sábado, 9 de octubre de 2021

A MENUDO NO SABEMOS DÓNDE

A MENUDO NO SABEMOS DÓNDE SE ENCUENTRA EL ÚLTIMO PELDAÑO NI EL FIN DE LA NOCHE

Anónimo: «El hombre de negocios exitoso en coches de lujo.
La conducción de un hombre cablet» (?).
Arte pop. ilustración vectorial. Retocado.

Aquellos muchachos hacía rato que merodeaban junto a mi coche. Yo dentro, ellos fuera. No parecían en exceso nerviosos pero algo, un sexto sentido, me hizo intuir que estaba en peligro. No me equivocaba. Cuando uno de ellos arrancó una de las varillas del limpiaparabrisas y la blandió a modo de fusta amenazante, caí en la cuenta de que eran una manada de putos zombis, de modo que conecté los reactores y salí volando. No suelo ver las películas de Walking Dead, pero tampoco me chupo el dedo. Bueno, sólo a veces uno. El meñique.
(LUN, 963)

viernes, 8 de octubre de 2021

DESDE EL ACANTILADO (III)

EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO (III, 31-50)

Querido Miguel, la reliquia encontrada en la Ciudad del hombre: Nueva York, resultó ser un autorretrato de Mozart y, junto a él, el espejo de las ideas ponía en primer plano (tú, como cineasta, entenderás bien esto) la embriaguez de la metamorfosis (¿o debería decir, también aquí, transformación?). Tres fueron las vigilias de Bonaventura: la muerte de Empédocles, el Cantar de los Cantares y el Día y la Noche. No puedo ser más preciso. Seguro que tendrás tus opiniones mohicanas sobre el mundo de ayer y la tragedia griega. También Pablo Picasso, experto como era en genio artístico y locura, Strindberg y Van Gogh, por no mencionar la querella de Castellio contra Calvini, conciencia contra violencia, todos, sujetos y acciones, son notas objetivas presentes en la novena de Beethoven, historia política del himno europeo, que, fíjate bien, amigo Miguel, y aquí me despido de ti, no es ajena a los orígenes del Islam. (Continuará)
(LUN, 964 ~ “Desde el acantilado")


jueves, 7 de octubre de 2021

Peldaños


Quisiera ser el dueño
de unas pocas palabras,
poderlas dar a cambio de un beso o una sonrisa,
aparearlas con otras que sepan darme otros
y entre todos
volver a cantar como niños.
Qué ingenuidad. Me estaba
contagiando del clima que desborda el poema
de la infancia
y más aún del reflejo
sobre vidrios quebrados
con que en la edad lejana
sin malicia ni historia
y al pie de una escalera
yo me sabía dueño
de una sola palabra
y rey de un nuevo mundo.
Todo eso ya pasó.
Ahora he
aprendido a saludar
a la belleza.

EL GIGANTE Y LA NIÑA

 EL GIGANTE Y LA NIÑA

«Adiós amigos», dijo el gigante, no sólo ni principalmente de estatura, al despedirse de una travesía tan descomunal que «ha sobrepasado», añadió, «todos mis sueños». Y mientras hablaba sostenía a la niña sobre sus piernas de gigante y alguien, dicen, le oyó musitar, entre suaves sonrisas e infinita ternura, con su voz de gigante: «Ha llegado la hora de aprender a jugar al cucú-tras».
(965 ~ “Fotos que dan pie”. Foto: Albert Gea/Reuters)

5

miércoles, 6 de octubre de 2021

Collage

(En voz alta). Nuevo artículo, poema o prosema, a la vez que reportaje caminado (como se prefiera), de Miguel Ángel Curiel, en la sección castellano-manchega del diario.es. Y, como suele ocurrirme, se impone la impresión de estar ante un viejo/nuevo periodismo literario de hondas raíces y extrema modernidad. Un verdadero placer. No se lo pierdan.

LAS COSAS DE NOSTRA (2)

EL PROFETA, EN LA PLAZA DE SAN CAYETANO, REVELA ÍNTIMAS SINTONÍAS ENTRE PUNTOS ACASO INVEROSÍMILES DEL UNIVERSO

Aunque no cesaban de llegarme noticias suyas, llevaba días sin verlo. Por eso me alegró mucho encontrármelo ayer noche, en la plaza de San Cayetano, en pleno barrio de La Guindalera, justo en ese sitio por el que algunas tarde se ven volar vencejos. Estaba en esta ocasión sentado en una mesa de la terraza del «Con-a-che», justo al pie de la entrada del mercado y, aunque parecía hablar solo, me di cuenta de que los clientes de las mesas de al lado no perdían ripio.
Esto decía: «Alguien que aún no existe, pero que ya está en ciernes, algún día verá estas imágenes de fuego y lava como un remoto suceso del que, como yo ahora, o tal vez de un modo por completo diverso, alcanzará a intuir la extraña red, no del todo azarosa pero sí imprevisible, que une cualquiera dos o más puntos dispersos de la geometría universal —esa constante— y que permite el vuelo de la mente y aun el abrazo extendido de lo diverso amable bajo el influjo de la ley universal de la gravedad…, salvo en esa cercanía de los núcleos donde todo es blancura y fuga eterna. De modo que, colegas y coleguis, mostrencos viandantes, guindaleros efímeros y emplazados: no os olvidéis de vuestras raíces celestiales. Sois polvo de estrellas. Yo también. Y ahora mismo me voy a recordarlo».
Concluida su perorata se levantó y, moviendo con soltura la capa en que se envolvía, se perdió en dirección a Cartagena. La calle, claro.
(LUN, 966 ~ «Las cosas de Nostra»)

Puede ser arte de una persona e interior
Giuseppe de Curtis: Il bevitori.

martes, 5 de octubre de 2021

¿PERO QUË ESTA PASANDO...?

 «¿PERO QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?», SE PREGUNTA EL VIAJERO, CABIZBAJO Y PARPADEANTE, AL SOLTARSE EL CORDÓN UMBILICAL QUE LE UNE CON LA NAVE NODRIZA

No sabía si lo que ahora tocaba era un eco, un estado, un al filo de los días, un en voz alta, un muro, un tuit, un mail, un like, un paleosms, un pleonasmo, un foro, un chat o un qué estás pensando. «Tal vez haya llegado la hora de ir haciendo las maletas», se dijo. Y apagó la luz. Eso sí, a precio de oro.
(LUN, 967)