domingo, 10 de abril de 2011
Castilla-La Mancha, lugares para acordarse
viernes, 8 de abril de 2011
Movimientos
Fue desandando el muro erizado de cristales de los antiguos ritos.
Desanudó la túnica trenzada por la nuda costumbre
al acceder a cada uno de los umbrales declarados sagrados de la vida.
Deshizo las renuncias lavadas por el miedo y el peso de la culpa
con su escabrosa promesa cargada de placer.
Devolvió la mejilla rosada.
Calló ante la pregunta del confesor obtuso.
Mordió en el cuerpo blanco con un leve crujido de huesos lanceados.
Se arrodilló desnudo a los pies de su amor.
Y al fin creyó entender la voz del agua.
Imagen: «Carpe diem et Cave canem». Reflejos en un pub de Toledo. © AJR, 2009.
jueves, 7 de abril de 2011
Noche (casi) en blanco
Lo cierto es que la iniciativa ha ido prendiendo en otras muchas ciudades (yo la he vivido en Madrid en un par de ediciones). Y el pasado fin de semana (del 2 al 3 de abril) se celebró por primera vez en Alcalá de Henares. Es la primera ciudad no capital de provincia que se une al evento. Y al parecer, según dicen las crónicas, con éxito: unas 40.000 personas participaron en las numerosas actividades.
El caso es que esa misma tarde del pasado sábado día 2 me había comprometido a presentar en la Biblioteca y Archivo de la ciudad complutense la novela corta de mi amigo Pedro J. Cañada, Yo fui Cervantes, ganadora del XLI premio «Ciudad de Alcalá» de narrativa. La sorpresa surgió al comprobar que el acto estaba integrado dentro de las actividades de la Noche en Blanco (de hecho figuraba en el programa oficial, incluidos los agradecimientos) y que, por tanto, teníamos que competir a la misma hora (las 19:30) con no menos de otra treintena de actos, entre las que figuraban una conferencia de Luis García Montero, una sesión de cuentacuentos capitaneada por Pep Bruno, un recital de Enrique Gracia y Andrea Navas (con poemas de Cervantes), varias representaciones teatrales, firmas de autores en la paralela feria del Libro, diversas visitas guiadas a monumentos del rico patrimonio alcalaíno (incluida la del Archivo y Biblioteca en una de cuyas salas tenía lugar nuestro acto), un pasacalles a través del casco histórico amenizado por superhéroes como Batman, Supermán o Flash Gordon... y hasta un tren turístico.
Cuando, en compañía del gestor cultural del Ayuntamiento que amablemente nos recibió y acompañó, acudimos a la hora y lugar señalados, el público congregado para la actividad era verdaderamente digno de asombro: una persona. Un intrépido lector interesado al que en seguida convertimos en nuestro héroe, y para el cual no dudamos en iniciar el acto programado, aunque variando ligeramente el tono previsto. Al poco de iniciarse la presentación, sin embargo, fueron acudiendo a la sala más personas, y finalmente se creó un clima no disonante en exceso con los estándares propios de este tipo de eventos, especialmente cuando no están asociados a interés mediático alguno. De modo que, pese a lo que en algún momento llegamos a pensar, nuestra inesperada participación en la Noche en Blanco no fue una metáfora autocumplida. La pregunta acerca de si es oportuno y razonable organizar “tanto en tan poco tiempo y para no tantos” queda en el aire. Y también sobre cómo, más allá de lo puramente cuantitaio y aparatoso, puede medirse el verdadero éxito de este tipo de iniciativas.
En cuanto a la novela presentada, Yo fui Cervantes, sólo diré que es una divertida biografía apócrifa del autor del Quijote. Su originalidad reside en que, en vez de inventar episodios imaginarios para la vida del escritor, lo que hace es crear a un personaje que, por motivos que no conviene desvelar para no destripar la trama, acaba siendo el que vive episodios fundamentales de la biografía cervantina, con especial atención a sus estancias en Sevilla, Roma y Valladolid o el cautiverio en Argel. La novela está llena de humor y escrita en un lenguaje muy cuidado que tiene la virtud de acercarnos, sin disonancias, a la época y al estilo que describe, y en concreto a la prodigiosa lengua de Cervantes. Y lo hace sin caer en mimetismo ni antiguallas y, como queda dicho, con un peculiar sentido del humor.
lunes, 4 de abril de 2011
Árbol caído
Los predadores que acudieron presurosos y voraces al pie del árbol caído para hocicar en sus ramas muertas no supieron advertir que sus babas y excrementos estaban fecundando el humus sobre el que no tardaría en brotar, como retoño insospechado de la última dinastía del bosque, el ejemplar que una vez más habría de condenarlos a largos años de impaciencia y sombra.
lunes, 21 de marzo de 2011
Un día cualquiera
La poesía está por todas partes
Pero en ninguna se la puede ver
Es el reverso de Sus ojos rojos
La lengua absuelta de los sueños (o al revés)
El vendedor de rosas en diciembre
La luna que se abisma sobre el mar
La tos de todos los deshilachados
El mensaje sin menta ni miel
Pura y burlona como un número primo
Escalera de cuerdas Casa de caracol
Un periscopio encallado entre las rocas
La noche a medianoche en un portal
Poco a poco se abren paso las palabras
Y escapan por tus venas Nada más
Imagen: Henry Holiday, Dante and Beatrice, 1884. Walker Art Gallery, Liverpool.
martes, 15 de marzo de 2011
Pastoreando ayatolas
* Aunque el enlace es correcto, las múltiples utilizaciones han dado lugar, al parecer, a un bucle creando un problema de redireccionamiento. Por eso he incorporado el fragmento final de la entrevista rescatado de YouTube. La entrevista completa se puede ver cortipegando la siguiente dirección:
viernes, 11 de marzo de 2011
Japón, otra herida
Algún dios infernal enfadado y enfangado o, quién sabe, quizás también entrampado (¡la crisis!), ha pegado un puñetazo en el centro mismo del Averno y la cuna del Sol Naciente ha comenzado a temblar como si la estuviera meciendo un corro furioso de titanes.
Muy de mañana íbamos, mi musa y yo, camino de Yuncos cuando nos sorprendió la noticia del terremoto de Japón en la radio. En seguida me acordé de mi amigo Navajo cuyo hijo, un joven guerrero, vive en Tokio. Nada más dejar el coche pude hablar con él (Navajo padre) y me tranquilicé al saber que ya habían logrado entrar en contacto, a través de Internet, y que el joven guerrero se encontraba sin novedad. Asustado, claro, pero con ánimo suficiente para contar la experiencia con viveza no exenta de humor en su blog, Tokio Blues. Vivió el seísmo en el piso 12 de un edificio de 15 plantas.
De regreso en Madrid, a lo largo de toda la tarde no he podido dejar de mirar, aunque fuera de reojo, las imágenes terribles que arroja la televisión (lo sigue haciendo), en especial esas escenas de la ola gigante que se lleva por delante cuanto encuentra a su paso. Qué incómoda semejanza con las imágenes iniciales de la última película de Clint Eastwood, Más allá de la vida, una secuencia poderosa y por ficticia bella que recrea el tsunami que en 2004 arrasó el sudeste asiático.
«La sacudida ha sido tan potente que ha desplazado casi 10 centímetros el eje de la Tierra», dicen por la radio. Nadie da una cifra ni siquiera provisional de muertos. Se teme que se cuenten por miles. El tsunami amenza otros países (sobre todo las costas de Chile). Y aún hay cierta alarma (en Madrid son las 23:00) por la seguridad de una central nuclear.
Otro 11-M de infausta memoria. Otra herida de consecuencias aún imprevisibles. Otra constatación palmaria de lo delgada que es la frontera entre la vida y la muerte.
Arriba, La gran ola de Kanagawa, estampa de Katsushika Hokusai.
Imagen tomada de la web esacademic.com