Probablemente sea un dato ampliamente conocido, pero yo acabo de enterarme mientras veía la exposición de Francis Bacon en El Prado (o mejor dicho, el vídeo* de una de las entrevistas que le hizo David Sylvester que se exhibe en ella). Y estoy sorprendido e incluso estupefacto.
Resulta que el pintor británico, que debe buena parte si no de su fama artística sí de su popularidad a los numerosos estudios o versiones que hizo del Retrato de Inocencio X de Velázquez, ¡nunca llegó a ver directamente el cuadro original! Éste, como es sabido, se encuentra en la Galería Doria Pamphilj, de Roma, y pese a que Bacon residió hasta durante dos meses seguidos en esta ciudad, no se «atrevió» a enfrentarse cara a cara con él. Todas sus interpretaciones de la obra se basan, por tanto, en reproducciones contempladas en libros, postales o revistas. De hecho, como se explica en la exposición, cuando hizo la primera representación sólo conocía la imagen del cuadro de Velázquez en blanco negro…
No sé si de este dato (suponiendo que no sea una “broma” del artista) se puede extraer alguna conclusión interesante. Pero la verdad es que a mí me ha producido por un momento la sensación de que Bacon, además de atreverse a retratar la condición humana en todo su despojo, poseía un muy oscuro sentido del humor.
Por lo demás, la exposición (que ya está en sus últimos días) es toda una experiencia. Quizás vuelva sobre ella y sobre el artista en otra ocasión.
* Parte de la entrevista de Sylvester (aunque sin los subtítulos con los que se exhibe en El Prado) puede verse aquí.
Francis Bacon: Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez, 1953. Óleo sobre tela, 153 x 118,1 cm . Des Moines Art Center. Iowa, Estados Unidos.