viernes, 6 de julio de 2018

El arquero

Flechas y veleta bajo el mismo vuelo. ©️AJR, 2018.


De casi todo lo que no se olvida
en el seguro día hacia el que vamos
puedo dar cuenta hoy. Mis hombros tienen
viejas costumbres ya consustanciales.
Y si hay palabras que ya no se dicen
para avivar rescoldos donde ardían
y giros expresivos decadentes
hasta en su ritmo, no tengáis cuidado:
son sólo muescas en mi cartuchera,
pistas que acaso puedan sernos útiles.
Por lo demás, no se ha perdido nada
con dejar de decir lo ya mil veces
dicho, la huella que ahora, quien la pise,
comprobará que sigue siendo exacta.
Concluyo: nadie puede ir más lejos
que la tensión que su arco crea. Punto.


La cita

Ramón Casas: Madelaine, también conocido como L’absenta y Au Moulin de la Galette, 1892.
Museu de Montserrat.
Entre las palabras y las imágenes se había ido creando una complicidad semejante a la que une a un grupo de amigos que frecuentan un lugar de encuentro y nunca saben con certeza a quiénes verán ni quién llegará primero ni sobre qué versará la posible conversación.
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jueves, 5 de julio de 2018

Rovelli

El físico italiano Carlo Rovelli. Foto tomada de aquí.
(Lecturas en voz alta). Por si cabía alguna duda de que la confluencia entre poesía y ciencia física (o viceversa) está en el meollo mismo de la comprensión y explicación del mundo, esta entrevista con el físico y ensayista italiano Carlo Rovelli contiene algunas precisiones del máximo interés y un buen puñado de sugerencias. Verbigracia: «Quizás una de las raíces profundas de la ciencia sea también la poesía: saber ver más allá de lo visible». Un texto que merece ser leído al menos un par de veces. Y que conduce a los libros de este gran divulgador. Lo recomiendo vivamente.

El cuento

Pintura caligráfica china, de la técnica Xieyi,
empleada, original e idealmente, «para escribir la idea o la intención».
Casi sin darnos cuenta, nos habíamos ido adentrando en el bosque y no tardamos en comenzar a sentirnos inquietos por el vuelo cada vez más cercano de los pájaros y a tener dudas de que el cuento realmente tuviera salida.
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miércoles, 4 de julio de 2018

Extraños en un tren

(Cinemagias🎬15). Como se ha dicho tantas veces, Hitchcock es el maestro insuperable en el arte de descubrirnos miedos y terrores que acaso no sabíamos que teníamos: a los pájaros, a la ducha, a las alturas, a las avionetas, al vecino de enfrente... Experiencias que, una vez descubiertas y reveladas por el extraordinaria manejo rítmico de las imágenes y de nuestras mentes, ya no nos abandonarán nunca y nos saldrán al paso en todos los momentos «sospechosos» de nuestras vidas, que a partir de entonces los serán casi todos.
Y no sólo hacia el futuro. Cada vez que vemos la insuperablemente terrorífica escena del carrusel sangriento de Extraños en un tren, se nos vienen a la cabeza todos y cada uno de los viajes que hicimos en la infancia en esas atracciones, sin excluir tal vez algunos gamberros juegos adolescentes. Y la angustia retrospectiva puede llegar a ser tan intensa, que por un momento logra aterrorizarnos de verdad.
Hasta que descubrimos que en realidad es un placer sentirla. Y que, de algún modo, con esa exaltación sensual y psíquica, le estamos haciendo un gran corte de mangas a todos los monstruos y criaturas abismales que viven agazapados en las esquinas cruciales de nuestras almas. Y que, por fortuna, aún (¡aún!) se desvanecen cuando les roza un poco de luz.

(Primera publicación en Facebook, 04.07.2017)

Testigo (v)

Rembrandt: Autorretrato, 1659. National Gallery of Art, Washington D. C.
Llegados a este punto, todo era proximidad.
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martes, 3 de julio de 2018

Hablarle a Borges (3)

Jorge Luis Borges, en agosto de 1983. Foto: EFE

(Hablarle a Borges🗣✍️, 11). Al parecer, Jorge Luis Borges escribió una vez: «Wilde afirmó que un hombre, en cada instante de su vida, es todo lo que fue y todo lo que será, todo su pasado y su porvenir». 
Dándole vueltas y estirando mi asentimiento, se me ocurre apostillar: «Bien por don Óscar, maestro. No parece muy distinto a lo que Machado —ya sabés, el hermano de Manuel— enunció con su “hoy es siempre todavía”, esa proyección del instante hacia su máxima tensión». 
Y luego imagino que los dos grandes escritores angloheridos se alejan caminando pausadamente por el oscuro corredor, mientras que, en su banco, el Otro sigue bebiendo su vaso de pura sombra («¡oh, pura sombra!») lleno.

(Hablarle a Borges☄️💫💥12). Dicen que Borges escribió: «El idealismo afirma que el universo es una apariencia; Carlyle insiste en que es una farsa». 
Y, nada más leerlo, al que suscribe se le ocurrió escribir: «No costaría mucho, maestro, atar cabos para concluir que probablemente el universo sea la apariencia de una farsa».


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(Hablarle a Borges 🌒13). Dicen que Borges alguna vez se preguntó: «¿Quién, al andar por el crepúsculo o al trazar una fecha de su pasado, no sintió alguna vez que se había perdido una cosa infinita?». 
Y, tras darle una vuelta y fijarme en las “palabras fuertes” de la frase, se me ocurre responder: «Tal vez ese “quién” buen pudiera ser JRJ, que llevaba el crepúsculo en el bolsillo del chaleco, enredado con la cadenilla del reloj y veces junto con la calderilla».

(Hablarle a Borges, 14). Dicen que Borges escribió: «La eternidad no es la suma del ayer, del hoy y del mañana, sino un instante, un instante infinito, en el cual se congregan todos nuestros ayeres». 
El comentario, más bien quejío, brota solo: «¡Ay, ay, ay, qué razón tenés, maestro!»



(Hablarle a Borges, 15). Al parecer, aunque hay dudas sobre el último término, Borges escribió: «Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible es saberse mortal». 

Y la reflexión surge inmediata: «Bajo su apariencia de silogismo impecable, ¿no es este, maestro, un ejemplo claro de esa actitud, menos cínica que humorística, que consiste en hacerse trampas en el solitario? O intentarlo al menos. Aunque la muerte, ya se ve, no se deja». 

(Parece ser que la última palabra del texto de Borges sería “inmortal”, en cuyo caso más que de «trampas en el solitario», habría que hablar de... «un ingenioso juego de manos a la vista del público». 
Tal vez merezca la pena darle una vuelta).