Feliz año 4716, según el computo chino, año del Perro de Tierra. |
No creo que tarden mucho en percibirse los efectos de la novedad, aunque también pienso que a estas alturas eso no importa demasiado, ni sus consecuencias van a ser llamativas en el anestesiado y anestesiante panorama televisual en que vivimos.
En todo caso, qué lejos quedan aquellos míticos programas de «Humor amarillo», en los que, gracias a los imaginativos y desternillantes guiones de Herrera y Coll, tanto nos reíamos de las trompadas y tonterías, es especial las del «Chino Cudeiro», aquel prodigio de mestizaje, sin sospechar que a la vuelta de unos añitos la estética heredada de aquellos productos, más bien descerebrados en su formato original, puede estar a punto de colonizar nuestras pantallas.
Habrá que irse preparando para ver cómo el Gran Wyoming cambia sus tirantes por una bata china o incluso por una chaquetilla de cuello mao. Y para todo lo que venga después.