lunes, 11 de mayo de 2020
Nueva fase, sigue la lucha
Entre colegas
![]() |
Otto Dix: Retrato de la periodista Sylvia von Harden, 1926. Museo Nacional de Arte Moderno-Centro Georges Pompidou, Paris. |
«En no pocas ocasiones —me confesó el colega al otro lado del FaceTime— me he visto obligado a hacer de negro». Iba a pedirle detalles, pero se adelantó. «Hoy, sin ir más lejos, he tenido que publicar con otro nombre unos puntos suspensivos»... No fue necesario mostrarle mi solidaridad. Aunque tentado estuve de pedirle que me regalara una tilde. Para no quedarme solo ante el peligro. Y, ya de paso, poder despedirme de forma elegante.
...
domingo, 10 de mayo de 2020
El camino del sol
![]() |
Ilustración ©️Javier Serrano, 1920 |
Cuando era niño creía que mi casa era un castillo. Y cada día salía por su puerta más pequeña para emprender el camino hacia el colegio. Iba por un calle casi siempre en sombra —pese a su nombre—, llena de nobles edificios blasonados y de viejas casonas con amplios portalones que dejaban entrever frescos zaguanes.
El colegio era otro edificio palaciego (palos de ciego) con hermosas columnas de granito flanqueando las dos puertas de entrada sobre las que eran muy visibles sendas aldabas con forma de toro. Al lado, con porte casi catedralicio, alzaba su torre barroca la iglesia mayor de Santa María, a la que todo el mundo ha llamado siempre “La Colegial”, aunque son ya muy pocos los que recuerdan que sus clérigos fueron la causa de unas páginas muy brillantes de nuestra literatura y menos aún los que son conscientes de que en un sencillo nicho de su claustro están las mondas óseas —quizá ya sólo polvo— de un espíritu lúcido y zumbón.
Esta mole eclesial abre su gran ojo de cíclope —un rosetón de filigranas mudéjares— hacia la que llaman por imbatible nombre Plaza del Pan, lugar de viejos juegos, de muchos hechos, de no pocas imaginaciones, y acaso el sitio hacia el que más veces me veo volver en sueños, a menudo, y de forma extraña, montado a horcajadas sobre el breve pero acogedor lomo de un asno.
Y es que en el sueño pasa como en la vida o en la escritura: a menudo uno se echar andar por el mero placer de hacerlo y nunca sabe bien qué rumbo van a tomar sus pasos.
...
sábado, 9 de mayo de 2020
El invisible (t)
![]() |
Messa (Francesc Sempere Fernández de Mesa): Un fantasma en el estudio, 1955. Col. Particular. |
«Veo que me miráis como si no estuviera», leyó. «¡Vaya! —se dijo—, míralo: implora la luz amortiguando sombras». Y sin salir del juego ni darle más cuerda, concluyó con lo primero que había pensado, algo a mitad de camino entre la conjetura y la perplejidad: «A ver si el invisible va ser en realidad un fantasma...»
...
viernes, 8 de mayo de 2020
Virus a la vista
(Al hilo de los días). Un viejo refrán sostiene que «el miedo guarda la viña». Nunca parece razonable ni justificable recurrir a esa emoción primaria para alcanzar ningún fin. Pero si alguna situación puede excusarlo, tal vez estemos ahora de lleno en una de ellas. Y al borde de un precipicio. Tómense esto bajo la especie de simulación realista que se muestra en el enlace: así veríamos el mundo de ahí fuera si lleváramos un gran microscopio de efecto túnel en cada ojo. Incluso, me dice alguien, es una visión “edulcorada”: habría que ver el paisaje interior de muchos cuerpos. Por no hablar de las mentes...
Residuos nucleares
![]() |
Creación de Sara Joncas para el David Lynch Tribute Art, organizado por Spoke NYC con motivo del estreno de la III temporada de Twin Peaks, en abril de 2017. |
Le gustaría saber a qué puede deberse el hecho de que esta mañana, sin nada en apariencia que lo explique —¿tal vez una ráfaga de música imprecisa?— y con la viscosidad de un plástico duro, al despertar le asaltó una pregunta: ¿quién mató a Laura Palmer?
...
jueves, 7 de mayo de 2020
Gubia
![]() |
Sitial del coro de la catedral de Plasencia, tallado por Rodrigo Alemán y otros maestros (siglos XV-XVI). |
En una especie de antecedente de lo que después se llamaría Plástica, el padre Orcasitas, un artista él mismo, nos enseñó algunas muy valiosas técnicas para realizar entretenidos trabajos manuales que, en algún caso, nos permitieron fantasear con los viejos talleres de arte renacentistas. De aquellas lecciones prácticas recuerdo con especial insistencia el día en que aprendimos a manejar la gubia, que fue tal vez la misma jornada en que aprendimos su nombre. Con aquella nueva herramienta pudimos crear, casi sin darnos cuenta, pequeñas obras con cuadros maestros que desde entonces no han dejado de ser parte de nuestra vidas. La mano del arte es muy larga y, lo que es más importante, nunca deja de acariciarnos.
...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)