viernes, 10 de agosto de 2018

Multitud

La imagen puede contener: cielo, nubes, árbol, crepúsculo, exterior y naturaleza
Oasis al atardecer. AJR, 2018
‪«Siempre la multitud de tu hermosura»,‬
nos dejó escrito Borges. Y esa línea,
con toda su riqueza —si apolínea,
no menos dionisíaca— nos cura
de la devastación plena y sanguínea
de la sola belleza y su tortura:
el ojo vengador que allí, en su altura,
nos vela sin cesar su faz virgínea.
No hay Platón ni caverna más oscuros,
en la declinación de nuestros días,
que el absoluto efímero del sueño.
Por eso es un consuelo que en los puros
semblantes que me muestras, vida mía,
venga la multitud a ser tu dueño.

La nadadora

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 Picasso: Bañista tendida, 1931. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte.
Préstamo temporal en el Museo Picasso de Málaga.
© FABA Foto: Marc Domage © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017.
Al verla nadando entre las aguas de su imaginación de un modo extrañamente parecido a como la vio nadar entre las sombras del museo y exactamente igual a como nadaba la protagonista de la novela que leía en la hora de la siesta, comprendió que hay una línea invisible pero real que pone en contacto todos los sentidos en todos los sentidos.
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jueves, 9 de agosto de 2018

Encrucijadas

La imagen puede contener: cielo, exterior y naturaleza
Antonio Muñoz Degrain: Ecos de Roncesvalles, 1890. Museo de Málaga.
«Mírelo de este modo —me dijo—: cuando se le crucen dos ideas, elija siempre la que le parezca más descabellada. Después, contrástela con alguna de las la ideas-fuerza que gobiernan su vida. Vuelva a elegir la más extraña. Y cuando tenga que hacer el primer movimiento, tuerza hacia la izquierda».
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miércoles, 8 de agosto de 2018

El cronista

La imagen puede contener: una o varias personas
Mariano Bertuchi Nieto: Paseando por calle Larios. Col. Particular.
«Y ahí perdió todos los estribos,¡todos!», sentenció rotunda la paseante, sin ser consciente de que alguien, a su espalda, tomaba nota con intención de contarlo.
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martes, 7 de agosto de 2018

Resonancias

Diego Velázquez: Enano con un perro, también conocido como Retrato de bufón con perro
o, preferiblemente, Don Antonio “el Inglés”, hacia 1650. Museo del Prado, Madrid.
Hacía mucho que no oía/leía el nombre de Arturo Serrano Plaja. Ha sido hacerlo, y he vuelto a sentir cómo «la mano de Dios pasa por este perro». Cosas del disco duro.
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lunes, 6 de agosto de 2018

Pregón

La imagen puede contener: planta
Antoni Clavé: La señora en la ventana, 1942. Fundación Telefónica, Madrid.
«... usted, señora —ella escucha la voz del vendedor ambulante— se acerca a mi vehículo y examina el producto. Si le gusta, se lo lleva, y si no, me lo quedo yo para mí».
Y así viene a ser todo.
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domingo, 5 de agosto de 2018

Hablarle a Borges (6)


(Hablarle a Borges, 24). Dicen que Borges escribió esta línea de un diálogo imaginado: «—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió». 
Y al trasluz del papel, como el que busca la marca de agua, he visto dibujarse esta otra línea: «—Ay, Teseo, Teseo —respondió Ariadna—. Ya has vuelto a perder otra vez el hilo».

(Hablarle a Borges, 25). Dicen que Borges dijo o escribió o tal vez entrambas cosas: «Hawthorne registraba esas trivialidades para demostrarse a sí mismo que él era real, para liberarse, de algún modo, de la impresión de irrealidad, de fantasmidad, que solía visitarlo».
Y aun sin comprender del todo la razón del aserto pero impelido por el brillo rastrero de una palabra, se me viene a las mientes la siguiente ocurrencia: «La “fantasmidad” es un grado, marcado pero aún tolerable, de irrealidad. El verdadero problema de la desubstanciación —del que acaso lo supo todo el ogro Anibal Lecter— es la ”fantasmismidad” De ahí no se sale. Ni de noche. Ni quizás en el más allá».


La imagen puede contener: cielo y exterior
(Hablarles Borges, 26). Dicen que Borges dijo o escribió o tal vez soñó: «La luna merece que todos los hombres la miren siquiera una vez antes de morir».
Y se me ocurre comentarle: «Uf, maestro: su romanticismo lunario, qué sentimental. Y eso que vos sin duda conocés bien la secular indiferencia del satélite. Y no ignorás —¿cómo sería posible?— que no hay más luna que la que no se acaba de ver nunca».