Los Implorantes (un homenaje a J. Habermas) No recuerdo bien las precisas circunstancias en que surgieron
estos ‘implorantes’; solo, vagamente, que tomaron
impulso a partir de unas declaraciones del filósofo alemán,
que a sus 96 años aún conserva la lucidez y nos aporta una extraña
sensación de “ser-de-(o en)-otro-tiempo”,
mitad reconfortante, mitad alucinada (la impresión),
como dicen que también les pasa a las IAs.
En todo caso, implorar no es acción que nos resulte
ni ajena ni inútil, aunque cada vez se parezca más
al gesto del que un día creyó, tan ingenua
como necesariamente, que el maná, como la nieve,
iempre cae del cielo, y de cuando en cuando
alza los brazos
por si se repitiera el milagro.
Algo así. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario