Carlos Orozco: La manda, 1942. Museo de Arte Moderno de México. |
(LUN, 569)
Yaser Menéndez: Pregonero. |
(LUN, 571)
Paul Klee: Diagrama de colores. Apuntes de clase, 1931.
Largas distancias para llegar a alguien.Distancias para alguien a llegar largas.Para distancias largas a alguien llegar.Llegar largas a alguien distancias para.A distancias largas para alguien llegar.Alguien para llegar a largas distancias.[Primera tirada: M. A. Curiel
Me manda Nostra un guasap asociado a, como él dice, “mi perfil apalabrado”. Bien veréis lo que me cuenta. «A ver, bandarra, ¿cual dirías que es la palabra más larga del español, hein? Y no me digas que es la de la canción aquella que los de tu generación y aledaños lleváis como tatuada a fuego en las meninges o por ahí. Porque lo del “supercalifragilísticoespialidoso”, aparte de que está muy traído por los pelos, no computa para la RAE. Así que te diré que en el diccionario actual aceptado por la Docta Casa parece que las 23 letras de “electroencefalografista” se llevan el gato al agua. Aunque pesquisando por acá y acullá he visto que hay una propuesta seria para que se tome en consideración la candidatura de —fíjate— “hipopotomonstrosesquipedaliofobia”. Que son nada menos que 33 caracteres, con un montón de étimos y reminiscencias. A ver si prospera la iniciativa. Te estarás preguntando qué diablos significa, ¡que te conozco! Pues se da la circunstancia de que, según su ideador, cuyo nombre he extraviado, el término viene a designar ni más ni menos que la actitud, quizás con un poco de acritud, de aquel que muestra un poderoso miedo a las palabras largas. Y así todo casa e incluso queda en casa. Digo yo».
Balthus: La partida de naipes»,1948-1950. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid. |
La experiencia venía a ser cada vez más como una de aquellas interminables partidas de cartas de colegio mayor o de verano en la aldea o de tarde sesteante en la furrielería de la Escuadrilla de Instrucción. Un rito social de cercanía y buenas palabras, muchos gestos cómplices, algún atisbo de enfado…, a veces —aunque cómo saberlo— también descuido o distracción; quizás algún disimulo, pero nunca indiferencia. La cita era diaria y el esfuerzo sostenido.
El Orient-Express contado por Mauricio Wiesenthal. |
¿Me creeríais si os digo que Mi hermano Jeremías, con su poema dramático en nueve cuadros, viajó en el Orient-Express, el tren de Europa? Ahora bien, si quieres saber si Tuyo es el mañana, tendrás que conocer por boca de Marcia de Vermont el Cuento de invierno de las grandes Coníferas.