Borges niño con su hermana Norah. |
(Hablarle a Borges, 28). Al parecer Borges dijo o escribió: «Sabía que el presente no es otra cosa que una partícula fugaz del pasado, que estamos hechos de olvido». Y al filo de ese hilo se me ocurre que «No es quizás lo más extraño, ni lo menos consolador, que el olvido nos libre del pasado. Quizá lo que más nos incomoda sea la completa seguridad de que es también nuestro porvenir. Lo cual, de forma paradójica y acaso no del todo evidente, lo convierte en un callejón con una sola salida: su retorno».
(Hablarle a Borges, 29). Dicen que Borges dijo o escribió: «Cuando Alonso Quijano descubre que nunca ha sido don Quijote, que don Quijote es una mera ilusión, y que está por morirse, la tristeza nos arrasa, y también a Cervantes». Y, recordando la escena final de la novela cervantina, se me ocurre comentar: «Así es, maestro, ahí descubrimos la verdad de la vida y que tampoco el genio escapa a la muerte. Aunque, también de esas líneas nace otro de los hallazgos geniales de Cervantes: en realidad, quien muere es Alonso Quijano; a Don Quijote su propia locura lo cura: lo hace inmortal».
(Hablarle a Borges, 30). Es fama que Borges escribió:
«No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo.
Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto.
Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós.
Nada nos deja. No te rindas».
¿Qué añadir? Nada que no sea el puro, fervoroso y total asentimiento.