martes, 8 de enero de 2019

La p de Primavera

Luis Paret y Alcázar: La tienda de Geniani, 1772. Museo Lázaro Galdiano, Madrid.
«¿Y tú qué haces aquí?», le pregunté al verla tan decidida, ya dispuesta a colarse por debajo del mostrador y acaso a suplantarme en aquel negocio de venta de ataúdes que acababa de iniciar. «Soy Vero, tu prima, ¿no te acuerda de mí?», me dijo riendo. Y, sin más, se puso a mi lado. ¡Me dio un mal rollo...!
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lunes, 7 de enero de 2019

Propósito

La imagen puede contener: una persona, planta y exterior
Jaume Plensa: Invisibles (parcial), 2018. Instalación en el Palacio de Cristal del Retiro, Madrid.
© Jaume Plensa, VEGAP, Madrid, 2018

Nunca más, Nevermore, verás posarse
mis palabras en campos que no sean
territorios de luz. Pasen y lean
quienes estén ahí. No hay que quejarse

del tiempo que nos muele, más bien darse
cuenta de que las noches que hermosean
nuestras vidas son horas que pelean
a favor del gozoso demorarse

en la ruta. Y los días que nos ponen
por delante su afán y su misterio
son un don y vivirlos nos asombra.

Nunca más, Nevermore, quienes suponen
que hay en todo latiendo un improperio
serán dueños del sol. Ni de la sombra.

La o de olvido

Dibujo ©️Vicente Quiles Guijarro. 
Recuerde el alma dormida, no puedo dejar de pensar en ti, pastores los que fuér(e)des, y dexas pastor santo, no te tardes, carcelero, sino a quien conmigo va, que en todo el mundo non hay su par, matómela un ballestero, en mis manos levanto una tormenta, sin ti no soy nada, el dulce lamen tarde dos pastores... y así una y otra vez y otra..., andando entre la gente, también en soledad de amor herido, hasta lograr acorralar a la bestia insaciable del olvido.

domingo, 6 de enero de 2019

La Noche

Fresco de la Adoración de los Magos, en la capilla griega de las Catacumbas de Priscila, en Roma.
Datado hacia la segunda mitad del siglo II, se considera la representación más antigua de la Epifanía.
En la vida del niño, aquella (esta) era la Noche por excelencia: la puerta secreta de la maravilla. Y puede que las esperanzas y anhelos de todas las noches posteriores no hayan sido más que un eco de aquella ilusión.
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sábado, 5 de enero de 2019

La comitiva

Benozzo Gozzoli: Cortejo de los Magos. Frescos. 1459-1461.
Palacio Médici-Riccardi, Florencia.
Estaba en la cabalgata de los pajes, que recorrían el Barrio recogiendo las últimas cartas, cuando me llegaron al azar, nítidas y contundentes, las dos frases:
—Yo los he mandado a la mierda a los de La Moraleja estas Navidades.
—La puta niña tiene dos años, tampoco creo que sea cuestión de decirle que no existen los Reyes.

Los pajes, al paso, tiraban caramelos.
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viernes, 4 de enero de 2019

Fecha

Katsushika Hokusai: Aigoaka Waterfall in Edo, 
British Museum, Londres.
Del día en curso,
si sumas los guarismos,
brotará un haiku.

Hermosa casa,
brilla en el calendario
por su presencia.

Y en los bambúes
de sus cuatro costados
vibra la luz.

Hermosa fecha:
la casa Iluminada,
el río sagrado.

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jueves, 3 de enero de 2019

Hablarle a Borges (13)


La imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo, de traje y primer plano
Fotografía del Archivo de «La Nación».
(Hablarle a Borges, 46). Dicen que Borges dijo o escribió: «Algunas veces, al doblar una esquina o cruzar una calle, me ha llegado, no sé de dónde, una racha de felicidad.».
Y, de forma dudosamente espontánea, se me ocurre argüir: «Sí, maestro: en “las intersecciones de las calles y el tiempo” (que dijo el mago de Catroforte del Baralla), esas vaharadas de desconocido origen son tal vez la mayor certeza de la existencia de algún tipo de orden superior benevolente».


La imagen puede contener: una o varias personas
Borges fotografiado en la Universidad
Menéndez Pelayo de Santander.
(Hablarle a Borges, 47). Al parecer Borges escribió: «Miramos la vida, no ya como algo terminado, sino como un proteico devenir. Como una rauda carnavalesca teoría hecha de sufrimientos y de goces». 
Y tras leerlo, escribo: «Fascinante. La adjetivación, digo: puro oro borgiano. Uno no ha salido del “proteico devenir” cuando ya le está pisando los talones la “carnavalesca”, que, aun siendo teoría, toma cuerpo y gana velocidad, hasta alcanzarnos de pleno en el centro de ese ojo de la mente al que sin duda le debemos la mayoría de los gozos y una parte nada desdeñable de las sombras que van jalonando nuestra vida. Memorable».




(Hablarle a Borges, 48). Dicen que Borges, en su “Nueva refutación del tiempo”, escribió: «¿No basta un solo término repetido para desbaratar y confundir la serie del tiempo? ¿Los fervorosos que se entregan a una línea de Shakespeare no son, literalmente, Shakespeare?».
Y, literalmente empujado por esa claridad, improviso: «... una línea, en sus al menos dos acepciones (renglón, camino), sus tres sugerencias (ser, o no ser, o no ser ser), sus cuatro esquinas (💾), sus cinco letras, sus seis síes, sus siete capitales... Sí, un “término” es bastante. Paradójicamente, nunca se acaba. Ni el tiempo tampoco».
Borges en 1981, Marcello Mencarini /AFP Leemage.