La puerta del día (en la isla de La Palma). Foto AJR, 2013 |
Sostener un poema en la mañana
frente al grito
estruendoso o larvado
de la muerte.
Dar las gracias al dios del mediodía
por su rayo de luz
y el dibujo del cielo.
Poner al lado de cada cosa noble
la misma intensidad
y el ritmo libre
que acompasa las horas de la tarde.
Mirar el sol de sus ojos violetas.
Amar siempre la noche.
No dejar de soñar.
9 comentarios:
Sin duda, excelentes propósitos para conformar un poema excelente, fluido, esperanzado (lo que no es poco, tal como están los tiempos).
No son malos propósitos, no, estos "propósitos de marzo".
Un abrazo.
P.D.: Por cierto, ¿Por qué no anulas ese paso tan molesto en el que debemos demostrar que no somos robots. Llevo tres intentos y todavía no ha subido el comentario.
Gracias, Antonio. Y lo siento: ¿cómo se anula la trampa antirrobots? Hasta ahora, la única forma que he visto para hacerlo implica reconfigurar otras muchas cosas de blog; seguro que hay un camino más sencillo que, torpe de mí, no soy capaz de andar. Se admiten (y hasta se ruegan) sugerencias. Abrazos.
Me parece que ya está solucionado (lo de los comentarios). No había visto esa pestaña tan clara en el apartado correspondiente. Confío en que funcione.
Hago la prueba. A ver...
¡¡¡Funciona!!!
Hermosos propósitos que solemos olvidar.
Besos
Gracias, Virgi, escribirlos sirve para recordarlos. Otro beso.
Felicitaciones, señor posadero, sus palabras, tan hermosas, además de poesía constituyen un eficaz manual de supervivencia. Abrazos.
Gracias, Navajo, Ojalá sea como dices. Buena falta nos hace. Un abrazo
Publicar un comentario