lunes, 1 de agosto de 2011

August Small Huts

Croxford Gardens, Kidlington, Oxfordshire.


Cabañuelas de las primeras horas de agosto 
con la mirada puesta en el cielo oxoniense

Aclaramos palabras para salir de Julio
Y que la luz nos bañe durante el mes de Agosto
Para que el día tenga    por Septiembre y sus nombres
El lento andar del tigre que está    si ya es Octubre
Al acecho   y Noviembre   mientras la nieve vuela
Confirma sabio todo lo que Diciembre duda
Porque se acerca raudo   puerta del año   Enero
En la carrera fija de los astros Febriles
Y el vendaval de Marzo y las lluvias de Abril
Ay Abril que se viste por dentro    igual que Mayo
De otra luz y otra alegre esperanza:  que Junio
Tenga la plenitud del mes soñado
Que el Año sea un Día
Y el Día sea la Hora
De este Instante
En que todo nos dice:
Yes I said yes I will yes




jueves, 28 de julio de 2011

Puertas


Oigo en la radio que alguien califica la canción de Triana que figura sobre estas líneas (os aconsejo pulsar sobre el vídeo mientras tenéis, ojalá, la paciencia de leer ) de «oro puro». No sé si la metáfora es del todo ajustada, o acusa en demasía el peso dorador con que la nostalgia cubre ciertas cosas del pasado..., precisamente porque son del pasado.

En todo caso, el calificativo recorre con el dedo en mi conciencia un territorio preciso del mapa de la realidad y, quizás más que nada de lo que hasta la fecha haya ocurrido en las últimas semanas (incluida la atrocidad de Noruega), me instala en medio del verano, en el hueco justo por donde la luz cae a plomo y hace que el largo camino hacia la noche tenga como banda sonora un estridular de insectos multiplicado hasta el infinito, o al menos hasta ese agujero donde las horas van abandonando su condición de densas manchas de aceite y la brisa con que por fin se anuncia el triunfo de la sombra refresca la mirada y deja en suspenso el puro peso del sentir y, más aún, del sentir que se siente, como en el juego aquel o acaso en el desasosiego de Bernardo Soares... (¡Vaya deriva!)

Volviendo al caso, no está de más subrayar que por la puerta que Triana abrió con esta puerta han ido pasando desde entonces nuevas corrientes, incluido este homenaje de Medina Azahara, que da pie a comparaciones y preferencias. A mi me parece que entre sus diferencias (evidentes) hay un punto de continuidad (necesaria).

Entre las dos abren la puerta por la que se cuela en ráfagas amarillas el oro (tal vez falso: los tiempos son así de cicateros) del verano.


martes, 26 de julio de 2011

De viaje con Carlos Santana


Carlos Santana, en una imagen tomada de aquí.

Por esa veleidad de la memoria que fija lo que quiere y hace de lo insignificante significado, tengo asociada la fecha de hoy, 26 de julio, al descubrimiento de la música de Carlos Santana. En concreto, a su doble álbum Lotus, que en formato de casete conseguí tal día como hoy de hace exactamente 35 años, los mismos, por cierto, que acaba de cumplir el diario El País. Creo recordar que era un lunes pero no consigo precisar si había luna llena. Fue en el primitivo Corte Inglés de Callao, en el que más  mano me pillaba entonces y cuya sección de libros y discos era lugar idóneo para distraer tardes y objetos. Aún conservo la doble casete, aunque hace mucho que no he vuelto a escucharlas.

Corpus delicti/Corpus delecti.

No descubro nada diciendo que la guitarra de Carlos Santana figura entre las más destacadas de la historia de la música. En su trayectoria hay conciertos memorables, solo o en compañía de otros grandes virtuosos. Este vídeo pescado en Youtube no corresponde a Lotus, sino a otro disco que descubrí después y que se convirtió en uno de mis favoritos, AbraxasAdemás de una potente versión de «Mujer de magia negra» (minuto 4:50), el vídeo incluye espectaculares imágenes de la selva amazónica y del altiplano andino. Toda una invitación al viaje desde el mirador de la Posada.  Que lo disfruten.


sábado, 23 de julio de 2011

El filo




Cuando cada mañana
el sol descubre
las huellas blancas
y las sombras
que han dejado los  caminos  de la noche
sembrados de pequeños universos

girando en sus pequeños universos
la noche se remonta con sus alas abiertas
y vuelve al cielo 
oscuro que de nuevo 
la ha de ocultar 
del sol cada mañana.



Folio 249v del  «Codex Manesse» (siglo xiv), Biblioteca de Heidelberg.
Imagen tomada de liebes-kummer.com



lunes, 18 de julio de 2011

75 añ(ic)os

75 años después del día infausto en que se puso en marcha (el estallido de) aquel suceso del que no he tenido ni he dejado de tener memoria, esa guerra civil o, más exactamente, Guerra Civil, así, por excelencia y por Su Excelencia..., en este 18 de julio de 2011, año irreal por excesivamente real, en la cálida mañana de la calle Nieremberg me cruzo con una joven mujer que sostiene junto a sus pechos dos cachorrillos tiernos y lanudillos de una especie canina familiar (tal vez irish setter) y que parecen dormir plácidamente ajenos a todo cuanto ocurra a su alrededor que no sean las caricias lentas y minuciosas que su maternal dueña, o cuidadora solo, les propicia. «Y si esa fuera –pienso y sonrío– una imagen posible de las dos Españas…, las dos capaces de llevarle la contraria al poeta, y capaces por igual de calentar, cada una a su modo, el humano corazón...» Pero casi no puedo acabar de pensar la que ya me está empezando a parecer no sé si imposible o solo estúpida simetría (¿dónde se ha visto que lo tronchado en dos pueda ser uno, o más aún, que el que troncha puede ser igualado al que es tronchado?), cuando caigo en la cuenta de que no son dos sino cuatro los cachorros, tal vez cinco, una camada entera la que duerme en tan plácida y palpitante cuna. «Esta sí es –ya solo sonrío ante la indiferencia de los encantadores hijos de perra– la imagen real de esta bendita España de todos los demonios...»

Qué murga. Qué grima. Qué rabia. Qué tropa. Qué morro. Qué lejos. Qué cerca.

¿75 años? Dejémoslo en añakos. Sin grandes estridencias. Sin ruido de cristales rotos.

Imagen tomada de Animales mascotas.