jueves, 29 de enero de 2015
La Baró
miércoles, 28 de enero de 2015
El botín de Podemos (o viceversa)
A escasos tres días de la toma pacífica y puede que estruendosa de las calles de Madrid por la fuerza de Podemos, sorprende comprobar la reluciente y afilada navajería que sale a relucir en los cuerpo a cuerpo. Junto a ella, no es menos intensa la sensación de déjà-vue que nos invade a los que tenemos algunos años y un poco de memoria. Es como si el implacable «retorno de lo mismo», que dijera Nietzsche, volviera a confirmarse como uno de los más lúcidos diagnósticos sobre la verdadera condición de la realidad, al menos en su encarnación como historia. Habría mucho que matizar, sin duda.
Pero como la urgencia, en su condición de reverso de lo efímero, es el signo palpitante del tiempo que nos roe, no podemos dejar de subrayar, al menos como síntoma, el impresionante asalto publicitario que el Grupo Santander ha llevado a cabo sobre las principales cabeceras en papel de la prensa nacional (menos «La Vanguardia», ojo al dato). Resultaba sorprendente comprobar esta mañana en el kiosco cómo las ediciones de cuatro grandes diarios de información general venían envueltas en una costosa sábana impresa que, bajo la simulación de las respectivas manchetas de cada medio, lanzaba un idéntico mensaje de optimismo y de reconocimiento a una denominada «generación encontrada». Y lo hacía (lo hace) con palabras precisas dirigidas a «una generación con el poder de querer hacer». Una apelación en la que, bajo la excusa real del lanzamiento de una campaña de becas para universitarios en empresas, es muy difícil no ver un franco y hasta descarado peloteo a favor de los vientos de cambio de los que Podemos es, sin duda, el heraldo mayor.
Y no deja de ser sintomático, también, que en la prometedora serie que, en El País, hoy mismo inicia John Carlin sobre el partido que encabezan Iglesias y Monedero, haya algo más que un guiño de respeto a la nueva dirección del barco de la familia Botín; en concreto, el que pronuncia Jesús Montero, dirigente de Podemos en Madrid:
Uno tiene la impresión de que, en las bodegas de la realidad (siguiendo con la metáfora marinera), se están fraguando algunas alianzas que podrían pensarse contra natura si no fueran, como ha ocurrido otras muchas veces, una manifestación clara de un viejo pragmatismo. Lo que podríamos considerar un instinto práctico y posibilista que tal vez no sea más que el reflejo, en el terreno de la política, de la adaptación al medio que todas las especies vivas exhiben en su lucha por la supervivencia. Así, lo que pudiera parecer contradictorio en términos políticos o sociales, se comprende bastante bien desde una perspectiva, digamos, ecológica. Otros lo hicieron antes. Y parece que algunos están deseando repetirlo mañana.“No todos los empresarios son iguales”, afirma. “Hay dos culturas empresariales. Una es casta, la otra quiere contribuir al bienestar social, como la familia Botín en el Banco Santander”. ¿Habla en serio? “¡Sí! Yo estoy convencido de que hay empresarios de buena voluntad. Hay sectores del capitalismo emprendedor que saben que necesitan un país con menos desigualdad social, que entienden que así expanden su mercado. Seguro que Ana Botín [presidenta del Banco Santander] se vería con Pablo Iglesias y hablarían de estas cosas”.
martes, 27 de enero de 2015
Vanos
La luz que rasga el borde de los cuerpos
con su filo movido por un ángel
es la misma que cela, en el crucero,
el hálito verdoso de la piedra.
La catedral navega. Ha comenzado
el órgano a extraer de cada sombra
su secreta armonía, los acordes
del sueño de la vida y de la muerte.
Un pueblo de maestros artesanos
levantó con paciencia y servidumbre
estas naves que hoy van a la deriva.
La música en mi cuerpo se transforma,
sobre el aire filtrado por los vanos,
en el mudo estertor de una plegaria.
(Pulsos de luz)
lunes, 12 de enero de 2015
Placenta de yegua
Yo, señor, no voy a decir ni una sola palabra de lo que usted está pensando. No quiero dar lugar a malentendidos. Sólo mencionaré que todo sucedió como si hubiese sido necesario recurrir a la parte maldita de lo peor de nuestra historia para intentar gobernar la catarata de sensaciones que se nos venía encima, un verdadero aguacero en mitad de la selva. No se sueña en vano. Ni se ven en vano escenas que lo catapultan a uno a lugares indeseables y a un tobogán de miserias de infeliz memoria sobre el que se deslizan las sombras de las cosas desprovistas de nombre y se incuban sin cesar, como en placenta de yegua nocturna, las más recalcitrantes de nuestras pesadillas, con un galope de coces medievales, olor a establo pútrido y fango pegajoso a punto de llegarnos a la boca para después cegarnos. Si hemos caído en el abismo de esta confusión, en la que lo único que nos queda para no sucumbir completamente es la furia inane, lejos de mi la obcecación de contribuir con mis palabras carentes de sustancia, solo dibujadas con la tinta fresca de esta cuña de luz, a ahondar en la herida. Recomponga usted como pueda los añicos del espejo y mírese después, a ver si en algún trozo, fragmento o mismamente cacho, encuentra el consuelo que su alma necesita. La magia a veces funciona y a veces no. Dice Frazer en La rama dorada que «... se creía que las carnes y cenizas de la víctima estaban dotadas de la virtud mágica o física de fertilizar la tierra. La misma virtud intrínseca se atribuía a la sangre y las lágrimas de los meriah, de modo que su sangre causaba la rojez de la cúrcuma y sus lágrimas la producción de lluvias, pues difícilmente puede dudarse de que, al menos en su origen, creían que las lágrimas atraían la lluvia y no solamente la pronosticaban». Fin de la cita. Y el que pueda entender, que entienda, que yo, señor, no quiero dar lugar a más confusiones.
V. Kandinsky: El jinete azul (1903, Zurich, Col. privada).
miércoles, 7 de enero de 2015
miércoles, 31 de diciembre de 2014
Salir del agujero
Split. Palacio de Diocleciano. © AJR, 2011. |
lunes, 22 de diciembre de 2014
Feliz Navidad
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