jueves, 12 de mayo de 2022

El orden mineral


(En voz alta). Cada vez que aparece una muestra que prueba el orden mineral del mundo, algo muy hondo se alza en nuestra consciencia y cierto sentido de salvación por la materia se nos instala dentro y nos anima. Ocurre cuando caminamos entre rocas desnudas maternales, o al borde de arroyos cuyo lecho es una sinfonía de brillos y lisuras. También, y de modo asombroso, al parecer puede suceder en el fondo del mar, o en ese lugar al que a veces viajamos en la bodega de algún sueño irreconocible, como prueban los restos que nos asaltan con la primera bruma del despertar y al comprobar, por ejemplo, que durante un tiempo no medible somos capaces de flotar en la balsa espacial de una palabra: Papahānaumokuakea.

miércoles, 11 de mayo de 2022

Derivas A La Intemperie

Jean-François Millet: El Ángelus (“L’Angélus”), 1857-1859. Museo de Orsay, París.

Se fueron complicando tanto las cosas que al Ángelus lo terminamos llamando Entierro.

(LUN, 750 ~ «Cuadros que dan pie» + Acróstico)

lunes, 9 de mayo de 2022

GREDOS: LAS HUELLAS DEL ORIGEN


(o el Olimpo de Piedra. Dado)
La gigantesca testuz simiesca del titán.
Gigantesca del titán la simiesca testuz.
Testuz gigantesca la del titán simiesca.
Simiesca la testuz del titán gigantesca.
La testuz del titán gigantesca simiesca.
Del titán la simiesca testuz gigantesca.
(LUN, 751 - por los Canchales de Gredos)

domingo, 8 de mayo de 2022

TRASTADAS: TRIS-TRAS TRAS T.

Mural de San Antonio Abad. Siglo XVIII,
Museo de Cerámica Ruiz de Luna, Talavera de la Reina.
«Testigos tienes —teorizaba taimadamente Trabuchelli—. Tu tocayo, taciturno tahúr, te tendía trampas tubulares: tururúes, tantarantanes, trampantojos táctiles, tropismos titiriteros. También tramaba turbios tejemanejes trepidantes trazando trayectorias tóxicas, torpedeando tonterías, trasladando tabarras, traspasando turbaciones taumatúrgicas. Tenía tanta tibieza traspapelada, tantas telarañas tabernarias, tanta trapacería tangencial…Tibios trabajos tribales trenzaban tristes tapujos, tal tórridos tigres trileros triscando trigales temblorosos. También te transmitían transparencia. Tómate tu tiempo. Templa tu temperamento. Tiende tenderetes tras tanta tempestad. Termina: todo tiene término».
(LUN, 752 ~ «Cuentos literales»)

sábado, 7 de mayo de 2022

POR PETENERAS

Eugenio Lucas Velázquez: La ciudad sobre la roca (ca. 1850-1875).
Museo Metropolitano de Nueva York.

(Pasos últimos del día en el destiempo)
Un bucle. Vivimos en un bucle colectivo. Sólo que en distintas espirales. Y con muy distinto efecto. Unos, en la Edad Media, paseantes. Simbólicos y folclóricos. Otros, en el tiempo que nunca llega. No cabe descartar lugares intermedios, ajenos a esa infecta polaridad. Pero lo más seguro es que, en el mientras tanto, el presente se nos esté escurriendo entre los dedos como agua de mayo. Que aún no llega. O ya nos sobra. Confluencias de calles y tiempo —como en Castroforte del Baralla, en la sin par Castrosil o en Eburia rediviva—, el caso es que de cuando en cuando te topas con un cortejo fúnebre. Y, al contrario de lo que pasaba en aquella leyenda de Espronceda, te vas silbando, contemplativo, tocado, compasivo, pero sobre todo consciente de que es una suerte de que no sea, aún, el tuyo. Ay qué dolor.
(LUN, 753)

viernes, 6 de mayo de 2022

Aute inédito

(En voz alta). Es una muy buena y gratificante noticia la que cuenta hoy El País sobre el hallazgo de una decena de canciones inéditas de L. E. Aute. Me entero también por el artículo de que en torno a la figura y obra del multifacético y asombroso artista la SGAE prepara una gran exposición. La noticia y el relato de su hijo Miki también agigantan la inquietud por la absoluta provisionalidad de nuestra vida, cuando y en qué condiciones puede pillarnos la insidiosa Parca, en que estado se hallarán entonces nuestros proyectos, qué será de ellos… cosas así. De momento, pondremos toda la carne en el asador de cada día. E incluso, sin perder el humor —eso nunca—, llegado el momento, le pediremos al parrillero de turno que nos dé la vuelta, como dicen que hizo el santo aquel que preside el gran Cubo Berroqueño en las faldas del monte Abantos. Aute, ser tan creativo como insobornable y resistente frente a las tibiezas y los endiosamientos, seguro que se prestaría muy gustoso a hablar de todas estas cosas.



LAS COSAS DE NOSTRA

 LAS ADIVINDANZAS (sin fin) DE NOSTRA


Cielo con nubes sobre la Plaza de Prossperidad.

Esta mañana, no muy lejos de la puerta del mercado de Prosperidad, a la sombra (se diría) del monumento contra la guerra, y a escasa distancia de la boca del metro, he visto a Nostra, con sus cuatro animales, conversando con algunos vecinos. Bueno, eso me pareció al principio, pero al fijarme bien descubrí que en realidad se había formado un corro en derredor suyo y alrededor del cartel o pancarta que tenía delante, apoyado sobre un banco, y en el que, con buena caligrafía, podía leerse: «Adivindanzas: El recluta en el cuartel porque nunca sale de él. ¿Por qué será? ¡Está d’ raro…!» Para acertijo me ha parecido un poco extravagante, y más tratándose de un profeta o augur como es nuestro amigo. Pero dándole vueltas y olisqueando, como si fuera el sabueso galo de un famoso filósofo a la española (¡vaya ocurrencia!: pero es una valiosa pista), no tardé en encontrarle una posible solución. Aunque nunca se sabe. ¿Jugamos? Eso sí, por favor, discretamente. Ah, y ya de paso, ¿cuáles serán los cuatro animales de Nostra? ¿Y qué me dicen del “sabueso galo de un famoso filósofo a la española”? Son todos juegos de palabras. ¿Pero acaso hay por acá otra cosa? Hay días en que los poderes de Nostra son incontrolables y se extienden hasta cubrirlo todo. Hoy es uno de ellos. Pero es preciso mantener el decoro (en sentido clásico) y respetar, siquiera mínimamente, las reglas de la ficción. Y el que esté libre de heterónimos y, más aún, de anónimos con ánimo, que tire la primera línea. No sé bien qué pensará de verdad el verdadero Nostra de todo esto. Ni cómo se sale de una buena vez de algunos acertijos bifurcantes como los senderos del borgiano jardín. Ay, qué leche, si parecía tan fácil... «¡Pero, Blas, dónde vas?», oigo que me dice. Nostra. Y hasta me parece que me mira con gesto amenazante. Ciao!
(LUN, 754 ~ «Las cosas de Nostra»)