lunes, 31 de agosto de 2020

Soneto in progress

 https://www.facebook.com/pedro.poitevin/videos/10163886731585062


Estos juegos no acaban con la muerte.

No sé si con nuestra paciencia.

Iris (sextina)



Tiene la luz en su interior un rojo
cerco que esconde la esperanza verde
de que sea verdad el cielo azul
sobre campos cubiertos de amarillo
cuando el día y su sol dan en el blanco
antes de que la noche cierre en negro.
Flota sobre las cosas un sol negro
tan ardiente que es como un ascua al rojo
vivo y de él brota denso un humo blanco
o alta columna alzada por la verde
cúpula de la selva y su amarillo
tinglado de lianas y aire azul.
Y no lejos también el mar azul
galopa a lomos de un caballo negro
y rompe con su espuma el amarillo
fulgor del sol que, hacia su reino rojo,
tras la cumbre, dispara un rayo verde
como una flecha en busca de su blanco.
Blanco por dentro y por defuera blanco
es el tiempo de espera de lo azul
que se desliza oscuro al casi negro
mientras la savia es un latido verde
que pinta en sus mejillas ese rojo
rubor que a veces viste el amarillo.
La mies es mucha y mucho el amarillo
disperso entre los surcos bajo el blanco
ribete de una nube que del rojo
horizonte se cuelga. No hay ya azul
suficiente en tus ojos pues lo negro
de la sombra sin sueño aún está verde.
Los años no perdonan y hay un verde
viejo limón amargo y amarillo
naufragado en el fondo de tu negro
corazón, que tú sientes aún tan blanco,
como el alma de la doncella azul
ante la que se inclina el ángel rojo.
Misterio del color: el rojo aún verde,
el vespertino azul tan amarillo
y la llave que el blanco le da al negro.

domingo, 30 de agosto de 2020

Trikiklos (y 42)


Hasta aquí llegan
estos triciclos lúdicos,
con k de haiku.
Tiene la fórmula
un no sé qué de extraña
fuerza pandémica.
Lo trino, acaso,
su misterio irresuelto
—salvo en el canto.
También lo fácil
de pedalear palabras
sobre tres ruedas.
Y el freno a mano:
contención, vuelo: evítate
la verborrea.
Y la nostalgia,
esa flor putrefacta
y embriagadora.
¿Puntas de flecha,
carbones encendidos,
parcas cenizas?
No sé. No sé.
La rueda rueda sola.
(Losa de ura de Ur
ale son eson.)
En todo caso,
si fueran fuegos fatuos,
fuegos son. Punto.
Como las bicis,
que ahora vuelven —¡el Tour!—:
flores de estío.
De despedida
unos buenos timbrazos:
¡ring, ring, ring ring!

sábado, 29 de agosto de 2020

Adios, cine, ¿adiós?


(En voz alta). Interesante, valiente, polémico este artículo de Jesús Mota, que viene a sumarse a la tesis de la “muerte del cine” (tal como lo conocimos). Es un paseo muy ameno y perspicaz —también muy subjetivo— por la obra de Hitchcock, cocinado con ese tipo de argumentaciones que siempre nos someten a una especie de prueba de grado: ¿hemos sabido ver y logrado entender Vértigo, Psicosis, Extraños en un tren...? ¿Hay todavía, en esas historias, vistas tres, cinco diez o más veces, aspectos o intenciones en los que no hemos “caído”? Claro, esa es siempre una de las característica del verdadero arte. Pero también se trata de un cambio en circunstancias no accidentales, de una metamorfosis en los modos de percibir. La pérdida de las grandes salas es sin duda un factor (y muy importante). El efecto de la recepción de las imágenes y la información por medios ubicuos e hiperinvasivos, también. No estoy muy seguro de que sea irrefutable la conclusión de que «la industria (cinematográfica) ha entrado en la vía muerta de la puerilidad y la alegoría estéril». Pero ese es un temor muy bien fundado. Y con él en la mochila, me encamino hacia un cine de los de antes para ver, con gran expectación, Tenet, el último (por ahora) bumerán. Confío en que no sea un viaje a la inconsciencia.

Tour con mascarillas



Kasper Asgreen, ciclista del Deceuninck Quick-Step,
en Niza, donde se inicia el Tour 2020, en un entrenamiento,
S. Nogier
 / EFE

(Al filo de los días). El amigo Montano, tal vez a estas alturas el mayor y más inspirado amante del deporte ciclista que conozco (sus poemas-pastiches del Tour deberían ser impresos), ha saludado la imagen que ilustra la información del inicio de la Grande Boucle con un «Qué belleza», escueto y contundente, realmente estremecedor. No he tenido más remedio que contestarle tirando de fondo de armario: «Ni Samotracia ni Niké otra alguna. ¿Quién habla de Victorias? Que vuelva el Tour es todo».

Sin disculpar la hipérbole ni el entusiasmo (¡eso nunca!), sí fuera tal vez conveniente recordar que las penas con pan son menos. Por otro Iado, el regreso del gran deporte sobre ruedas ofrece una buena oportunidad para seguir pedaleando en casa... en tiempo real y con frescas sensaciones visuales.
¡Viva el deporte más hermoso! (Incluso enmascarado).

¿Unicornios o carneros?


En estos versos que de nueve
en nueve van por el camino
no se me ocurre decir nada
que pueda —al bies— torcer el ritmo.
Porque, ay, amigo, tú bien sabes
—si no yo aquí ya te lo digo—
que pocas bestias hay más raras,
en lo tocante a metros fijos,
que los cabrones eneasílabos.




Imagen

Franz Marc: Ciervos en el bosque 2, 1914. 

Staatliche Kunsthalle, Karlsruhe (Alemania).