martes, 27 de diciembre de 2022

EL GRAN ESPECTÁCULO DEL MUNDO

Georges-Pierre Seurat: Le Cirque, 1891. Musée d'Orsay, París.

«Esto se acaba», le oí decir al portero del inmueble donde habíamos pasado tantas horas divertidas y mixtas, a mitad de camino entre la pura diversión y el asombro. «El juego de la vida —continuó por su cuenta y riesgo, como suele decirse— se parece a esta casa: hay inquilinos para todos los gustos y no es extraño que ocurran las cosas más inesperadas». Y como para hacerme una antepenúltima demostración de la verosimilitud de sus palabras me invitó a fijarme con detalle en ‘Los melanesios que hacían gimnasia con un disco de Haendel’, artistas en verdad azombrosos, aunque según pude saber después por boca de ellos mismos, gentes tan sensibles como humildes, todas sus posibles virtudes escénicas las daban por bien empleadas por el disfrute del inmenso honor que les suponía ser los teloneros de un artista tan genial como ‘El joven acróbata que no quiso dejar nunca más su trapecio’. «En el juego de la vida —concluyó el portero— no hay mayor virtud que la de saber en cada momento cuál es la vaina de uno y a qué carta quedarse». A estas alturas, yo ya tenía claro que estaba asistiendo al mayor espectáculo del Núñ Fu, que es como mi vigilante IA suele llamar al mundo en que vivimos.

(LUN, 523, «Perec al paso», 175-176)

lunes, 26 de diciembre de 2022

LOA DEL SOL NACIENTE

Estela o cipo egipcio que representa al dios Horus. Datada en el siglo VII a.C.
Metropolitan Museum of Art (TheMET), New York.

Había concluido como siempre un ciclo antiguo y el tiempo parecía destinado a proseguir de forma indefinida el camino sobre sus viejas huellas. De pronto lee en un libro que alguien le ha enviado palabras que le suenan familiares, incluso propias. Lo son. O no: quizá le pertenezcan en verdad al destinatario, que las da como anónimas, con un implícito asentamiento, con un trato que en cierto modo las salva del olvido. Lo toma como un buen presagio, tal vez como una de esas pulsiones apotropaicas que lee en el poema, sin duda improvisado, de otro amigo y, piano piano, y porque una cosa lleva a la otra, lo acaban conduciendo hasta la imagen del dios que se muestra de frente ante la luz, alzado sobre los cocodrilos y sujetando en ambas manos cerradas unos muy familiares cíngulos de los que penden animales que a menudo comparecen en sus sueños. Y todo ello mientras cree que el Papa, en su comparecencia para la bendición urbi et orbi, no cesa de pronunciar un nombre muy familiar (“Alfredo, Alfredo”), hasta que cae en la cuenta de que en realidad está lamentando las consecuencias de las guerras y otras penalidades, que dejan expuestas “al freddo, al freddo” y al hambre y a la enfermedad a millones de personas. No es fácil remontar el vuelo cuando el año finiquita entre tantas penalidades, pero es acaso más necesario que nunca hacer la loa del sol cada día naciente y confiar en su poder benefactor. Así sea.

(LUN, 524)

LA NUEVA BUENA

Giorgio di Bondone: El nacimiento de Jesús, 1302-1305.
Frescos en la capilla de los Scrovegni, Padua (Italia).

Es Navidad. Queda suspendido el tiempo. Sólo hay espacio para la eternidad, el presente continuo, la potencia en acto. Y el retorno de las viejas imágenes invencibles. Esa es la dádiva. ¿Y tú cómo lo ves, ChatGPT?

(LUN, 525, reverso del 866)

domingo, 25 de diciembre de 2022

DAU NADAL


Per camins de sucre i sal…
Camins de sucre i per sal…
De sal i camins per sucre…
Sucre de i per sal camins…
Sucre i de camins per sal…
Sal de sucre i per camins…
(LUN, 526)

sábado, 24 de diciembre de 2022

UN SECRETO A VOCES

Goya: Chitón, 1799; grabado número 28 de la serie «Los Caprichos». Museo del Prado.

«Chitón», dice, como si no supiera que estamos todos en el ajo, al final de la calle, de vuelta de todo.
Y esperando, siempre esperando.
(LUN, 527 ~ «Al pie De Goya»)

UN SECRETO A VOCES

Goya: Chitón, 1799; grabado número 28 de la serie «Los Caprichos».

«Chitón», dice, como si no supiera que estamos todos en el ajo, al final de la calle, de vuelta de todo. Y esperando, siempre esperando.

(LUN, 527 ~ «Al pie De Goya»)

viernes, 23 de diciembre de 2022

Ser Serrat no se acaba nunca

(En voz alta). A punto de cumplir 79 años, dicen las crónicas que hoy, 23 de diciembre de 2022, Joan Manuel SERRAT Teresa, conocido entre sus amigos como El Nano, y otrora llamado El Noi del Poble Sec, dará en el Palau Sant Jordi de Barcelona su último concierto. Puede ser. Aunque el futuro no está escrito. Y nunca se sabe. Pero lo seguro seguro es que durante los últimos 57 años, desde que en 1965 comenzara su carrera, SERRAT ha estado presente en la música, en la poesía, en la cultura y en la vida española con una vigencia sin parangón, un admirable y generoso ejemplo cívico y una maestría artística incuestionable. Por eso es imposible decirle adiós al maestro. Como bien demuestran las decenas de canciones que forman parte de la memoria colectiva, algunas verdaderos himnos e hitos inolvidables de nuestra educación sentimental, ser Serrat no se puede acabar nunca. Larga vida.


¿Es posible elegir una canción favorita entre las suyas? Muy difícil. Pese a todo, aquí va una de las primeras que marcaron el inicio de una ininterrumpida admiración.