Sin saber cómo, cuando ya declinaba la tarde sus últimos casos, y mientras los ecos del noticiario percutían en su mente como si Moisés mismo los hubiera bajado del Sinaí como una nota a pie de página de las tablas de la ley, se había adentrado en aquel laberinto simétrico y desde la estancia central, vacía, miraba en todas direcciones tratando de encontrar, si no la salida, imposible, sí las huellas palmarias del error para seguirlas hasta su hura y si fuera posible ver de cegar allí a la Bestia.
martes, 7 de mayo de 2024
miércoles, 1 de mayo de 2024
ENTRADA EN MAYO (RECta FINal)
Se inicia, amigos y amigas, lectrices todas, pacientes amigüitos al feisbúkico modo, mis muy queridos seres reales, seguidores perplejos del profético Nostra o de Perec o de los irresolubles Merluzos subdialogantes, hijos también del Dios Menor de la instantaneidad inmóvil, querido público azaroso privado de mejores cosas que hacer, señoras y señores, gente toda…: se inicia, digo, el 33º y postrero mes de LAS ÚLTIMAS NOVELAS (LUN), que allá por septiembre de 2021, y comenzando por la 1001, la buena de Sherezade tuvo a bien poner en marcha como contrapunto y regreso de aquellas iniciales también 1001 NOVELAS DE UNA LÍNEA (NUL), que se remontan a otros tres años y pico atrás, citas que noche tras noche nos han traído hasta aquí y ahora, como digo, se deslizan hacia su final, quién sabe si definitivo.
martes, 30 de abril de 2024
LA DECEPCIÓN
Al final del día de marras, caminando por el parque, se imaginó a sí mismo convertido en grafitero discontinuo y fue dejando en el muro blanquecino de las nubes sus pintadas…
lunes, 15 de abril de 2024
PARA ESE INSTANTE
lunes, 1 de abril de 2024
OJOS ADENTRO
Miraba intensamente cada reflejo fractal que le devolvía el espejo y con su mirar cada vez más preciso ponía en marcha el intrincado mecanismo de lo que un día iba a ser su alma.
domingo, 31 de marzo de 2024
ACRÓSTICO DADO DEL RESUCITADO
El Greco: «La resurrección de Cristo», 1597. Museo del Prado, Madrid. |
viernes, 15 de marzo de 2024
MARZO DE MELENCOLIA
Este ataque feroz de bilis negra que me sube del bosque de la infancia no me priva en verdad de la ignorancia que a su paso caudal la luz congrega