sábado, 22 de octubre de 2022

«SOSTIENE POITEVIN», DICE SHEREZADE

«Juego de espejos». A partir de una foto de AJR.

«Mire, amigo —me escribe un lector que no desea decir su nombre, aunque no sea difícil suponer quién es—: estas cosas, porque son lúcidas y tienen claridad y peso, conviene decirlas en voz alta y no dejarlas perderse en el sumidero de comentarios que casi nadie lee y por tanto no llegan a formar parte del contexto de las cada vez más difíciles, pero aún posibles, conversaciones; de modo que con su resonancia, aunque improbable en guirigayos tan estruendosos, se vea algún modo de aminorar la joda de que una vez más las conversaciones se queden a medias, las ironías vacías de toda gracia y los significados vacantes. Por tanto hay que darle la voz al maestro y prestar mucha atención a lo que, sobre tema tan crucial como es la naturaleza del soneto, nos comenta desde su perspectiva, “quizá —sostiene Poitevin— muy distinta a la de alguien del otro lado del Atlántico, y quizá un poco distinta a la de alguien al sur del Río Grande […] La esencia del soneto —continúa—, para alguien de mi sensibilidad, está inextricablemente ligada al ritmo, no a la rima, no a la disposición de las estrofas […]. La tradición inglesa (particularmente la escuela norteamericana) rescata un aspecto estructural del soneto: la volta, el giro. En los sonetos shakespearianos, ese giro llega, a veces, algo más tarde que en los sonetos estructurados como los de Petrarca, pero casi siempre llega. Esa mezcla, la regularidad métrica y la aparición del giro de pensamiento o emoción, es lo que caracteriza al soneto. Es la manera peculiar y dúctil con que el soneto aborda la necesidad de la poesía de balancear repetición y sorpresa. La sorpresa puede nacer, para quien lee con inteligencia profunda, cuando el soneto nos da luces de que está consciente de su ser, de su ritmo interno, de su circulación, de su inevitable giro”. Fin de la cita». Y fin también del mensaje del lector, del que la simpar y siempre perspicaz Sherezade no ha dudado en hacerse cargo para ocupar, y cumplidamente , una de sus mil noches. Esta. No será la última.

(LUN, 587 ~ «Los lectores tienen la palabra»)

viernes, 21 de octubre de 2022

EL CANTO HILADO (17)


Captura de pantalla de la cubierta de la primera edición en español
del libro de Slawomir Mrozek La vida difícil, editado
por Sirmio-Quaderns Crema, Barcelona, 1995. Tomada de Iberlibro.

Por su parte, El Jefe de estación Fallmerayer, conocedor de "Primavera de café”, un libro de lecturas vienesas, vivió en Abril una Historia de amor, de la que fue testigo El profeta mudo Detrás de la puerta. Su Querido Miguel conoció por entonces Los días luminosos, pero también dejó constancia de La vida difícil que llevó mientras escribía su Diario de un viejo cabezota.
(LUN, 588 ~ «Desde el Acantilado/ebook», 169-177)

jueves, 20 de octubre de 2022

Eyewire



OTRO CASI/NO

Cartel de Casino (1995), de Martin Scorsese.

Asistimos asombrados a los fastos imperiales. La tormenta de caudales lo arrasaba todo. Dados cargados de dudas corrían por los tapetes. Y los negros cubiletes movíanse raudos. Mudas de serpientes por las mesas con viejos venenos, fichas de las apuestas y un vertedero de iras, entre espesas nubes de humo. Las desdichas de almas sin suerte. Y la muerte.

(LUN, 589 ~ «Sonetos enmascarados»)

miércoles, 19 de octubre de 2022

PEREC AL PASO

 CONFLUENCIA EXTRAÑA, HACIA LAS IMperecEDERAS CALLES DE PARÍS, ENTRE UN TRÁGICO RECUERDO Y LOS CHICOS MECÁNICOS

Escena de la película A Clockwork Orange («La naranja mecánica»), 1971,
de Stanley Kubrick, a partir de la novela de Anthony Burgess.

No éramos capaces de olvidar la historia. De hecho, volvía una y otra vez a nuestras mentes igual que caía sin cesar en el abismo de su tragedia ‘El profesor de danza muerto a palos por tres gamberros’.
(LUN, 590 ~ «Perec al paso», 165)

martes, 18 de octubre de 2022

El BOSQUE MINADO

Henri Rousseau, ´Le Douanier´: Deux lions à l'affût dans la jungle, 1909-1910.
Colección Particular.

En lugares que ya no existen, aunque seguramente somos muchos los que los tenemos presentes en algún rincón esquecido de nuestra memoria, hemos conocido a seres de verdad extraordinarios. Y a veces incluso hemos tenido la fortuna de intercambiar con ellos algunos gestos llenos de sentido y tal vez tres o cuatro palabras de ese idioma que sólo nosotros conocemos y que nos sirve para no perder por completo de vista la verdadera misión por la que vinimos a este extraño mundo efímero y cruel. La pérdida de conexiones cruciales y el paso de las horas cada vez más veloz vuelven muy difícil recordar qué significan o para qué sirven los extraños signos sembrados en los planos del bosque minado. No tendremos más remedio que interrogar a los prisioneros. Y confiar en que alguno se atreva a decirnos la verdad.

(LUN, 591 ~ «Clásicos profanados»)

lunes, 17 de octubre de 2022

Adiós al mago Arsenio Puro

(En voz alta). Ante personas cuyo arte consiste en burlarse de la lógica y el orden mostrenco del mundo uno nunca sabe a qué carta quedarse. Me entero, por diversas fuentes y de diversas formas, de la muerte de un mago tan singular y cercano como Arsenio Puro, alma mater de la Sala Houdini, en La Prospe, y tardo tiempo en descartar la impresión de que no sea un nuevo y muy singular truco, uno de esos “más difícil todavía” que desde niños nos han puesto en contacto con el maravilloso mundo de la imaginación sin fin. Pero no hay doblez en el trance: la muerte ha vuelto a ser el truco final. Una gran pérdida: la de un artista cercano y sobrio, provisto de un gran sentido del humor y muy admirado y querido en su gremio. Que la tierra le sea leve. Nuestro barrio está de luto.