El Gran Inquisidor, despistado en su lucha contra el mal, no se dio cuenta de la deriva inicua hacia la que lo estaba llevando el peso de la púrpura, unido a un lento pero visible desfallecer de los sentidos que empezaba a anularle la capacidad de raciocinio claro y distinto, largo tiempo adiestrada, y con tanto provecho, en las lecciones del Aquinate. El caso fue que, tras conseguir controlar la escena y la liturgia durante años, y después de ganar pericia artística en infinitas representaciones que cada vez parecían menos teatrales, vino a sucumbir al canto seductor y posesivo de un pájaro mendaz cuyo twiit-twiit le nubló la razón completamente. Fue entonces cuando decidió poner en pie el muñeco @pontifex y eligió para hacerlo tal día como el 12.12.12, sin percatarse (¿o acaso si?) de que ese guarismo lo convertía, a los ojos de todos, incluso de los menos avezados en cábalas y símbolos que cifran en el 666 el nombre de la Bestia, en el exacto, preciso, incontestable doble del diablo.
El papa Silvestre II y el Diablo.
Página del Cod. Pal. germ. 137, Folio 216v Martinus Oppaviensis, Chronicon pontificum et imperatorum, ~1460.
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4 comentarios:
Todo me da tanto miedo.
Renovarse o morir. Lástima que sólo lo hagan en los signos externos. Y en cuanto a lo del diablo, acaso cara y cruz de la misma moneda.
Abrazos.
No soporto las cretinadas de la Iglesia. En vez de ocuparse de cosas importantes...
Besos
Gracias, a los tres. Hoy, día de marras, comsummatum est, como diría el otro. Parece que el nick arrasa y ya circulan por la red todo tipo de variantes, desde la meramente higiénicas, al estilo Pontispontex, hasta las más picardeadas, como ese Pontisex que parece que levanta pasiones...
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