EL PROFETA, EN LA PLAZA DE SAN CAYETANO, REVELA ÍNTIMAS SINTONÍAS ENTRE PUNTOS ACASO INVEROSÍMILES DEL UNIVERSO
miércoles, 6 de octubre de 2021
LAS COSAS DE NOSTRA (2)
martes, 5 de octubre de 2021
¿PERO QUË ESTA PASANDO...?
«¿PERO QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?», SE PREGUNTA EL VIAJERO, CABIZBAJO Y PARPADEANTE, AL SOLTARSE EL CORDÓN UMBILICAL QUE LE UNE CON LA NAVE NODRIZA
lunes, 4 de octubre de 2021
Peldaños
Quisiera ser el dueño
DESDE EL ACANTILADO (II)
EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO (II, 16-30)
2 comentarios
domingo, 3 de octubre de 2021
Fernán Gómez, genio y figura
(En voz alta). Una no muy conocida (creo) mini entrevista con Fernando Fernán Gómez, en cuyo centenario aún nos movemos. Genio y figura. Debe de ser del año 1977, que fue cuando se estrenó Mi hija Hildegard, una de los filmes más peculiares de la muy potente filmografía de FFG como director. Fue un privilegio (que siempre le agradeceré a mi amigo Jean Pierre Tilly) poder asistir a su entrada en la Academia, un momento en el que, de modo algo más que simbólico, la docta casa reconocía la importancia cultural del cine, algo que hoy nos puede parecer obvio pero que durante mucho tiempo, en aquellas polémicas algo vidriosas sobre la superioridad artística de la literatura frente al “séptimo arte”, fue objeto de no pocos desencuentros y confusiones. La modernidad y maestría natural de FFG en este sentido tal vez esté aún pendiente de la adecuada reivindicación. Algún detalle de esta entrevista es elocuente al respecto.
NIPSON ONOMEMATA ME MONON OSPIN
«NIPSON ONOMEMATA ME MONON OSPIN»*, OÍA EN EL SUEÑO Y ASÍ ERA
sábado, 2 de octubre de 2021
DESDE EL ACANTILADO (I)
EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO*
El destino de la literatura, junto con lo que Europa debe al Islam en España, puede que esté recogido en aquellos cuadernos de un mamífero —nunca supe cuáles eran aquellos ni cuál éste— que aparecían repletos de ilustraciones de Cézanne y otras pinturas metafísicas, hasta el punto de convertirse en una especie de relato soñado por cualquier escritor dispuesto a desentrañar el misterio de la carretera de Sintra. La polimorfa presencia de la carne, la muerte y el diablo en la literatura romántica es un asunto que prolonga el creciente interés por Dante y su obra: de hecho, además de servir para escudriñar en las ediciones de sus libros (pásense por la pequeña exposición de la Biblioteca Nacional de Madrid, si no me creen) hace que recuperemos la admiración por el afilador de cuchillos, ese superviviente al que no puede pedírsele que transmute su oficio en un poema de poesía silenciosa, o una pintura que habla, igual que cuando Braudel por Braudel, alzado sobre las doce sillas, se ponía a abrir el libro de la poesía reunida y, como si fuera un profeta de los buenos sentimientos, dejaba caer su pronóstico: «El año que viene volverá tu padre».