domingo, 19 de abril de 2015

La pregunta del billón


¿IRÁ RATO...? ¡TARARÍ!
(AJR: 3, 13; Palíndromos ilustrados, XLI)

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Sostiene Juan Filloy,  gran maestro del arte palindrómico y uno de los que más agudamente y con mayor énfasis ha reflexionado sobre sus cualidades, que la rara condición de las frases capicúas es de tal naturaleza que «en ninguna [otra] parte... se conjugan tan bien la existencia y la coexistencia». Y añade, en un tono que tal vez no hubiera desagradado a Borges, y que a nosotros acaso nos sirva para asimilar la dosis creciente de asombro e ira inmóvil que "sucesos" como el de Rato nos inyectan: «Tómese cualquier frase palindrómica. Literal, conceptualmente, posee una entidad lógica indiscutible. Mas, en esa posesión coexiste otra entidad idéntica oculta, que parece que no existe. Tal [es] el milagro privativo de la palindromía. ¡Único de absoluta unicidad! En la falacia del espejo "parece" convivir lo que existe y no existe. Parece: porque el reflejo no es más que imagen, elemento exterior, no vida: sólo en la taumaturgia de la palindromía es posible discernir, en la misma identidad literal, la singularidad ortográfica y conceptual. [...] La palindromía revela el misterio de la doble personalidad inserta en una». (Karcino, Tratado de palindromía, El cuenco de plata, Buenos Aires, 2005).

(Foto de Rodrigo Rato, de autor desconocido, tomada de El Huffington Post)

viernes, 10 de abril de 2015

El primer estriptís emitido en TVE



Entre los 50 anuncios televisivos que la Asociación Española de Anuciantes ha seleccionado para celebrar sus 50 años de vida figura el que puede verse sobre estas líneas. Corresponde al año 1959, sólo tres años después de que la televisión debutara en España. Así que, con toda probabilidad, se trata del primer, y durante décadas único, estriptís emitido en TVE, la televisión que durante todo el franquismo fue la única existente.

La pieza tiene el sello característico de los fundacionales Estudios Moro, la gran factoría española creadora de publicidad y de personajes como los de la familia Telerín o la calabaza Ruperta, entre otros varios que colonizaron nuestras miradas infantiles o ya adolescentes. Su principal impulsor, José Luis Moro, falleció el pasado mes de enero.

De este delicioso espot es fácil destacar algunos referentes cinematográficos bien visibles, como el agujero del principio, que tanto recuerda a la madriguera de Jerry, el ratón que siempre lograba burlarse del gato Tom. O, y sobre todo, el sensual desenguantamiento de Rita Hayworth en Gilda, la película que la censura convirtió en un imborrable mito erótico para toda una generación, poniendo de relieve que, en general, las prohibiciones ligadas al deseo solo sirven para avivarlo. Sobre esa célebre escena se llegó a afirmar que, tras quitarse el guante, la actriz se desprendía de todo lo demás...

¿Cómo se le pudo colar esta joya del erotismo y la insinuación a la férrea censura de la época? Resulta raro que, además de la evidente referencia sexual citada, los censores no se sintieran alarmados ante la metáfora carcelaria del gallinero, la cresta enhiesta y probablemente roja de los gallos, los aplausos anónimos ante el despelote... Por no hablar de las sibilinas referencias zoofílicas, un tipo de alusiones que rara vez escapaban a las aguas turbulentas de los habituales pantanos pecaminosos con que los censores torturaban su conciencia (y, de paso, avivaban nuestra imaginación). Puede que todo se diera por bien empleado, ante el castigo final de la cazuela que le espera a la gallina, no sólo por gallina sino por... fina.

Visto y disfrutado ahora,  además de por todos sus valores artísticos y arqueológicos, el anuncio bien puede considerarse como una lograda ilustración del caldo de cultivo en que se forjó nuestra sensibilidad.

domingo, 5 de abril de 2015

5 de abril



Brilla hoy más Clara***,
de Domingo Florido,
la Luz de Abril.

(¡Feliz primer cuarto de siglo!) 


*** Hmmmmmm

miércoles, 1 de abril de 2015

Profecías para hoy



En la Red, que cada vez más viene a ser la sigla de algo así como la Realidad Extensamente Dilatada, las cosas van tan deprisa, que las profecías parecen oráculos del pasado. En los últimos 25 años, una magnitud en la que en estos días tiendo a pensar a menudo por motivos personales, no existía casi ninguna de las tecnologías infocomunicativas que hoy nos rodean y lo invaden todo. O si existían, no estaban al alcance de casi nadie, ni ofrecían las posibilidades que los nuevos artilugios de todo tipo ponen ahora a nuestra disposición. Pensemos, simplemente, que en 1990 los teléfonos móviles (el adjetivo, impropio, aún no se habia sustantivado) eran auténticos ladrillos. Y palabras como internet, chat, blog, spam o no digamos la hiperexitosa selfie, tan absurdamente canonizada por la RAE, eran ignoradas por completo, al menos en sus usos actuales.

Pero no hace falta ir tan atrás para comprobar la velocidad a la que evolucionan los recambios tecnológicos. Basta obervar este vídeo, fechado en el año 2005, para ver hasta qué punto ciertas derivas de las TIC son bastante imprevisibles. Aunque también es verdad que cada vez resulta más difícil ser cabalmente conscientes (o simplemente conocedores) de lo que en realidad está ocurriendo desde el punto de vista tecnológico.

El vídeo, cuyo tono ligeramente apocalíptico puede resultar en algún momento incluso risible, pinta un panorama para 2015, a nueve años vista, que en alguno de sus vaticinios (ese Googlezon amenazador, o la desapariciòn de la prensa escrita) no se han cumplido en la fecha prevista, mientras que otros (y, singularmente, el impacto brutal de las redes sociales sobre los usos cotidianos y la penetración de los nuevos medios en la biografía de las personas) han ido mucho más lejos de lo previsto. Me parece, en todo caso, un documento interesante para meditar sobre estas herramientas que cada vez están más presentes en nuestras vidas. Y no de forma inocua.

sábado, 28 de marzo de 2015

La hora del planeta: algo hay que hacer



Este sábado 28 de marzo, entre las 20:30 y las 21:30, 
en la Posada apagaremos la luz para unirnos 
a la campaña anual La Hora del Planeta
que propone hacer una pausa significativa
en el consumo energético. 
No es que vaya a servir de mucho 
ni acaso sean estas las iniciativas más necesarias. 
Pero algo hay que hacer. 
Cada uno. 
En cada momento. 
Cosas tan simples y sabidas
como gastar menos energía, 
abrir menos los grifos, 
reciclar todo lo reciclable, 
consumir menos...  

miércoles, 25 de marzo de 2015

En el sexagésimo, primo, año de mi vida...


Esta figurilla de terracota, con toda su gracia y su antigüedad (certificada) de más de 3.800 años, es una pieza siro-hitita que probablemente (es una suposición) represente algo así como el rapto de Europa. O tal vez una fuga de amantes a lomos de una dócil y sagaz cabalgadura. Quién sabe si no se trata de una cabalgata festiva, y hasta un tanto carnavalesca, hacia alguna romería local al borde de las aguas. Una especie de Rocío marismeño del segundo milenio antes de Cristo. La pieza tiene todo el encanto de las artesanías salidas de manos acostumbradas a moldear la sencillez de la belleza. Y toda la ingenua creatividad de un espíritu infantil, que acaso sea el que ha mantenido en pie a la humanidad durante siglos. Y es el que todavía nos sigue iluminando, incluso a través de grandes artistas, porque acierta a retratar la realidad al trasluz de algunas de sus líneas esenciales. De un modo u otro, y en la misma onda de la diosa de las serpientes o el disco de Festos, es una imagen que acaba de llegar, primo, a mi vida ya sobrepasada la sexagésima puerta, junto con un juego clara y bellamente modernista (art déco, para ser exacto) de pluma, lapicero, abrecartas y tampón para lacre (esos viejos rituales), todo bien acomodado en un plumier que manos amigas han reconstruido con delicadeza; unas soleares redondas a ritmo de vals vienés; un vistoso cinto bien acompañado de dos pares de calcetines de hilo amable;  unas botellas de aceite de oliveras centenarias; una comida algo más que deliciosa en lo de Covadonga de la Rica -- que resulta ser hermana de una antigua compañera de trabajo y sobrina de un viejo querido sabio amigo-- y algún detalle más que, por más íntimo, me guardo. Así da gusto cumplir años. Aunque sean ya de un decenio inverosímil. Que sigan viniendo, primo, que seguirán siendo bienvenidos. Y gracias a todos. Y a la vida.

viernes, 20 de marzo de 2015

Bienvenida, primavera del eclipse


La primavera, estación tópica donde las haya y trópico del año que marca la deriva de la luz hacia las costas cálidas y los cuerpos desnudos, llega este año, el decimoquinto del tercer milenio (según algunos cómputos), envuelta en un eclipse de sol que nos ha dejado algunas imágenes en verdad espectaculares. La extrema realidad de estos fenómenos astronómicos y su presencia absoluta en nuestras vidas sin duda ponen en evidencia nuestra pequeñez en la inmensidad del universo y lo inexorable de las leyes que lo rigen. Pero también nos invitan a soñarnos astros errantes, pasajeros del infinito cósmico, como con tanta belleza y exactitud nos enseñó Carl Sagan.

Algunas de estas imágenes revelan, de forma sorprendente, una condición o naturaleza oculta del sol, que nos lo muestra como un cuerpo oscuro, fantasmagórico, del que nos llega toda la luz. En otras, la danza de los astros parece haberse confabulado para trazar símbolos poderosos de nuestro tiempo, en el que aún no han cesado, por ejemplo, las guerras de religiones, ni están claros los rumbos que van a seguir los pueblos. De cualquier forma, la primavera ya está llamando a la puerta. Y es una cortesía, además de un placer y una necesidad, decirle que pase,


Imágenes del eclipse de sol  tomadas de el_país