«A Penélope, polen: ¡epa!»
Cuántas veces, durante el periplo, incluso al demorarse en otros cuerpos o al notar que su sangre se erizaba con nuevas melodías, no sintiera Ulises rebrotar el aguijón de su deseo más profundo, la aventura creíble y aún urgente de volver a penetrar en la gruta conocida, yacer en el rincón de su recreo y proseguir allí descubriendo los tesoros concretos del amor que sosiega y nos hermana con el alma del mundo.
Imagen: Francesco Primaticcio, Odiseo y Penélope, 1563.
(AJR, 4:17 - Palíndromos ilustrados, LXIII)
(AJR, 4:17 - Palíndromos ilustrados, LXIII)
2 comentarios:
Me gusta el palíndromo y aplaudo su desarrollo e imagen que acompaña. ¡Epa!
Un abrazo.
Gracias, Antonio. Otro abrazo.
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