lunes, 14 de abril de 2014

Luna de parasceve


Al despertar, bajo la olorosa luz del sureste, mirando el calendario, me asalta la extraña sospecha de que las cosas tal vez comenzarían a arreglarse el día en que el 14 de abril coincidiera con el sábado de gloria. Ya pasó una vez algo parecido, y quienes lo vivimos tuvimos esperanza. Pero ahora la esperanza, además de la arrugada sugerencia de un chiste mal estacionado en la Vía pública, es sólo el nombre de una estación del metro de Madrid. La luna de parasceve, la primera luna llena primaveral, es probablemente la más hermosa del año. Está llena de presagios que se abren paso entre un revuelo de túnicas sagradas, aromas orientales y música de oboes, y bajo un sinfín de resonancias que colonizan nuestros sueños, tras más de dos mil años de cristianismo (que diría Henry Miller) y solo unos pocos decenios después de que en esta tierra se frustrara el encuentro posible entre la razón de la libertad y el cántico del espíritu, en el fondo tal vez la misma cosa, aunque resulte tan difícil comprobarlo. Esta luna, que fascinó a Cernuda hasta el punto de trasladarle sin nostalgia pero con alegría a la Arcadia de su infancia sevillana, este año llega además envuelta en ese fenómeno de cuatro eclipses consecutivos conocido como tétrada, al que popularmente, con expresión casi lorquiana, se denomina «cuatro lunas de sangre». Un suceso astronómico no excesivamente raro, aunque sí espectacular (donde es visible) y al que algunos augures consideran mensajero de desastres apocalípticos, si bien no falta quien lo ve (y me sumo) como una ocasión de renovar energías vitales para afrontar el tiempo venidero. De una forma u otra, en el preciso, mínimo, fugaz instante en que se produzca la confluencia entre la efemérides republicana y la primera luz nocturna del martes santo  (¡pero el 15 de abril siempre lo es!), será la hora y señal para dejarse invadir fluidamente por la pura emoción de estar vivo.

Imagen: luna llena de abril. De autor desconocido. Tomada de aquí.

sábado, 5 de abril de 2014

Albricias de abril



                                             PINTOR AL MAR SACÓ ARPA*,
                                             cosa que la mar no tiene,
                                             salvo si escuchas las olas
                                             de tu propio corazón.
                                                                                 
(*Para Clara Ramos Pinto*, 5 abril, 2014)





La postal de Pancho (todo se pega)


miércoles, 2 de abril de 2014

Rosa de Luna


La mano de la luna sostiene una rosa roja junto al mar.
Su delicada firmeza, a vista de las aguas, es una oración muda.
Un salmo visual que nos deja a este lado de la vida
el rastro perdurable de las olas, los días y los sueños,
las pisadas del dios de la belleza
y la parca aventura de buscarle sentido
a lo que ocurre, y duele, y también pasa.

(Para Luna Miguel, con otra rosa)


Imagen: Luna de Los Escullos, Cabo de Gata. 
© José Luis Navarro Cabo, 2014.

Leer, imaginar


Un voraz monstruito arlequinado invita a llenarse la cabeza de castillos en el aire, desde el cartel con que este año se celebra, coincidiendo como siempre con el nacimiento de Andersen, el Día Internacional del Libro Infantil. El título del volumen que la criaturita devora con indisimulado placer lanza una consigna que tiene su miga: «Imagina las naciones a través de la historia». Un mensaje que probablemente resuene de forma diferente según donde se lea, pero que en todo caso pone el acento en el carácter imaginario de la realidad. O por decirlo de una manera menos rotunda: en el hecho de que un ingrediente básico de la vida es la imaginación. Una capacidad, por cierto, que funciona en cualquier soporte, formato o ubicación. Lo único que resulta imprescindible es alimentarla. Y para eso la lectura es la mejor dieta.
Este año el país encargado de hacer visible la celebración es Irlanda. El cartel es de la ilustradora Niamh Sharkey, mientras que el mensaje dirigido a todos los niños del mundo ha sido redactado por la escritora Siobhán Parkinson. Puede leerse aquí.


lunes, 31 de marzo de 2014

Paz


Hoy, como es sabido, el poeta Octavio Paz hubiera cumplido cien años. Sus palabras, el universo sin límites que en ellas se encierra y que me acompaña desde hace más de cuatro décadas (exactamente, desde 1973, según reza una nota manuscrita en una Antología general de la poesía mexicana, de Bruguera, donde leí por primera vez algunos poemas suyos), aún está lleno de extensas regiones inexploradas, de semillas ocultas en cientos de páginas puestas a buen recaudo a la espera de ser deletreadas. Esa es una de las mayores esperanzas que el tiempo nos ofrece: el consuelo y la alegría de poder seguir leyendo a Octavio Paz.
Gracias, maestro, por los nombres habitados.

Fotografía © Efe, tomada de aquí.

martes, 25 de marzo de 2014

Sesenta (palabras mayores)


Vida  muerte  piel  pájaro
madre  amor  luz  desierto
bosque  azul  noche  sueño  lumbre
viento  duda  asombro  piedra
nombre  misterio  sí
danza  hierba  alegría
río  silencio  lluvia
aliento  paz  mirada  
tristeza  corazón
música  extravagancia
vuelo  sospecha  levedad  estrella  cuerpo
mujer  canto  inocencia
fulgor  oscuridad
tiempo  miedo  deseo
mar  sol  memoria
mañana  territorio
agua  caricia  
claridad  espacio
inteligencia  tierra  instinto
amiga  soledad


***
Hoy, 25 de marzo de 2014, cumplo sesenta años. Muchas gracias. En estos últimos días he estado eligiendo (o dejándome ser elegido por) otras tantas palabras que, a modo de candelillas, me sirvieran para señalar una ocasión que no habrá de repetirse. Y este es el resultado. Como casi todo, provisional. Seguramente, voces intercambiables, en más de un sentido. Y fieles al tópico: no están todas las que son, aunque sí... etcétera. Palabras que, una por una, puedo asociar a momentos precisos del pasado que reverberan en la conciencia del presente, tan fugitiva. Supongo que, vistas de perfil, ofrecen un retrato bastante realista de lo que me imagino que soy. Al mirarme en ellas, no acabo de reconocerme, pero sé que forman parte de mi vida. Que, en cierto modo, son mi vida. Ojalá que su luz no se apague.


Imagen superior: Agencia EFE



domingo, 23 de marzo de 2014

El clásico


LA ERA RESACA ACÁ SERÁ REAL


[AJR, 6:22; Palíndromos ilustrados, XXXVI]

***

[Este es el clásico palíndromo que, a pesar de pronunciarse de igual modo en las dos direcciones, tiene un significado tan abierto que por él puede colarse casi cualquier interpretación. ¿Qué querrá decir esa extraña «era Resaca»? ¿Tendrá acaso la misma categoría que otras «épocas históricas» santificadas por la prosa deportiva, como la «era Guardiola» o la «era Mourinho»? (dicho sea esto último sin ánimo de meterle el dedo en el ojo a nadie). No lo sabemos. Lo que sí parece claro es que, sea cual sea el resultado de la última dosis de gran circo que el país está a punto de inyectarse en vena (¡y que no falten!), la frase supersimétrica puesta al pie del césped del Bernabéu contendrá una verdad capaz de contentar al más forofo, de uno u otro signo. O a ninguno. Que viene a ser lo mismo. Y es además la gracia de la pasión neutral, je, je. Pero sobre todo será cierta, tras el paréntesis masivo de la ilusión redonda, en el retorno a la resaca real de cada día.]