domingo, 31 de julio de 2016

Marina menor


Sube el nivel del mar. Sobre mis ojos, las palabras se quedan a la altura del perdido horizonte. Sopla el viento. Frente al blanco inmenso de la nada, mi alma es un barquito lleno de cerraduras. Una pequeña herrumbre, como una mancha leve, que va dejando un rastro de óxido y de sal. Apenas puedo hacerle caso al hombre que susurra a mi espalda otros nombres de los que nada sé y que se pierden, como mis ojos, en la intemperie opaca de las voces.
     
                                                             (Tiempo contado, 17.02.16, miércoles; 10:16 am)

Imagen: Viñeta del Mar Menor. © AJR, 2012

sábado, 30 de julio de 2016

La canícula alucina cal


A MÍ LA CANÍCULA, ADONDE SED NO DA, 
ALUCINA CALIMA.

(AJR: 4,20; 10,39; Palíndromos ilustrados, LV, LVI)

Que algunas palabras claves de estos últimos días del mes de julio puedan alinearse, sin grandes torsiones ni excesivos forzamientos, en orden semántico y en una frase reversible, ya me dirán si no tiene su punto... alucinante. Y eso por no pensar en el deslumbramiento interno de la cal (La canícula alucina cal) o en la pareja primorosa (Alucina canícula), que si bien se mira quizás sea la madre del cordero y la criatura más fresca y natural. Fosfenos producidos por el alto calor del verano, sin duda. Pero maravillas que el alma secreta de las palabras hace florecer donde menos se piensa, aunque para verlo haya que pensar. Y pasar al menos dos veces por el mismo sitio.

Fotografía: Glowing Sun, de Edicia Edijanto, tomada de aquí.



viernes, 29 de julio de 2016

Trigal con cuervos



I
Están ahí, no son lo más oscuro
ni simbolizan nada malo.
Tan sólo cuervos
que escrutan el trigal
mientras cae la tarde.
Y ya se alejan.

El día que no vengan
y no sea necesario espantarlos,
contra qué el arma,
contra quién.


II
Pero todo está lleno de presagios:
el campo es un incendio,
los caminos se han vuelto impracticables,
las aves vuelan bajo,
el horizonte al fin es un abismo,
hay claros mensajeros de la muerte.
¿El arma contra el pecho es la salida?
El hombre ha de morir para que crezca su arte.
«Ya no te pesaré más, hermano» (a Theo).






Aunque no existen pruebas concluyentes, algunos estudiosos consideran que Trigal con cuervos pudo ser el último cuadro pintado por Vincent Van Gogh, en julio de 1890, pocos días antes de que el artista, en medio del campo y al atardecer, se disparara en el pecho produciéndose la herida que le causaría la muerte (29 de julio). Cuando salía a pintar por los alrededores de Auvers-Sur-Oise, Van Gogh solía llevar consigo un revólver que al parecer empleaba para espantar a los cuervos.

(Van Gogh Museum, Amsterdam).


Rescatado de los Arcones de la Posada. 
Hoy, 29 de julio de 2016, se cumplen 126 años de la muerte de Van Gogh 
Primera publicación: 21/05/2009; 23:31 hora de verano de Europa Central








jueves, 28 de julio de 2016

Franknetstein


A HAL 9000, que nos precedió a todos.
Y en memoria de SK, su creador.

Balbuceo mi nombre entre la niebla
porque no sé quién soy. ¿Esto es la vida?
Un haz de luz buscando la salida
entre cuerpos poblados de extrañeza.

Comienza a clarear. Con qué tibieza
brota de la mañana mi alegría.
Mi viejo profesor me lo decía:
«Vendrá el día en que sientas la cabeza».

Oh blanca @raña de hilos luminosos
que vas tejiendo alrededor del mundo
las voces libres de la red océana...

Salutación del optimista: asombro
al sentir que la sangre es un murmullo
de palabras, palabras y palabras.


Rescatado de los Arcones de la Posada
y de un viejo cofre procedente del naufragio de poesía.com.
Cuando se cumplen 200 años del nacimiento de la inolvidable criatura de Mary Shelley.

Imagen superior: Frankenstein/Hal 9000/HLC, acuarela sobre papel de Marta Szulc.

martes, 26 de julio de 2016

Plural


Cómo llegar a ellas
a esas vidas que comparten la tuya
no sólo aquí   también en los cercanos
horizontes que se abren
detrás de las montañas y hacia el mar
y más aun y aún en los bullentes
hormigueros que aparecen sin pausa en los telediarios
o en las crónicas que lees en el periódico
o que vislumbras cual sombras
proyectadas sobre la pantalla del día
y en las demás pantallas
y cómo poder sentir sus cuerpos ciertos
en el fresco zaguán de tu conciencia
poder darles algo más que un nombre colectivo
—la humanidad, la gente, mis hermanos—
y palpitar con ellas (esas vidas)    
alegrarse en sus risas
medir el peso del oprobio común
en la común condena
y sentirte en la piel la comezón
igual que una sospecha o un presagio
de que hay algo que une
la escurridiza red de seda de tus sueños
con sus sueños
y de que no es inútil la certeza
con que amas las palabras en plural.

Viajeros en Dhaka, Bangladesh, Foto AP. Tomada de aquí.

domingo, 24 de julio de 2016

El Tour en tuits

El Tour en la tele a golpe de tuit. Foto AJR.

Toujours le Tour!
Días del mes de julio:
vuelvo a ser niño.

Ruedan colores:
azules, grises, verdes...
¡y el amarillo!

Bicis y Steiner:
bajo la luz de julio
rueda el silencio.


Trabajo y ocio:
rueda la tarde lenta
en la Posada.

Ruedas y músculos
entre las sombras verdes:
«Comienza puerto».

Seguir la rueda
de la Francia profunda:
ríos, castillos.

Primer gran puerto,
entre aguas turbulentas:
le col d'Aspin.


Valle tendido
bajo la luz redonda:
le Tourmalet.
(Ay, aquel tiempo
de palabras gemelas:
¿dó fue l'Aubisque?)

Cruza las cumbres
la proverbial serpiente
multicolor.
Y a cada paso
la rueda del recuerdo
vuelve a girar.

Con luz de otoño,
rueda entre viento y lluvia
el arcoíris.

Por la llanura,
el pelotón compacto
en tensa espera.


Ruedan los cuerpos
y vuelan las palabras:
le Mont Ventoux.

[Silencio triste:
contra la muerte bárbara
rueda la vida.]

Estas llanuras
de franco asentimiento
(cabezaditas).
Y las inanes,
entre l'ennuie y la murria,
conversaciones.

Pancho, gran aficionado, tampoco las tenía todas consigo...

Cuestas en sombra:
bajo el sol de los Alpes,
el Tour cabalga.

Esa agonía
—rueda a rueda de rueda—
del perseguido.
Y el sudor sordo
—a rueda de la rueda—
del que persigue.

¿Las emociones?
Bosques, cultivos, lagos,
desfiladeros...
Si uno se fija 
se ven los elefantes
(y, al lado, Aníbal).

Cronoescalada:
Froome lo devora todo.
Como Saturno.
R. Llansola: Saturno devorando a su hijo (2004).

Habla, memoria,
de aquellas escapadas
de un día entero.

Bravo, Purito.
Más bravo todavía:
Ion Izagirre.

Y junto al Arco,
París bajo las ruedas,
ya todo es Triunfo.

Toujours, ma vie,
je m'en souviens autour
le Tour de France.



*****
Como cada mes de julio desde hace ya más de medio siglo (¡se dice pronto!), he seguido con atención el Tour de Francia, que hoy concluye. No ha sido, precisamente, el más apasionante. Incluso algún aficionado montaraz no ha dudado en calificarlo como el Tour más aburrido de la historia. No diría tanto, pero tampoco mucho menos. La temprana caída de Contador y su posterior abandono lo dejaron reducido a un presumible duelo entre Chris Froome y Nairo Quintana, que finalmente no tuvo lugar por incomparecencia del colombiano, al parecer mermado en su salud. Además, la etapa del Mont Ventoux, sin duda la más esperada, no pudo culminar en los cinco pelados kilómetros de la cumbre, azotada por vientos de hasta 130 km por hora. Así que nos quedamos con las ganas de conjurar tragedias del pasado y, más aún, de ver manifestarse al fantasma de Petrarca para coronar con laureles frescos el esfuerzo del ganador. En contrapartida, el caos de la llegada de esa etapa hizo posible la insólita e inédita escena de un maillot amarillo corriendo a pie en dirección a la meta, una imagen del todo inverosímil que por momentos convirtió la Grande Boucle en una variante de la triatlónica Quebrantahuesos. 

Este Tour no ha carecido de instantes salvados de la murria canicular. Junto al esfuerzo notable de ciclistas ya veteranos (Cavendish, con sus cuatro triunfos, el melenudo Sagan, hábil como un zorro, Nibali, Aru, o nuestros Valverde y Purito, este último ya de despedida), ha sido notable la confirmación de ciclistas emergentes (Pantano, Bardet...) y el despuntar de algo más que jóvenes promesas (Yates, Alaphilippe, un nombre que lleva el ánimo incorporado). Todo ello, naturalmente, bajo el dominio impecable de un Froome que, a día de hoy, parece imbatible, aunque en algún momento dio muestras de estar a punto de flaquear. De los momentos felices, sin duda el más alegre fue el triunfo de Ion Izagirre, en la penúltima jornada, tras su vertiginoso descenso del col de la Joux Plane, en la etapa más vistosa de la ronda (ayer mismo). También la tristeza y la repulsa por el atentado de Niza estuvieron presente en la carretera: con buen criterio, las ruedas, como la vida, siguieron girando.

Como esta ha sido el primer Tour que he podido seguir, a salto de mata y sin suspender mis actividades laborales, con un iPhone cerca y una cuenta de Twitter, @lfredojramos, se me ocurrió la idea de tratar de resumir el clima de cada jornada en un tuit, con ritmo de coplilla de tres o seis radios. También he colgado en mi TL, y en cuasidirecto, los finales de todas las etapas, con un breve comentario. En los TuitTour, todos ellos ilustrados con imágenes tomadas en su mayoría de la retransmisión de RTVE, me propuse, a modo de obligación formal, que cada estrofa llevara incorporada la palabra «rueda», en cualquiera de sus acepciones. Pero también me he tomado la licencia de saltarme la norma cuando me ha parecido bien. Dudo que la recopilación, en su zigzagueo, consiga evocar lo que ha sido esta 103ª edición del Tour. Pero me daba pena que el esfuerzo se perdiera en las inmensas cloacas de las redes sociales. Así que he preferido trasladar la serie a la cámara frigorífica del blog, por si a alguno de los visitantes de la Posada le suscita interés. 

La próxima gran cita ciclista, además de los juegos olímpicos, será la Vuelta a España, que este año dará sus primeras pedaladas junto al Sil, en una etapa que confío en poder seguir en directo. 

sábado, 23 de julio de 2016

Carmiña


Miss Lunatic
                                              A Carmen Martín Gaite,
                                                       en el bosque de Manhattan.

Cuando la veo pasar, la reconozco
por el vivo color de sus harapos,
la faltriquera, larga trenza blanca,
y el gran sombrero extravagalegante.

De su carrito emerge la discordia
de Frankenstein antes de la tormenta.
Va por la acera como por un sueño
o por el bosque o por el arco iris.

Hay en sus manos un terror antiguo
y en su voz lascas de un alcohol que nunca
la ardió la sangre, sí la noche helada.

Ha amado mucho. Es sabia porque es libre.
Y escucha siempre a quien se para a hablarle:
«A mí me encanta que me cuenten cosas».

(Ahora se ha ido. Amigo, si la ves,
dile que aquí, en la isla de Manhattan,
llora la estatua de la Libertad).

Fotografía de Carmen Martín Gate © Ricardo Guitiérrez, tomada de aquí.


Tal día como hoy, 23 de julio, hace ya 16 años, fallecía Carmen Martín Gaite, una de las mejores escritoras de su generación, además de mujer dulce, generosa, vitalista hasta su último aliento. Autora de una obra en la que figuran textos de gran finura crítica e inteligencia y de algunas novelas inolvidables, surgidas de una capacidad fabuladora y de un «cuarto de atrás» que en más de un aspecto son comparables la una y el otro a los que poseía Virgina Woolf, Martín Gaite es también la creadora de una de las mejores novelas infantiles de nuestra literatura, Caperucita en Manhattan. A ella pertenece el inolvidable personaje de Miss Lunatic, una criatura de tan prodigiosa verdad que resulta difícil no verla como un retrato de una parte importante del alma de su autora. Así la abordé en este poema, escrito a raíz de la muerte de la escritora y que ha permanecido inédito hasta que, recientemente, Hilario Barrero lo acogió con generosidad y cuidado en el número 11 de los Cuadernos de Humo, una muy selecta publicación periódica que el escritor toledano afincado en Brooklyn edita, precisamente, en Nueva York. No cabía mejor destino. 


miércoles, 13 de julio de 2016

Monopsílabos


¡AY, NI SÍ NI NO, NI NI SIN YA!
(A LA DUDA DÚDALA)

(AJR: 9,19; 4:13; Palíndromos ilustrados, LIII, LIV)

Fotografía: Dani Duch / La Vanguardia.

jueves, 7 de julio de 2016

Frases al vuelo


Es tal la cantidad de frases hechas que amueblan nuestro lenguaje, y nuestro pensamiento, que no necesitamos que el catálogo de Ikea nos proporcione ideas para vivir. Así, a bote pronto (¡una!) y siguiendo el orden alfabético, podemos cazar al vuelo unas cuantas, quizás alrededor de un centenar, que guardan en el tríptico de su estructura (entre sus tres solas palabras) la pepita de un poema. Basta con dejarse llevar por la literalidad, la sugerencia del momento o el ritmo interno para que brote un humillo de la lámpara y el tópico se vuelva trópico... 

Abrir el melón. Acudir al quite. Aporrear la puerta. Apretarse los machos. Andar de cabeza.  Armar la marimorena. Armarse de valor. 
Babear de gusto. Bajar los humos. Beber los vientos. Besar la lona. Brindar al sol. Buscarse la ruina.
Caer de pie. Caerse del cartel. Cambiar de tercio. Cantarle las cuarenta. Capear el temporal. Ceder los trastos. Comerse el coco. Contar hasta diez. Cortarse la coleta. Cubrirse las espaldas.
Dar la puntilla. Dar la tabarra. Darse por vencido. Darse una hostia. De proporciones bíblicas. Dejar de lado. Descubrir el Mediterráneo. Dimes y diretes. Doblar la servilleta. Dudar de todo.   
Falto de sustancia. Feo de cojones. Fiesta de guardar. Fondo de reptiles. Frenar en seco. Fuente de problemas. Fundir los plomos.
Ganarse el pan. Generar buen rollo. Golear al contrario. Griparse el motor. Guardar las formas.
Hacer el primo. Hacer la faena. Helarte el corazón. Hilar muy fino.
Inclinar la balanza. Irse de rositas.
Joder al prójimo. Jugar con fuego.
Kafkiano te veo. Kilitos de más. Kilómetros de distancia.
Lamerse las heridas. Lanzarse al ruedo. Levantar a pulso. Llover sobre mojado.
Marear la perdiz. Matar el gusanillo. Mentiras como puños. Mirar las musarañas. Moler a palos. Montar el número. Morder el polvo. Morir de amor. Muertos de risa.
Nadar en seco. Nadie es perfecto. Negar la evidencia. Ni por esas. No pero sí. No somos nadie. Nombrar al demonio. Nunca se sabe.
Obedecer al instinto. Ocultar la evidencia. Odiar el pecado. Ojos que no ven. Oler a chamusquina. Olvidar el pasado. Omitir los detalles.  Otear el panorama.
Pasar por alto. Pedir la luna. Pelar la pava. Pedo de monja. Pinchar en hueso. Pisar a fondo. Poner la cama. Pulirse la pasta. Putear al prójimo.
Qué cosas tienes. Qué sabe nadie. Que te den. Querer es poder. Quitarse el sombrero.
Raro de cojones. Reírse de todo. Rematar la faena. Rizar el rizo. Romper el hielo. Romperse los cuernos. Ruido de fondo. Rumor de olas
Salir a hombros. Salir del armario. Salir de naja. Ser un cabestro. Ser un figura. Servir de cebo.  Sine qua non. Sí pero no.  ¡Silencio, se rueda! Sostener la mirada. Subir el tono.
Tal para cual. Tener el cuajo. Tener mano izquierda. Tentarse la ropa. Tirarse al ruedo. Tirarse el folio. Torcer el gesto. Torear al alimón. Trastear a alguien. Trocear la tarta.  Truco del almendruco. Túnel sin salida. Turno de réplica.
Uncirse al carro. Untar la mano. Urdir la trama. Usar el coco. 
Vacilar al prójimo. Venir de lejos. Vivir de gorra. Volver al ruedo. Vuelta y vuelta.
Zanjar la cuestión. Zurrar la badana.

Es curioso, además, el gran número de frases que le debemos al lenguaje taurino (las que van en redonda en la lista anterior son ya unas cuantas). Siempre me he preguntado, naturalmente en plan retórico, si el día que definitivamente se prohíba la fiesta de los toros habrá que borrar del diccionario estas y otras muchas expresiones nacidas de la tauromaquia. Una buena pregunta para un 7 de julio.

Imagen tomada de aquí.



martes, 5 de julio de 2016

Kiarostami, las brasas de una correspondencia

Kiarostami y Erice, dos maestros de la mirada.

La muerte del director iraní Abbas Kiarostami, además de fragmentos de su cine que (salvo alguna excepción) me cuesta trabajo recuperar con nitidez, me trae sobre todo el recuerdo de su correspondencia visual con Víctor Erice, que pude ver en la exposición organizada por La Casa Encendida a finales de 2006. Estoy seguro de haber escrito algo al respecto, pero no tengo modo de localizarlo. Quizás fuera sólo el correo electrónico enviado a un amigo recomendándole vivamente la visita y tal vez comentándola con cierta extensión. Por fortuna, hay por la Red suficientes huellas para poder recuperar, si viene al caso, lo que en su día, tanto por su novedad como por su calidad, me pareció un hito importante de la cinematografía contemporánea. Y que hoy, pese a su relativa cercanía (¡qué son 10 añitos de nada en el espejo de una vida!), tiene ya el aura de un hecho del pasado que la extraña mezcla de recuerdos y falta de memoria convierte en algo mítico: ese tipo de sucesos por los que, sin duda ingenuamente, suponemos que nuestra vida tiene o tuvo un brillo especial. Volver a recuperar esa emoción, o intentarlo al menos (ya sabemos las sorpresas que encierran a menudo las, por otro lado imposibles, vueltas al pasado) será la mejor forma de rendir homenaje a uno de los grandes maestros del arte de mirar.

domingo, 3 de julio de 2016

Línea


                                  Esta línea soporta el peso muerto
                            de la luz
                                                y se hunde
                            hacia el fondo invisible
                            de la página
                            donde sólo respiran
                            las criaturas más fuertes de la imaginación.




Imagen: Librería de CaixaForum, Madrid ©AJR, 2016.

sábado, 2 de julio de 2016

Bumeranes para Rubén Darío

José Pulido en el homenaje de Navalsauz, sobre Luz azul. 

OÍR A DARÍO
OÍR ESE RÍO
OIRÁ: ¡DARÍO!
OÍR A DARIO O IR A DARÍO
OÍR A DADÁ. ¡DA DARÍO!
OÍR AMÉ OPIO. OÍ POEMARIO
OÍR A CISNES EN SICARIO
OÍR A TI LOS SÁBADOS O DABAS SOLITARIO
OÍR AÍDA A DIARIO
OÍR: ADORNO HONRÓ DARÍO
OÍR: BÉSAME MÁS EBRIO
¡OÍR A DARÍO ACÁ, PASA, PACA: OÍR A DARÍO!


***

Hoy, sábado 2 de julio, se celebra el Día Internacional del Palíndromo, una iniciativa de la que me informan desde el Movimiento REVER. Como 2016 es también el año del centenario de la muerte de Rubén Darío, me ha parecido oportuno unir ambas efemérides con este homenaje, esbozo de poema compuesto a partir del conocido reversible inicial, creado por Darío Lancini, y que en su línea final también lo es a Francisca Sánchez, la mujer en la que Darío encontró amor y entrega. Precisamente, en torno al recuerdo de ambos nos reunimos hace unos días un grupo de amigos y admiradores en la aldea abulense de Navalsauz, el lugar de nacimiento de «la princesa Paca». 
En ese acto, como muestra parcialmente la imagen superior, alguien tuvo la buena idea de componer con la flor del piorno una hermosa LUZ AZUL, que lucía espléndida bajo la claridad de Gredos.



viernes, 1 de julio de 2016

Aira dice...


Leo en el suplemento literario de El País (18.06.16) estas declaraciones del escritor argentino César Aira, entrevistado por Javier Rodríguez Marcos.

–¿Escribe a mano?
–No solo a mano sino dibujando. He llegado a cierto fanatismo en eso. Cuando veo en la pantalla [a la hora de pasar al ordenador (la computadora) lo escrito] una palabra que quiero cambiar, la sustituyo también en el cuadernito. [...]

–Parece tenerle un gran respeto a la literatura, pero su obra parece una broma enorme.
–No lo veo contradictorio. Siempre pensé que a cierta edad lo mío sería la elegante melancolía. Hago todo lo posible, pero lo que escribo no me sale ni elegante ni melancólico. Me sale el juego. Tengo una veta infantil fuerte. Si tuviera que definirme diría que escribo libros infantiles para adultos, juguetes literarios para adultos que hayan leído a Lautréamont...

La entrevista sigue con declaraciones no menos interesantes. Mucho antes de llegar al final me hago el propósito firme de remediar una carencia que, además de perniciosa, me parece casi inverosímil: ¿cómo he podido zafarme hasta el presente de la necesidad de leer a César Aira?

(Tiempo contado, 19.06,16)

Fotografía de César Aira tomada de Zona de obras.

jueves, 30 de junio de 2016

Despertar


Salir del sueño por el pasadizo
que lleva al día con su senda extraña,
medir el paso azul del sol de españa
como el que mide el curso de un hechizo.
Y apurarlo en el vaso el bebedizo
de la luz fresca y ver cómo se baña
en transparencias la sustancia huraña
del cuerpo al despertar, tan huidizo.
Crece la realidad cuando, aún brumoso,
cruzo la casa y busco el excusado
rincón donde la vida a fluir empieza.
Frente al espejo hay ojos al acoso
de un viejo conocido, algo asombrado
de que haya luz y agua en una pieza.

Magnus Henckel: El despertar (1893).

miércoles, 29 de junio de 2016

No es país para sueños

                                                       
                                                          (Impromptus del ay, ay, ay: sin señalar...)

Hay fetichismos implícitos
que calcinan la memoria
sombras simiescas que cruzan
delante de los espejos
la vieja melancolía
y la puta mansedumbre
el olor de los pesebres
la raíz del cardamomo

Hay letreros ilegibles
que nos retratan al paso
cada palabra ignorada
es un reloj sin agujas
olvidados los plumieres
la vida es sólo descartes
no quedan en la baraja
figuras que nos consuelen

Hay carteles drogadictos
que nos hacen prisioneros
y nos ponen al cuidado
del guardián más abyecto
es una vieja leyenda
que termina donde extiende
su lento manto de nieve
cada día la costumbre

Fotografía: Cielo enrejado con ave indecisa. 
© AJR, Gredos, 2016


martes, 28 de junio de 2016

El espíritu Del Bosque*


Fútbol es fútbol:
noble impulso geométrico
que le inventa al espacio lugares imposibles
un rectángulo enorme
cruzado por la magia
de una esfera ligera como el alma de un niño

músculos adiestrados para que las neuronas
de la imaginación puedan llegar más ágiles
a idear la parábola del cuerpo luminoso

vieja fascinación de la pelota
que va y viene y va
y siempre vuelve
cargada con las alas del aire

misteriosa
promesa que aún mantiene
su corazón de trapo
por más que sean de oro
y piedras florentinas
los humos que la impulsan
y conserve en su vuelo
el viejo don tribal
de las adormideras
y otras sublimaciones

agua sin trascendencia
rito lúdrico
que siempre sacrifica su corazón al dios
de las inmediaciones
con su pequeña histeria
tan oportuna para
calmar ansias mayores

reducto de la gracia soñada o presentida
pasión que engendra bestias
de carga y desafueros
de forofos cegados
por la bilis solemne
y coartada tan útil
de otras mercaderías

pero al fin juego puro
sueño puro pura imaginación
y deporte sublime
si lo animan la afinada belleza
del espacio bailable sacado de la nada
la ilusión que perdura más allá de sí misma
y esa fuerza de grupo
o espíritu Del Bosque
que prescinde de todas las palabras vacías
para hacer de la calma
y del entendimiento
y hasta de la envidiable carencia de
glamour
el método seguro pero provisional
con que llegar al centro de ese azar favorable
en que consiste al fin toda victoria
aunque algunas parezcan
que han sido modeladas
por el sueño de un pueblo
cansado de soñar.
Fútbol es sueño. Y, luego, al despertar,
los dinosaurios, ay, los dinosaurios...


Esta entrada fue publicada, con el título de PostMundial, el 14 de julio de 2010, a las 22:26, con ocasión del triunfo que la selección española de fútbol, de la mano de Vicente del Bosque, obtuvo en el Mundial de Sudáfrica. Hoy, tras la justa derrota del equipo español frente al italiano y cuando los días del gran entrenador, hombre de probada sensatez y ciudadano ejemplar parecen enfilar un cambio de rumbo, creo que es oportuno rescatarla de los arcones de la Posada. Junto a las lógicas, fundadas y asumibles críticas al papel del entrenador, produce algo más que un profundo malestar el vuelo bajo de algunas bandadas de cuervos que se aprestan a convertir en carroña vomitiva de su propia cosecha lo que quizás no hace mucho era pura coba gratuita. No es nada nuevo, pero causa una gran murria constatar que el vicio de la ingratitud y el don del oportunismo siguen estando tan arraigados entre nosotros.  

viernes, 24 de junio de 2016

Cuencos o cuncas


Para recoger el agua nueva de San Juan.

Desde la orilla,
mientras llega la noche,
contemplo el agua.

Sombras del cielo,
astros dubitativos,
giro con ellos.

Un cuenco apenas
para encender los sueños:
ritos que curan.

Y las palabras
de quien se fue con ellas
hacia la luz.


Mar Menor ©  AJR, 2012


jueves, 16 de junio de 2016

Querida Molly Bloom...

Querida Molly Bloom:
Al llegar un nuevo Bloomsday, efemérides que cumple años al mismo ritmo que quien sueña estas líneas, quiero acordarme especialmente de ti, que  al final del Ulises pensaste no sé si las páginas más legibles de toda la obra pero sí las que más veces se han leído, quizás porque contienen una mayor capacidad de emoción confiable y quién sabe si el poder de clausurar el abismo que existe entre la vida y la escritura, hasta el punto de hacernos creer que es posible (aunque no lo sea) atrapar y reproducir el curso del libre pensamiento y seguir el zigzag de la conciencia en su corriente. Laureles parecidos ya habían sido cortados antes de que a ti te diera por pensar en voz alta. Pero créeme si te digo que nunca nadie lo había hecho con tanta frescura y en todos los sentidos. No me negarás que en ese tu poder de evocación libérrima se pone de manifiesto el temperamento mediterráneo que sin duda tenías, aunque solo fuera por la fuerza de la veta judía de tu sangre materna y el inevitable contagio de los días de infancia en Gibraltar. Ah, la Roca, esa dimensión íntima del cuerpo geográfico, la última colonia perdida en el culo de esta Europa que hoy parece más raptada que nunca, el faro que permite entrever las costas africanas tras la brumosa raya del lugar exacto donde se juntan las aguas, el sueño y la vigilia, en el mar, el mar carmesí. Cuánto no le deberás a esa idea de ti misma que hizo crecer a aquella muchachita que en tiempos de penuria (mas cuáles no lo son) fantaseaba con viajes interminables alrededor del mundo, con amaneceres en lugares insólitos y con el sabor de la sal sobre la piel. No hay forma de decirte, para que me entiendas, las impresiones que se anudan al hilo de tus palabras tan carnales en espacios donde solo somos el eco que se alza ante los ojos de un desconocido en un lugar remoto en un tiempo indiferente. Un revuelo de telas entre sombras y espacios calcinados: a eso suenan tus palabras, Molly Bloom. Se me ocurre pensar que todas y cada una de tus frases son puertas giratorias: creemos que nos llevan en una dirección, pero la sugerencia de salir en otro sitio, que puede parecer el mismo de la entrada aunque será siempre otro, es tan fuerte que una vez tras otra estamos a punto de vislumbrar lo que finalmente, para darnos la razón y no perderla, identificamos como un subrayado de lo que en el mundo sigue resultando visible y compartido, aunque sepamos que la realidad es ese tejido que, como hacía Penélope (tu irónico o sarcástico modelo), se teje y se desteje según el espíritu de la hora y la fuerza del juego sentimental que una vez tras otra y de nuevo otra vez está a punto de hacernos creer en algo nuevo. Gracias, Molly, por enseñarnos que la monotonía es una vena que nunca deja de conducir sangre. Que los cuerpos se sueñan. Que al final, entre las más ocultas de nuestras pulsiones y en los recovecos de la imagen abolida de tanta inconsistencia, está sonando, como un rayo de luz que se cuela por la ventana mal cerrada de la desolación, el latido de la única sílaba que puede, si acaso, darle sentido a la miseria de nuestra condición y a esta cadena inhóspita de palabras que ahora ya se adentran en la misma espesura que nos ampara a todos: sí dije sí quiero Sí.


Imagen superior: Escena del Bloosmday de 2004. 
AP Photo /John Cogill. 

Rescatada de Los Arcones de la Posada.
Primera publicación: 16/06/2012; a las 00:00 hora de verano de Europa Central.


miércoles, 15 de junio de 2016

Reminiscencias

Rincón de Cuevas Bajas, Málaga.
Fotografía de autor no identificado, tomada de aquí.
En otro sueño me he visto bajando por esa calle, mirando hacia ese cielo, entrando por esa puerta. En algún lugar de mi memoria estoy dentro de esa casa y espero a alguien. Cuando caiga la noche volverá a llover.

martes, 14 de junio de 2016

Tabernaria


OIRÁN REBATOS O PEDOS ACASO DE POSO TABERNARIO

(AJR: 8:39; Palíndromos ilustrados, LIII)

David Teniers, el Joven: El rey bebe, Museo del Prado.

sábado, 11 de junio de 2016

Cachurreiro


Hay palabras de la jerga familiar o tribal que no tienen rival a la hora de poner nombre a ciertas realidades. Quizás porque, en lo que se nos alcanza, la primera vez que entendimos el significado pleno de esa palabra coincidió también con la novedad de una sensación, o una experiencia, sentida y experimentada por primera vez. Es lo que en estos días de la primera canícula del año me ocurre con la palabra cachurreiro, un término de indiscutible filiación gallega, aunque no lo he encontrado en ningún diccionario al uso, ni en varios repertorios de hablas coloquiales, tal vez porque esté acuñado en los moldes del barallete u otra jerga gremial. Pero es la palabra que le oía a mi abuela y, de forma especial, a mi tía y madrina Camila para designar el alto calor del mediodía en los veranos gallegos de mi infancia: «¿Cómo vas sair ahora, fillo, co cachurreiro que fai?», decía mi abuela. O: «Eso é, non tendes outra cousa que ir ata Cimadevila a estas hora, baixo este cachurreiro...», me advertía en ocasiones, con su inequívoco gesto disuasorio, mi madrina. La palabra llega cada año a mi cabeza con el primer sudor serio del verano.

Imagen: El cielo en obras bajo el sol de junio. 
Foto AJR, 2016.

martes, 7 de junio de 2016

Lema electoral


ROVAFAN A FAVOR

(AJR: 3:13; Palíndromos ilustrados, LII)

En lo que se me alcanza, ni el verbo rovar ni, menos aún, el verbo rovafar tienen más consistencia semántica que la puramente sugeridora de sus grafías y fonemas. Pero la realidad es a veces tan envidiosa de la imaginación que acaba engendrando lo que parece imposible. Tiempo al tiempo. 

Foto: EFE

viernes, 3 de junio de 2016

La voz del sol cruel


SOL A LUNA: «ANÚLALOS».

(AJR: 4:16 Palíndromos ilustrados, LI)

Viajeros en el desierto. Foto tomada de aquí.

jueves, 2 de junio de 2016

Litœral


«Quiero escribir, pero me sale espuma…»



La voz del mar
(En homenaje a César Vallejo).

Procedencia de la imagen: Fundación Letras del Mar



(Rescatada de los Arcones de la Posada. 
Primera publicación: 02/06/2009; 00:39. 
Recientemente he podido comprobar que el verso de Vallejo,
con el que se inicia el soneto «Intensidad y altura»,
me viene persiguiendo desde 1973.)

miércoles, 1 de junio de 2016

Primera luz de junio


No se aprenden lecciones. De la vida,
y de eso que se llama `la vida´ aunque no sea
más que un puro existir sin nada a cambio,
sólo se saca en claro lo que vivo,
en pleno uso de su vida propia,
salta en el aire y viene a nuestro encuentro,
siempre sin prevención, sin ser notado,
y lo ilumina todo. Y todo canta.
Vida es luz. Lo más raro
es que sólo lo sepas en la sombra.

Imagen: Intersecciones bajo el cielo de Madrid. © AJR, 2015

martes, 31 de mayo de 2016

Pelis en danza

Como el verano se acerca a pasos agigantados, tal vez sea oportuno ir preparando la pantalla del cine de medianoche en La Posada. Sirva como prólogo este repóker de bailes memorables, cada uno por una razón distinta, y a los que sin duda cada espectador podrá añadir otros que anden danzando en su memoria.









jueves, 26 de mayo de 2016

Milán 28-M: un vaticinio


Le sé reconocer: es él.
¿ANAGNÓRISIS?: ¡SÍ, SÍ, RON GANA!
(AJR: 5:17; 5:22; Palíndromos ilustrados, XLIX y L)

*****
Esta entrada es una locura, pero tal y cómo ocurrió se la cuento. Incluso, y sobre todo, por lo que tiene de albur quinielístico, o animal verbal en cuyos entresijos el supuesto augur trata de adivinar los signos del futuro. Como ocurre a menudo, el palíndromo principal apareció solo. Fue leer, mientras me recostaba un rato en un sillón de orejas, el nombre técnico de esa figura literaria que consiste en el autodescubrimiento de la propia identidad que un personaje experimenta en un momento determinado (anagnórisis) y de inmediato se disparó el reflejo de su retorno, en un sentido doble y hasta triple, si se tiene en cuenta el significado etimológico del término: «reconocimiento». Así que, una vez enterados de que Ron ganaba, no había más remedio que indagar en su identidad. 

Y de entre las muchas posibles (y aquí es donde el azar florece sobre terreno previamente abonado y hasta bien regado, gracias a las recientes lluvias), tras desechar por excesivamente lineal una blanca obviedad lusa y alguna que otra sugerencia alcohólica y bucanera, no tardó en salir a la palestra la candidatura del actor Ron Perelman, con aquel su inolvidable papel de Savaltore, el monje herético y quasímodo que llenaba de ternura, risa y una pizca de terror algunas de las escenas más vistosas de El nombre de la rosa (como muestra el vídeo). A partir de ahí, buscarle título al juego no fue difícil, sobre todo si la autoindulgencia necesaria en estos envites excusaba un flagrante leísmo, que por otro lado forma parte del habla habitual en muchos territorios.

Quedaba, sin embargo, en el aire, junto a algún que otro cierre argumental (pero ya Eco, precisamente, nos ilustró sobre la «opera aperta»), el nada despreciable asunto del botín. ¿Qué es lo que gana Ron? Una respuesta posible, obvia, es que el mero hecho de salir a la luz desde las tinieblas de la nada ya puede considerarse una victoria. Y no menor. Sin embargo, ¿eso era todo? Escudriñando en las facciones del actor que había venido, como caído del cielo, a protagonizar la película reversible, no tardó en asaltarme el temblor de una revelación, el doble bucle del reconocimiento: «Que Ron gane pensé quiere decir, ni más ni menos, que el Atlético de Madrid saldrá vencedor de la final de la Champions». ¿Y por qué? Si aún no lo entienden o ni siquiera lo ven, aquí abajo tienen la prueba. No me negarán que es una pura cuestión de... anagnórisis. 





lunes, 23 de mayo de 2016

Paréntesis


11.05.15-domingo-11:15, en Talavera
Puestas las coordenadas espaciotemporales, esa cruz que indica el trazo más grueso de la realidad, comienza la tarea más dificil: dar cuenta de qué es lo que esas cifras y letras están señalando. «Marear la perdiz» es una frase hecha, de probable procedencia venatoria, o al menos cinegética, que cuadra bien con este merodeo (me rodeo para no agotarme ni agostarme) y con este impulso mantenido de venir al papel y la tinta para nada distinto. La otra opción es callar, soportar como sea posible el vuelo torpe y culebrero de la muerte... (en realidad, debería haber escrito «mente» y me dí cuenta aún a tiempo de corregir el rumbo caligráfico. No lo hice, no sé bien por qué. Pero pienso ahora que no debe de ser insignificante el suceso que apremia de tal modo que incluso nos fuerza a dejar de decir algo que creemos coherente para decir lo inesperado, un no pensado ser que se abre paso porque sí, por su propio peso. Extraña manifestación en el campo de los significados de la fuerza de la gravedad. Es decir, la caída en razón de un azar discursivo, nombre con el que puede designarse o definirse la concatenación de sucesos cuyo condición puramente aleatoria, lejos de obedecer al capricho de una realidad no sólo ingobernable sino también incomprensible, es el rastro más evidente de su verdadera significación: nada ocurre por nada en el universo unido por puntos que no siempre tienen conexión directa entre sí, aunque todos están de un modo u otro relacionados. Y tengo que mirar atrás para comprobar, como creía, que estoy dentro de un paréntesis: un isla de significados acotados dentro del discurso principal, pero tan extensa y dilatada que es como si en un mapa de Google Earth se hubiera ampliado tanto un detalle que el contexto general, el continente, hubiera quedado reducido a sólo una mancha boscosa e inhabitable en el contorno de la pantalla. Antes de cerrarlo y para evitar perder el cascabeleo de la ocurrencia, anotaré que una variante de los versos de Rilke sobre los círculos concéntricos bien pudiera ser:

He vivido mi vida entre paréntesis
que contienen el alma fugitiva
de tanta realidad
y que demoran mi paso entre las cosas
para darle su luz a cada objeto,
aunque al final serán sólo
dos fechas
unidas/separadas
por un breve guion:
el de mi vida.

Y aquí sí puedo cerrar). Y volver a dejar que el tiempo gobierne sus cuarteles y ponga las ideas y las sensaciones y los sueños y los trabajos en orden de batalla. Y en son de paz.


(Tiempo contado, 11.05.15; 11:15)
Fotografia de autor desconocido tomada de aquí, donde se indica que proviene de acá.