miércoles, 26 de octubre de 2022

LOS OJOS DE LA NOCHE

Calle en el Casco Viejo de Eburia.

(Pintadas)

Pues todo está ya escrito.
Pues todo esta ya ha escrito.
Puesto do está ya es Cristo.
Puesto detesta y es rito.
Pues todo este ay ya es grito.
Pues todo estalla escrito.
(LUN, 583)

martes, 25 de octubre de 2022

VOLVERÁS A LEGIÓN

Amalia Avia: Confesionario de Santiago, 1990.
Foto 
©️ AJR, tomada en la exposición «El Japón en Los Ángeles.
Los Archivos de Amalia Avia»,
actualmente en Sala Alcalá, 31, Madrid. Hasta el 15 de enero 2023.
Quién me mandaría a mí meterme en estos andurriales. Con lo bien que lo pasaba yo en las estampitas del Buen pastor. Incluso en el cuento del Lobo, que siempre había algún niño caritativo, y buen lector, que me salvaba. O alguna niña minuciosa que con sumo cuidado me libraba de las zarzas. Pero desde el día en que, movido por no sé qué raro impulso, me dejé llevar hacia esta ruta de riscos cada vez más montaraces y espinados, y de lluvias sepultadas con sus pueblos en el fondo de valle sumergidos, todo me resulta mucho más difícil, incomprensible, insustancial, sin sentido. Y lo peor es que no hay vuelta atrás: no se sabe de nadie que haya vuelto indemne de un viaje como este. Y algunos ni hemos confesado. Si lo sabré yo.
(LUN, 584 ~ «Clásicos profanados», homenaje a Juan Benet y Amalia Avia).

lunes, 24 de octubre de 2022

LAS COSAS DE NOSTRA

 

Un tramo de la Gran Vía de Madrid. Foto Alfredo Ahijado.

NOSTRA CONTRA LOS DRONES DE LA RIMA FÁCIL

Guasap urgente (“gusarapo”, en su jerga) de Nostra. Aunque creo que me llega con un par de días de retardo. Me limito a transcribir (sin editar nada): «Mecagüennlos drones de la rima fácil y en el ingenio que los vas parir. Manda webos, que no haya tecnología punta (y sin ene) que no tenga alguna aplicación bestial y cuyo único fin parezca ser ponernos en contra de la posibilidad de salir, y de una vez por todas, de los caminos del mal y la mísera cochambre moral, corporal e irredenta. Si algún día llegara o llegase yo a encontrarme cara a cara con el responsable de este interminable desaguisado, m’iba a oír. ¡Ah, si las innúmeras divinidades maléficas se conjugaran todas de consuno en una sola cabeza corpuscular... y cortarla de un tajo! Pero habremos de sufrir la multiplicidad del mal de los espejos hasta que la Sombra —si acaso— lo okupe todo… Y por cierto, ¿alguien sabe cuál es la velocidad de la sombra? ¡Anda que no nos quedan misterios por resolver!…» Fin del guasap. Lo acompaña la imagen que adjunto. No me pregunten por qué.
(LUN, 585 ~ «Las cosas de Nostra… por guasap»)

domingo, 23 de octubre de 2022

LAS MUSAS DE MACÍAS

John Kacere: Jutta (óleo sobre lienzo, 53 x 78,5 cm), 1973.

 MERODEOS Y TRAZOS A TRAVÉS DE LA PUERTA OSCURA

Nunca me había hablado, en sus confidencias amorosas y sensuales, de lo que él mismo llamó «mi intensa devoción por la puerta oscura». Pero aquella noche, quizás porque habíamos compartido unas pipas bien cargadas de aromático y potente hash, no tuvo palabras más que para ese tema y «no te puedes imaginar, amigo —me dijo— qué clase de delicias le sorprenden a uno a medida que se adentra en esos ámbitos, cómo van llenándose las cavernas del sentido y los vasos sanguíneos más sensibles de una potencia casi nunca lograda en ninguna otra estancia que hayas podido visitar, y cómo, una vez que los caminos se han ablandado convenientemente, aunque nunca sin perder la tensión, y tus pasos avanzan decididos en la oscuridad, poco a poco sientes que te va creciendo una claridad interior, nada cegadora pero sí destellante, y luego, como si separaras pesados cortinajes de suavísimas telas de un serrallo visto en las páginas de algún libro ilustrado por Segrelles, consigues llegar, entre bien marcadas y gratísimas ondulaciones, al fondo de la estancia, y allí puedes abrir una ventana geminada que, tras viaje tan oscuro, llena tus ojos y el recinto completo de blanquísima luz y hace que resplandezca todo alrededor como si fuera la primera hora del amanecer del mundo». Como notara acaso que mi gesto era ya mitad burlón, mitad aburrido, me miró picaruelo y, en medio aún de su nube de humo, concluyó: «Bueno, quizás no haya sido yo muy preciso en la narración de la visita. Pero puedes leer a Lezama en pasajes varios de su Paradiso y verás que contienen todos los detalles referidos con minuciosa exactitud y en ámbitos diversos».
(LUN, 586 ~ «Las musas de Macías»)

sábado, 22 de octubre de 2022

«SOSTIENE POITEVIN», DICE SHEREZADE

«Juego de espejos». A partir de una foto de AJR.

«Mire, amigo —me escribe un lector que no desea decir su nombre, aunque no sea difícil suponer quién es—: estas cosas, porque son lúcidas y tienen claridad y peso, conviene decirlas en voz alta y no dejarlas perderse en el sumidero de comentarios que casi nadie lee y por tanto no llegan a formar parte del contexto de las cada vez más difíciles, pero aún posibles, conversaciones; de modo que con su resonancia, aunque improbable en guirigayos tan estruendosos, se vea algún modo de aminorar la joda de que una vez más las conversaciones se queden a medias, las ironías vacías de toda gracia y los significados vacantes. Por tanto hay que darle la voz al maestro y prestar mucha atención a lo que, sobre tema tan crucial como es la naturaleza del soneto, nos comenta desde su perspectiva, “quizá —sostiene Poitevin— muy distinta a la de alguien del otro lado del Atlántico, y quizá un poco distinta a la de alguien al sur del Río Grande […] La esencia del soneto —continúa—, para alguien de mi sensibilidad, está inextricablemente ligada al ritmo, no a la rima, no a la disposición de las estrofas […]. La tradición inglesa (particularmente la escuela norteamericana) rescata un aspecto estructural del soneto: la volta, el giro. En los sonetos shakespearianos, ese giro llega, a veces, algo más tarde que en los sonetos estructurados como los de Petrarca, pero casi siempre llega. Esa mezcla, la regularidad métrica y la aparición del giro de pensamiento o emoción, es lo que caracteriza al soneto. Es la manera peculiar y dúctil con que el soneto aborda la necesidad de la poesía de balancear repetición y sorpresa. La sorpresa puede nacer, para quien lee con inteligencia profunda, cuando el soneto nos da luces de que está consciente de su ser, de su ritmo interno, de su circulación, de su inevitable giro”. Fin de la cita». Y fin también del mensaje del lector, del que la simpar y siempre perspicaz Sherezade no ha dudado en hacerse cargo para ocupar, y cumplidamente , una de sus mil noches. Esta. No será la última.

(LUN, 587 ~ «Los lectores tienen la palabra»)

viernes, 21 de octubre de 2022

EL CANTO HILADO (17)


Captura de pantalla de la cubierta de la primera edición en español
del libro de Slawomir Mrozek La vida difícil, editado
por Sirmio-Quaderns Crema, Barcelona, 1995. Tomada de Iberlibro.

Por su parte, El Jefe de estación Fallmerayer, conocedor de "Primavera de café”, un libro de lecturas vienesas, vivió en Abril una Historia de amor, de la que fue testigo El profeta mudo Detrás de la puerta. Su Querido Miguel conoció por entonces Los días luminosos, pero también dejó constancia de La vida difícil que llevó mientras escribía su Diario de un viejo cabezota.
(LUN, 588 ~ «Desde el Acantilado/ebook», 169-177)