domingo, 5 de abril de 2015

5 de abril



Brilla hoy más Clara***,
de Domingo Florido,
la Luz de Abril.

(¡Feliz primer cuarto de siglo!) 


*** Hmmmmmm

miércoles, 1 de abril de 2015

Profecías para hoy



En la Red, que cada vez más viene a ser la sigla de algo así como la Realidad Extensamente Dilatada, las cosas van tan deprisa, que las profecías parecen oráculos del pasado. En los últimos 25 años, una magnitud en la que en estos días tiendo a pensar a menudo por motivos personales, no existía casi ninguna de las tecnologías infocomunicativas que hoy nos rodean y lo invaden todo. O si existían, no estaban al alcance de casi nadie, ni ofrecían las posibilidades que los nuevos artilugios de todo tipo ponen ahora a nuestra disposición. Pensemos, simplemente, que en 1990 los teléfonos móviles (el adjetivo, impropio, aún no se habia sustantivado) eran auténticos ladrillos. Y palabras como internet, chat, blog, spam o no digamos la hiperexitosa selfie, tan absurdamente canonizada por la RAE, eran ignoradas por completo, al menos en sus usos actuales.

Pero no hace falta ir tan atrás para comprobar la velocidad a la que evolucionan los recambios tecnológicos. Basta obervar este vídeo, fechado en el año 2005, para ver hasta qué punto ciertas derivas de las TIC son bastante imprevisibles. Aunque también es verdad que cada vez resulta más difícil ser cabalmente conscientes (o simplemente conocedores) de lo que en realidad está ocurriendo desde el punto de vista tecnológico.

El vídeo, cuyo tono ligeramente apocalíptico puede resultar en algún momento incluso risible, pinta un panorama para 2015, a nueve años vista, que en alguno de sus vaticinios (ese Googlezon amenazador, o la desapariciòn de la prensa escrita) no se han cumplido en la fecha prevista, mientras que otros (y, singularmente, el impacto brutal de las redes sociales sobre los usos cotidianos y la penetración de los nuevos medios en la biografía de las personas) han ido mucho más lejos de lo previsto. Me parece, en todo caso, un documento interesante para meditar sobre estas herramientas que cada vez están más presentes en nuestras vidas. Y no de forma inocua.

sábado, 28 de marzo de 2015

La hora del planeta: algo hay que hacer



Este sábado 28 de marzo, entre las 20:30 y las 21:30, 
en la Posada apagaremos la luz para unirnos 
a la campaña anual La Hora del Planeta
que propone hacer una pausa significativa
en el consumo energético. 
No es que vaya a servir de mucho 
ni acaso sean estas las iniciativas más necesarias. 
Pero algo hay que hacer. 
Cada uno. 
En cada momento. 
Cosas tan simples y sabidas
como gastar menos energía, 
abrir menos los grifos, 
reciclar todo lo reciclable, 
consumir menos...  

miércoles, 25 de marzo de 2015

En el sexagésimo, primo, año de mi vida...


Esta figurilla de terracota, con toda su gracia y su antigüedad (certificada) de más de 3.800 años, es una pieza siro-hitita que probablemente (es una suposición) represente algo así como el rapto de Europa. O tal vez una fuga de amantes a lomos de una dócil y sagaz cabalgadura. Quién sabe si no se trata de una cabalgata festiva, y hasta un tanto carnavalesca, hacia alguna romería local al borde de las aguas. Una especie de Rocío marismeño del segundo milenio antes de Cristo. La pieza tiene todo el encanto de las artesanías salidas de manos acostumbradas a moldear la sencillez de la belleza. Y toda la ingenua creatividad de un espíritu infantil, que acaso sea el que ha mantenido en pie a la humanidad durante siglos. Y es el que todavía nos sigue iluminando, incluso a través de grandes artistas, porque acierta a retratar la realidad al trasluz de algunas de sus líneas esenciales. De un modo u otro, y en la misma onda de la diosa de las serpientes o el disco de Festos, es una imagen que acaba de llegar, primo, a mi vida ya sobrepasada la sexagésima puerta, junto con un juego clara y bellamente modernista (art déco, para ser exacto) de pluma, lapicero, abrecartas y tampón para lacre (esos viejos rituales), todo bien acomodado en un plumier que manos amigas han reconstruido con delicadeza; unas soleares redondas a ritmo de vals vienés; un vistoso cinto bien acompañado de dos pares de calcetines de hilo amable;  unas botellas de aceite de oliveras centenarias; una comida algo más que deliciosa en lo de Covadonga de la Rica -- que resulta ser hermana de una antigua compañera de trabajo y sobrina de un viejo querido sabio amigo-- y algún detalle más que, por más íntimo, me guardo. Así da gusto cumplir años. Aunque sean ya de un decenio inverosímil. Que sigan viniendo, primo, que seguirán siendo bienvenidos. Y gracias a todos. Y a la vida.

viernes, 20 de marzo de 2015

Bienvenida, primavera del eclipse


La primavera, estación tópica donde las haya y trópico del año que marca la deriva de la luz hacia las costas cálidas y los cuerpos desnudos, llega este año, el decimoquinto del tercer milenio (según algunos cómputos), envuelta en un eclipse de sol que nos ha dejado algunas imágenes en verdad espectaculares. La extrema realidad de estos fenómenos astronómicos y su presencia absoluta en nuestras vidas sin duda ponen en evidencia nuestra pequeñez en la inmensidad del universo y lo inexorable de las leyes que lo rigen. Pero también nos invitan a soñarnos astros errantes, pasajeros del infinito cósmico, como con tanta belleza y exactitud nos enseñó Carl Sagan.

Algunas de estas imágenes revelan, de forma sorprendente, una condición o naturaleza oculta del sol, que nos lo muestra como un cuerpo oscuro, fantasmagórico, del que nos llega toda la luz. En otras, la danza de los astros parece haberse confabulado para trazar símbolos poderosos de nuestro tiempo, en el que aún no han cesado, por ejemplo, las guerras de religiones, ni están claros los rumbos que van a seguir los pueblos. De cualquier forma, la primavera ya está llamando a la puerta. Y es una cortesía, además de un placer y una necesidad, decirle que pase,


Imágenes del eclipse de sol  tomadas de el_país


lunes, 16 de marzo de 2015

La Rioja, revisitada

Desde hace algunas semanas está disponible en librerías una nueva edición (ya la sexta) de la Guía Total de La Rioja, publicada por Anaya Touring. En esta ocasión, además de actualizar por completo las informaciones prácticas, he ampliado considerablemente la excursión de la Ruta de los Dinosaurios y las entradas referidas a la comarca de Los Cameros, el Nuevo y el Viejo, que en los últimos años ha conocido cierto desarrollo turístico, además de incrementar las posibildades de conocimiento y disfrute de su impresionante naturaleza. Las informaciones referidas a Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Calahorra, Alfaro (excelente la restauración del interior de la colegiata de San Miguel), Briones o los monasterios de San Millán, entre otras, han sido reelaboradas, así como la amplia ruta por La Rioja alavesa, ya incluida anteriormente. También la semidesconocida comarca de Las Viniegras, fronteriza con las altas tierras sorianas y con los mencionados Cameros, es objeto de atención.

Durante unos intensos días del pasado mes de agosto volví a recorrer la región, de este a oeste y de norte a sur, y pude comprobar que, bajo el dédalo de autopistas y autovías notablemente ampliado o mejorado, mantiene sin grandes cambios sus principales alicientes. Los signos de modernidad son perceptibles, además de en algunas localidades, en el tradicional ambiente de las bodegas, una de las grandes novedades de los últimos años, y que ha dado pie al desarrollo del llamado enoturismo, con el vino y la gastronomía como principal argumento viajero. Aunque es cierto que, como en el resto del país, la crisis de los últimos años ha dejado huellas visibles en la comunidad riojana, no lo es menos que sus principales atractivos, tanto paisajísticos como monumentales y, sin ningún género de dudas, gastronómicos, siguen siendo muy poderosos. La aspiración de esta guía, todavía impresa pero ya muy atenta a las nuevas formas y tecnologías  viajeras, es la de convertirse en una herramienta útil para comprobarlo. Transcribo a continuación el prólogo que he escrito para la nueva edición. 


Siete viajes al país de los siete ríos

La Rioja es la comunidad autónoma más pequeña de la España peninsular: solo ocupa el uno por ciento del territorio. Sin embargo, su espacio geográfico es muy rico y variado, en gran parte debido a los siete ríos que configuran otros tantos valles. Ya solo los nombres de estos cursos fluviales (Oja, Tirón, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos y Alhama) cifran sugerencias que bien pudieran convertirse en poderosos argumentos viajeros. Todos ellos, además, son afluentes del gran padre Ebro, cuyos profundos meandros dibujan los perfiles fronterizos de la comunidad respecto a las tierras castellanas, vascas, navarras y aragonesas.

Seguir el curso de un río tal vez sea la metáfora más perfecta del viaje. En el caso de La Rioja, no sería difícil organizar un recorrido completo y ordenado por la comunidad guiándonos por esos siete ríos. Aunque naturalmente implicaría idas y venidas por itinerarios poco prácticos para los usos viajeros actuales. Pero, si no pegados de forma estricta a esos siete trayectos fluviales, sí podemos resumir los principales atractivos que la comunidad riojana ofrece al viajero de hoy identificando siete viajes posibles, cada uno guiado por un argumento bien preciso.

Es inevitable comenzar por el viaje al reino del vino, sin duda lo primero que se nos viene a la cabeza con solo oír el nombre de una región que ha convertido el fruto de sus viñedos en su mayor signo de identidad y de reconocimiento en todo el mundo. El Ebro bien puede ser el guía de un recorrido que, desde Haro y Briones hasta Calahorra y Alfaro pasando por Logroño, nos permitirá visitar un sinfín de bodegas. Muchas de ellas han sido renovadas con una apuesta tan firme por la modernidad, que incluso parecen naves espaciales recién aterrizadas sobre los viejos campos de labor.

El propio Ebro y el Najerilla dan pie para el viaje al corazón del Camino. Hablamos, claro está, de la ruta jacobea. Y es que la principal vía de peregrinación a Compostela tiene en la Rioja estaciones tan principales como Navarrete, la propia capital, Nájera y, sobre todo, Santo Domingo de la Calzada, patria del gran constructor de puentes, caminos y hospitales. Un desvío de esta ruta, imprescindible por su valor simbólico y por su encanto paisajístico, es el que nos acerca al Monasterio de Valvanera, en pleno corazón de la serranía.

Desde Valvanera es fácil derivar hacia otro recorrido que la Rioja nos propone: el viaje a la cuna de la lengua. Tiene su epicentro en los monasterios de San Millán de la Cogolla, declarados Patrimonio de la Humanidad. Tanto en el fundacional de Suso, donde el monje Berceo comenzó a utilizar con soltura y gracia el «román paladino en el qual suele el pueblo fablar a su vecino», como en el Monasterio de Yuso, en el que se rinde tributo a los orígenes de la lengua castellana y se impulsa su estudio, son numerosos los placeres viajeros que ofrece una singular unión de cultura, arte y filología. Y todo ello en el sensitivo entorno del valle del río Cárdenas (afluente, por cierto, del Najerilla), frente a paisajes sobre los que parece estar flotando el mismo aire que inspiró una nueva forma de nombrar el mundo.

Una cuarta propuesta, de la que pueden ser guía adecuada los cursos del Iregua y el Leza, es el viaje a la tradición. Admite rumbos muy diversos, pero no nos equivocaremos si lo centramos en el recorrido de los dos Cameros, viejas tierras de trashumancia y de oficios ya extinguidos que ahora buscan, y con cierto éxito, nuevos impulsos de la mano del turismo rural y el disfrute de sus paisajes privilegiados. Es una senda que ya han recorrido poblaciones como Ezcaray, uniendo naturaleza, deporte, tradición y gastronomía.

Y ya que surge esta última palabra, no podemos olvidar que todo recorrido por La Rioja acaba siendo, tarde o temprano, una ruta del buen yantar. Las posibilidades en este apartado son muchas, pero las más peculiares y suculentas son las que dan pie para realizar un viaje a la verdura. Lo podemos situar en las bajas tierras que riega el Cidacos, en torno a Calahorra, donde no en vano se ha inaugurado un museo que tiene este mismo cometido.

Con su evidente herencia romana, Calahorra es un buen punto de partida para llevar a cabo un intenso, imprescindible, viaje a la historia. Numerosas son las posibles etapas del mismo a través de una zona llena de nombres como Clavijo, Sajazarra o Viguera, pero no hay duda de que ha de tener uno de sus principales hitos en Nájera, antigua corte y panteón de los reyes de Pamplona.

Y, por último, más allá de la historia, el viaje a la prehistoria. El Cidacos, junto con el Alhama,  su afluente el Linares y el tramo medio del Leza, reúnen en su entorno el conjunto de yacimientos de huellas fósiles y otros rastros de dinosaurios más importante de Europa. Cornago, Enciso e Igea son las poblaciones de referencia de este séptimo y definitivo viaje al Cretácico, que se ha convertido en uno de los grandes reclamos de la zona. Es, además, un adecuado colofón para comprender que todo viaje (ese río que nos lleva) es siempre una suma de sensaciones, de emociones, de imágenes y de imaginación.

Alfredo J Ramos © Grupo Anaya, 2015.

Alfredo J. Ramos © Grupo Anaya, 2015

viernes, 13 de marzo de 2015

El coleccionista de enciclopedias

Bin Laden en su refugio de Tora Bora.
Imagen cedida por la oficina del Fiscal de Nueva York y tomada de el_país.

El hombre del turbante blanco, el rostro aceitunado y la negra barba piramidal, posa ante las cámaras sentado en postura yóguica, ataviado con vestimentas disímiles, como si hubieran sido recolectadas en un baratillo para hacer un teatro de aficionados o, simplemente, para andar por casa en pie de guerra. Y de esa guisa, lanza una mirada levemente perdida, o ensimismada, mientras pronuncia, acaso de memoria, una sentencia que quiere que suene como amenaza creíble para unos y como canto hipnótico para los próximos. Sin embargo, por detrás de toda esa representación, mitad desmintiéndola y mitad corroborándola, lo que se pone de manifiesto es una oculta o desconocida condición del personaje: parece alguien que ha dedicado la mayor parte de su vida a coleccionar, fascículo a fascículo y tapa a tapa, todas esas enciclopedias que se alinean a su espalda, sobre el diván y el lecho (aquí duerme el arma), y cuya temática no costaría mucho adivinar, si fuera necesario. Es probable que todas ellas sean solo encuadernaciones de una misma y reiterada idea. Y es posible, también, que algunas contengan técnicas útiles para algún tipo de bricolaje, el manual del muyahidín autosuficiente, tal vez unos cursos de aeromodelismo. Y no ha de faltar, en un lugar destacado de la pulcra y escuálida biblioteca, un breve tratado del juego de ajedrez que incluya, entre sus infinitas variaciones, esa estrategia básica que pasa por el derribo de las torres del rival.