Como el verano se acerca a pasos agigantados, tal vez sea oportuno ir preparando la pantalla del cine de medianoche en La Posada. Sirva como prólogo este repóker de bailes memorables, cada uno por una razón distinta, y a los que sin duda cada espectador podrá añadir otros que anden danzando en su memoria.
4 comentarios:
Bailemos, bailemos, pues,
los últimos compases del derroche,
viajeros de la noche,
sonámbulos sin pies,
bailemos, pues,
bailemos, pues...
L. E. Aute
No es mal aperitivo para la sala nocturna de verano de La Posada. Echo de menos, por aquello de lo clásico, algún fragmento de Fred Astaire y Gingen Rogers; pero, eso sería mi aportación, aunque no incluya vídeo.
Un abrazo.
Qué oportuno este Aute, Antonio, gracias por traerlo: le da altura literaria a la iniciativa. Y sí, faltan muchos. Entre ellos, todos las del cine musical (y son legión). Nada más postear, me acordé del que quizás sea el baile con el que más me he emocionado en una sala de cine: el pasodoble padre-hija en "El Sur". Pero ya lo he puesto en otra sesión de la Posada. En todo caso, hagámosle caso a LEA y bailemos, bailemos... Un abrazo.
La primera no la conozco, pero las otras sí, qué gozada de bailes. El vals del Gatopardo es de antología, no ya sólo por el baile, sino por la puesta en escena del gran Visconti.
Besotes.
Gracias, Virgi. Estoy de acuerdo en lo que dices del vals del Gatopardo, que es, además, todo un emblema de lo que la película, quizás de forma más precisa o subrayada que la novela, ilustra a la perfección: el fin de una época, la decadencia definitiva de una aristocracia y el cambio de protagonismo en la historia. Un placer, como siempre, tu visita.
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