jueves, 29 de febrero de 2024

 IMPROPERIOS CUARESMALES

—Por fin comenzó la fiesta.
—¡Enhorabuena!
—¡A buenas horas!
—Tengo entendido…
—¡Alto ahí!
—Vaya, pues sí que está usted suspicaz…
—Precaución solo.
—No se me amohíne, hombre.
—Es que lo veo “de” venir.
—Ese “de” está de sobra.
—Era tan solo un anzuelo.
—Ya, ya.
—Para verle los reflejos.
—Pues ya ve.
—Y si acaso…
—Diga, diga.
—Saber de qué pie cojea.
—Le dijo el tullido al manco.
—No hace falta señalar.
—No, si yo no…
—¿Usted tampoco?
—Bueno, es que solo quería…
—Diga, diga, no se prive.
—Es que, vamos, que me han dicho…
—A ver, a ver…
—Que es usted un agonías.
—¿Quién yo? Quite, quite, no me vaya usted a tiznar.
—¡Lo ve! Cuán fácil se enerva.
—¡Qué redicho, besugón!
—Vamos a la par, ¿no cree?
— ¡Es usted un andarríos!
—¡Será baldragas!
—Gualdrapas, más bien.
—¡Cabestro!
—¡Cafre!
—Ya veo: un vulgar cantamañas.
—¡Lo dijo un chisgarabís!
—No venga con chuminadas.
—Ni usted con soplapolleces.
—Veo que es usted un culo de mal asiento.
—No me toque las domingas, caballero.
—¡Vaya misales, Pernales!
—De esa no me consta el quibus.
—Habrá perdido el oremus.
—Eso será, ¡voto a bríos!
—Vale, vale, pues yo voto…
—¡Lo barrunto!
—¿Sí?
—Clarinete.
—No le guardo la papela.
—¡No te amuela!
—Quédese el Chápiro Verde para mejor ocasión.
—Y pasemos a otro asunto.
—¿Qué me dice de los patos?
—¿Los ribereños de acá?
—Equilicuá: del famoso Manzanares.
—Pues que andarán todos sordos.
—Con los ‘cobetes’ y eso.
—La curiosa mascletá.
—Eso. ¿No le parece que es…
—Una broma algo subida de tono.
—Estruendosa, mismamente.
—Pero también una muestra de mul-ti-cul-tu-ra-li-dad.
—Si usted lo dice.
—El hecho habla por sí solo.
—Ya lo creo que habla: grita.
—Pues ya puestos, vengan Fallas.
—Los Ninots ya los tenemos.
—¡No sea usted obsceno, hombre!
—Quite, quite…
—Que ya puestos, digo yo…
—¡No se prive!
—También se podría importar…¡de Cádiz el Carnaval!
—¡Brillante idea!
—La gran fiesta del humor y la palabra.
—Me pasaría febrero entero repasando tanto bueno.
—¡Ya le digo!
—Y este que es bisiesto más.
—Aunque lo veo yo a usted algo escurrío.
—¿Cómo dice?
—Sí, que se le quedan algo duros los gabrieles.
—¿Y eso que tiene que ver?
—No, nada, pero de madrileñismo hablamos..
—Pues menuda jaimitada.
—¡Es usted un Jeremías!
—¡Hala, hala! ¡Vuelta la burra al trigo!
—Eso le pasa por andar lechuceando.
—¡Oiga, lechuzo lo será usted!
—Lo decía en sentido alipórico.
—Pues tenga usted más cuidado.
—No se engatille, paisano.
—Ajajá: no se la compro…
—¿Qué cosa?
—La rima fácil.
—Se le ha dejado en la mano.
—Por eso mismo.
—Ya me vuelve usted de nuevo con su vieja rechuflilla.
—“¡No s'ha jodío aquí er niño de la polla lisa!”
—¿Cómo dice?
—Citaba no más. ¿Es que no ha visto las vírgulas, vulgo comillas?
—Creí que eran dos rasguños y que arañaba usté el aire.
—Tiene usted una cosas.
—La mímica, ya se sabe.
—¡Ay, qué polvorilla!
—¿Y qué?
—Las cosas que tienen fuste…
—No se ponga usted románico
—¡Se habrá visto el pajillero!
—¡Hala, dele!
—Se me salen los akais.
—Ojos como puñalás.
—Vaya chupa que le veo.
—Y con mucho perendengue.
—¡Y qué zanguango!
—¿Y qué más?
—Nada, si acaso…
—Suelte el caso.
—Solo nos queda invocar…
—¡Virgen de la Patarrastro!
—No diría yo tanto, pero…
—¡Sea!
—¡Sea!
—Ea!
—Ehhh!
(Y se alejan, poco a poco, hasta que no se les ve).
(LUN, 99 ~ El retorno de los Merluzos)



jueves, 8 de febrero de 2024

Los GOYA del 24 por 38ª ocasión

Que el cine no es ajeno a los problemas de la sociedad parece una verdad de perogrullo, incluso en tiempos como los nuestros en los que el peso de la banalidad es difícilmente mensurable y la presencia de lo mediático-visual, potenciado por el impacto de las redes sociales y el desarrollo de las diferentes platataformas que tienen a la Inteligencia Artificial como principal mediador y reclamo, amenaza no tanto con suplantar la realidad como con darle una dimensión incompatible con algunos aspectos de la conciencia humana que hasta ahora considerábamos esenciales. Punto. Esto aparte, parece que el curso cinematográfico que se premia en la trigésimo octava edición de los premios GOYA ha seguido la pauta de calidad del año anterior. Y lo que es incontestable (cifras mandan) es que la asistencia a las salas de cine en 2023 creció alrededor de un 26% respecto a 2022. Factores determinantes de ese aumento, junto con la normalizaciòn de la pospandemia, fueron el llamado efecto Barbienheimer, uno de esos fenómenos que de cuando en cuando sirven para atraer hacia las salas a todo tipo de públicos, más allá de los propiamente cinéfilos, especies todas ellas variadas, aunque como otras muchas claramente en extinción. También ha debido de contribuir a ese aumento, y de forma a veces muy destacada, la decisión de facilitar entradas a 2 euros los martes a mayores de 65 años, una medida que debería renovarse. ¡Renuévese, coño, que tampoco se va a arruinar el Estado por ello! Lo que enfáticamente desde aquí solicitamos. Y otro asunto candente, en el que no entraré, es el de la llegada del "¡A mí también!" a nuestro séptimo arte, con denuncias en cascada que ojalá sirvan para poner freno a la depredación sexual o simplemente babosa. Y queden a salvo, y de una vez por todas, los cuerpos y el sacrosanto reino de los deseos. Dicho lo cual, vamos con la quiniela. La entrega de premios tendrá lugar en Valladolid el próximo sábado 10 de febrero. A ver si sale una ceremonia aseada. Y soportable.


☻ Goya de honor: Juan Mariné.



A sus 103 años (cumplidos el pasado 31 de diciembre), el director de fotografía, experto en restauraciones cinematográficas e investigador Juan Mariné se convertirá en la persona de mayor edad premiado con un Goya. Un reconocimiento del que, a la vista del impresionante currículo del técnico y especialista, no hay ninguna duda de que es muy merecido y oportuno. Recomiendo repasar su biografía en Wikipedia y tambièn ver el documental que le dedicó María Luisa Pujol: Juan Mariné. Un siglo de cine (2020).

☻ Goya internacional: Tras las dos actrices premiadas en ediciones precedentes, la elegida esta vez ha sido la estadounidense  Sigourney Weaver por «su impresionante trayectoria plagada de películas inolvidables y por inspirarnos creando personajes femeninos independientes, complejos y fuertes». Entre el más de medio centenar de películas en las que ha participado, en algunas de ellas también como productora, se cuentan títulos como Alien: el octavo pasajero (1977) y sus secuelas; Armas de mujer (1988) o La muerte y la doncella (1994), quizás la que mejor recuerdo de las que he visto, junto con la muy notable interpretación de la zoóloga y etóloga Dian Fossey en Gorilas en la niebla (1988). Es también protagonista de sagas tan populares como Los Cazafantasmas o Avatar. Según ha anunciado la Academia, recogerá personamente el galardón el día 10. 


Mejor película: Tanto la muy interesante 20.000 especies de abejas (casi segura ganadora) como la espectacular ☻ La sociedad de la nieve me parecen claramente favoritas, y puede que a última hora los académicos se decanten por la de J. Bayona como signo de apoyo de cara a los próximos Oscar. Me sorprendería mucho, pero no me parecería injusto, que ganara Saben aquell. Y aplaudiría con entusiasmo si Cerrar los ojos fuera la elegida, aunque me parece abiertamente improbable. La quinta en liza es Un amor, de Isabel Coixet, aunque creo que en esta categoría es la que menos posibilidades tiene.



Mejor dirección: Víctor Erice, por Cerrar los ojos. Como ya he comentado otras veces, sin ser una película perfecta, es a mi juicio de lo mejor que ha dado el cine español este año, y constituye además un testimonio impagable de uno de nuestros grandes directores. Apuesto por ella, aún sabiendo que...

Mejor actriz protagonista: ☻ Malena Alterio por Que nadie duerma. Voto aquí también siguiendo criterios posibilistas: es el suyo un papel de mucho mérito en una película que me resultó altamente espesa y con momentos incluso disparatados (quizás influya el hecho de que la vi en la tele). Si de mí dependiera, la ganadora sería Carolina Yuste (Saben aquell), probablemente la actriz española que más ha crecido en los últimos años. 

Mejor actor protagonista: Manolo Solo, por Cerrar los ojos. No sería, sin embargo, sorprendente que se impusiera ☻ David Verdaguer, por su excelente, casi perfecta, interpretación del humorista Eugenio en Saben aquell. Mucho más que un homenaje.
 

Mejor dirección novel: ☻ Estibaliz Urresola Solaguren por 20.000 especies de abejas. Teniendo en cuenta que es también una firme candidata al premio absoluto, parece cantado que se llevará de calle esta distinción.

Mejor guion original: Michel Gaztambide y Víctor Erice por Cerrar los ojos. Una apuesta desiderativa, aunque soy consciente de que tiene también muchas posibilidades las ☻ abejas de Estibaliz Urresola Solaguren.

Mejor guion adaptado: Creo que será para el amplio equipo de ☻ La sociedad de la nieve, a partir del libro de Pablo Vierci. Opciones para Un amor, a partir de la aclamada e interesante novela de Marta Sanz.

Mejor actriz de reparto: ☻ Ane Gabarain, por 20.000 especies de abejas. Puede disputarle el premio Clara Segura por Creatura (que aún no he visto).

Mejor actor de reparto: No sin dudas apuesto por ☻ José Coronado, por Cerrar los ojos: tras un inicio un tanto titubeante, su interpretación en la parte final de la película es excelente y contribuye a que algunos de los aspectos menos logrados del filme se noten menos. Mención también para Martxelo Rubio. 

Mejor actriz revelación:  ☻ Janet Novás por O Corno. Esta película, difícil, demorada, oscura, desasosegante y con más de una "zona muerta", tiene en la sobresliente intrepretación de la actriz, bailarina y coreógrafa gallega la que para mi es su principal baza. Un debut muy convincente.

Mejor actor revelación: La Dani, por Te estoy amando locamente, excelente interpretación en una de las más frescas y mejor contadas historias del año

Y en las demás categorías...

☻ Mejor música original: Andrea Motis por Saben aquell. Opciones para Michael Giacchino por La sociedad de la nieve.
☻ Mejor canción original: Yo solo quiero amor, de Rigoberta Bandini. En  competencia con Eco, de Xoel López.
☻ Mejor dirección de producción: Margarita Huguet, por La sociedad de la nieve. 
☻ Mejor dirección de fotografía: Pedro Luque, por La sociedad de la nieve. O Valentín Álvarez, por Cerrar los ojos.
☻ Mejor montaje: Andrés Gil y Jaume Martín, por La sociedad de la nieve.
Mejor maquillaje y peluquería: El equipo de La ternura.
Mejor dirección de arte: Izaskun Urquijo, por 20.000 especies de abejas.
Mejor diseño de vestuario: Lala Huete, por Saben aquell.
☻ Mejores efectos especiales: El equipo de La sociedad de la nieve.
Mejor sonido: El equipo de 20.000 especies de abejas.
☻ Mejor película de animación: Robot Dreams, de Pablo Berger.
☻ Mejor película documental: Mientras seas tú, el aquí y ahora de Carme Elias. En disputa con Esta ambición desmedida, el documental centrado en C. Tangana. 
Mejor película iberoamericana: La portuguesa Alma viva.
☻ Mejor película europea: Anatomía de una caída, de Francia. Opciones para la italiana Las ocho montañas.
Mejor corto de ficción: Carta a mi madre para mi hijo, de Carla Simón.
☻ Mejor corto documental: Ava, de Mabel Lozano. O para Herederas, de Silvia Venegas.
Mejor corto de animación: To bird or not to bird, de Martín Romero.

 Aciertos ☻ Aproximaciones

viernes, 2 de febrero de 2024

CON LA "D" DE DON PÍO


Seamos serios: nadie en su sano juicio podría tener como personaje favorito de los tebeos de entonces, no digamos ya como héroe —“heroíno”, como se le llamó a veces— a alguien tan normalito y hasta francamente bostezante como Don Pío. Seguro, no obstante, que al conjuro de su nombre en la mente de algún coetáneo aún se ilumina su aspecto de hombrecillo de altura más bien menguada, volumen redondeado y hasta algo fofo o enclenque (cada adjetivo es una proyección), cráneo despoblado, bigotito de época y testa manifiestamente común cubierta con un bombín. Puede que, en efecto, como alguien sostiene, tuviera cierto aire chaplinesco, quizás más bien a mitad de camino entre el Gordo y el Flaco, y sin duda poseía un carácter más o menos apacible, aunque en su vida de oficinista no parecía haber más emociones que las tiranteces surgidas en la estabulada convivencia con su mujer, la muy mandona y algo estirada Doña Benita, de la que bien puede decirse, en general, que vivía de cara a la galería, siempre preocupada por el famoso qué dirán y sus secuelas. La verdad es que de las por así decir, eufemísticamente, “aventuras” de Don Pío no creo que haya nadie que recuerde nada. Ni falta que hace, no nos engañemos. Como mucho, alguien puede que haya archivado en una ranura estrecha los nombres de doña Culebrina o doña Vinagreta, vecinas más que insidiosas, siempre dispuestas a evidenciar con sus actos el porqué de sus nombres. Y puede también que, en la caprichosa cucaña de los recuerdos, el tal don Pío se nos aparezca bajo la efigie de algunos de los personajes que el gran José Luis López Vázquez llevó con su habitual solvencia a la gran pantalla. Quizás sea por eso —caigo ahora— por lo que este personaje se libre de precipitarse definitiva e irreparablemente, y sin decir ni pío, en la simas más hondas de la postergación.

(LUN, 121 ~ «Te veo tebeo, serie Z/A»)