domingo, 16 de junio de 2013

Bloomsday Zapico

James & Joyce, por Alfonso Zapico.

Si no he contado mal, esta es la quinta vez que comparece el recuerdo del Bloomsday en la Posada. Lo hizo en primer lugar desde Galicia, después pensando en el Quixote, otra vez desde el pub James Joyce, de la calle de Alcalá de Madrid, y hace sólo un año a través de una carta algo melancólica a Molly Bloom. Ya bien avanzado el día de este caluroso 16 de junio de 2013, aún estamos a tiempo de mantener la tradición. Y para hacerlo nada encuentro más oportuno que traer a colación los dos  estupendas novelas gráficas que el dibujante Alfonso Zapico ha dedicado a James Joyce y a su mundo, y que tuve el placer de leer hace algunas semanas.

Publicadas ambas en 2011, en la primera de ellas, Dublinés, nos ofrece un retrato muy sugerente del escritor irlandés en los momentos más importantes de su vida, a los que Zapico se acerca con buena documentación y, sobre todo, con una gran intuición para captar y reflejar las escenas significativas. Complemento de este obra, de la que viene a ser una especie de cuaderno de viaje, La ruta Joyce es un itinerario por los lugares en que vivió el escritor. Zapico los recorre guiado por la pasión del mitómano, pero con los ojos y el sentido común bien abiertos, de modo que la obra, además de un homenaje y un recuento de huellas literarias, es una crónica personal llena de detalles de primera mano.

Los dibujos de Zapico tienen la claridad de la vieja escuela de nuestros queridos tebeos, a la que añade una capacidad de recreación escenográfica nada común y un dominio singular del arte de la caricatura realista. En suma, dos obras muy recomendables. Dublinés, además, fue galardonada con el Premio Nacional del Cómic de 2012.

viernes, 14 de junio de 2013

Ojo de araña


Se mueve mirando fijamente.



L  E  A  T  L  E  U  V  A  L A  D

V   I  E  N  T  O  V  U  E  L  V E

R  U  M  O  R  A   S  E  Ñ A  L A

R  E  L   D   I   A   T  R  A  E  S  I

M  E  N O S  L  U  Z   M  A  S  A

U  S  O  J  A  B  A  I   N   O  M  R


M  I  E  N  T  O 



miércoles, 12 de junio de 2013

Pinchar en hueso


O sea: ¿Jasón no saja eso?
No, sajan a Jasón.

[AJR, 6:18; 4:13;  Palíndromos ilustrados, 22, 23]

***
Los espectaculares efectos especiales de Jasón y los argonautas (1963), película de Don Chaffey, se deben a Ray  Harryhaussen, uno de los grandes maestros del tipo de animación conocido como stop motion, recientemente fallecido. 
In memoriam.

Ex tinta Tnitxe



Al volver del sueño, muy parecido al vídeo que ilustra esta canción de Faun (lo vi antes de acostarme, así que no caben dudas sobre su condición de resto diurno), si cerraba los ojos todavía podía leer en el muro de la mazmorra la inscripción que he copiado más arriba. No sé lo que significan esas palabras simétricas. Pero intuyo que mientras no encuentre la clave para descifrar su misterio no podré descansar en paz.

martes, 11 de junio de 2013

El dinosaurio



Al despertar me ha asaltado, como si fuera el propio bicho, el relato del dinosaurio de Monterroso. Venía en forma de una ligera molestia intercostal con la que me había dormido por la noche, más bien ya de madrugada, y se alzaba en el primer instante del retorno a la vigilia, aún entre brumas, como el signo inequívoco de la continuidad de la vida, y a la vez como antorcha de la conciencia.

Pero, por encima de los ajustes corporales y las sugerencias más o menos deportivas (¿qué es la vida sino una carrera de relevos?), enseguida comenzó a ganar terreno el propio relato del escritor hondureño-guatemalteco, su extraordinaria virtualidad, la riqueza significativa de su única línea prodigiosa .¿Alguien todavía la desconoce? Esto es lo que dice: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí».

La fuerza de este microrrelato estriba en que, se interprete como se interprete, siempre refiere un proceso de lucidez, de darse cuenta de algo: lo que podríamos llamar con propiedad «un golpe de conciencia». Ese es el amplio sentido en que resuena la palabra "despertó". No sólo por el hecho evidente de lo que significa abrir los ojos y la mente después del sueño, sino por lo que ocurre en cualquier momento en el que dentro de nuestra cabeza, quizás también a veces en el lugar del corazón o incluso cerca del estómago, suena un clic que nos hace ser conscientes.

lunes, 10 de junio de 2013

Monstruos


Por el doodle, o garabato animado, de Google me entero del aniversario de Maurice Sendak, el dibujante que, como es bien sabido, le dio a los monstruos un lugar donde vivir. Me imagino que ya muchos de los tan improbables como perspicaces lectores de esta página estarán al tanto, y supongo que la mayoría de ellos (pongamos que al menos seis o siete) habrá hecho clic sobre la flecha que en la puerta del Gran Buscador da acceso al gracioso desfile de criaturas, más mágicas que terribles (al menos en una primera impresión), salidas de la imaginación poco convencional del creador neoyorkino. A partir de ahí, los caminos para seguirle la pista y recalar en los múltiples rincones a que ha dado lugar su estela (libros, cine, música, arte, actividades parapedagógicas... sin excluir frikismos y etcéteras de variado pelaje) son tantos que, a qué engañarnos, marean un poco. Porque si en esos rumbos son muchas las posibilidades de disfrute, no es menor el número de los dilemas bifurcantes que en su reverso (las elecciones preteridas) llevan inscrita de modo inevitable la marca de la frustración. A partir de ahí, la deriva lógica, sin salir del mundo de Sendak, podría cobrar mayores vuelos, hasta caer en la cuenta de cómo estas nuevas tecnologías, que empezamos a utilizar de forma tan optimista hace un par de décadas, o poco más, se han ido convirtiendo en un espacio también poblado de monstruos y en el que se puede vivir de una forma que no siempre signifique estar de verdad vivo... Afirmación que tiene dentro de sí algunas hipérboles y un par de parábolas, no por obvias menos acuciantes o dignas de ser tenidas en cuenta. De momento, el homenaje a Sendak de este 10 de junio de 2013 nos lleva a convertir en pregunta (¿dónde viven los monstruos?) lo que el imaginativo neoyorkino concibió como localizador o mapa descriptivo de esos espacios de los que, desde muy pequeños, hemos oído que es mejor no hablar. ¿Cuánto tarda uno en saber que el verdadero lugar donde viven los monstruos no está fuera de uno mismo? Y una vez aprendida esa lección, ¿qué hacer con los monstruos de ahí fuera? Hoy, Maurice Sendak, que falleció hace tan solo 11 meses (el 8 de mayo de 2012), hubiera cumplido 85 años. Sus monstruos lo celebrarán con al menos otras tantas barrabasadas. Y nosotros, si nos dejan y pese a todo, también.

domingo, 9 de junio de 2013

Querejeta

Ha muerto Elías Querejeta, el gran impulsor del cine español de toda una vida, la nuestra sin ir más lejos, que casi podemos recorrer vivaqueando en sus títulos, entre los que se cuentan, como hitos imprescindibles, nada menos que La caza, La prima Angélica, El espíritu de la colmena, Cría cuervos, El desencanto, A un dios desconocido, Las palabras de Max, Mamá cumple cien años, Dedicatoria, Deprisa, deprisa, El sur, Tasio, 27 horas, Historias del Kronen, Barrio, Los lunes al sol...  La lista podría ampliarse sin mucha dificultad. De hecho, las imágenes inolvidables surgidas del cine producido por Querejeta compondrían uno de los mejores resúmenes de lo que ha sido el cine español de la segunda mitad del siglo XX. Estas secuencias son sólo una muestra que rescato como agradecido homenaje.















[Añadido del 11 de junio de 2013]
Pero si tuviera que elegir una y sólo una secuencia del cine de la «escuela Querejeta», no tendría dudas: el pasadoble de El Sur. Una película extraordinaria, pese a estar inconclusa, como ya he se ha contado aquí,  y que supuso la ruptura entre Erice y el productor de Hernani.  Una lástima, casi una tragedia para la cultura española, ese desencuentro.