lunes, 11 de octubre de 2021

LAS COSAS DE NOSTRA (3)

SORPRESA EN EBURIA POR MOR DE UNA CONFUSIÓN QUE TAL VEZ NO LO FUERA, O NO DEL TODO, AUNQUE QUIÉN SABE…

«O velho barbudo cinza sentado no banco de manhã». ©️Albertshakirov.

Gran sorpresa, incluso un susto enorme, me produjo descubrir anoche, mientras recorría las calles de nuevo animadas de Eburia, al mismísimo Nostra aposentado en un banco del Paseo de los Arqueros, con su barba en flor, sus ojos vivaces, su gesto como de hallarse ya a punto de estar de vuelta de todo y, de modo excepcional, sumido en un completo silencio, ajeno al mundo y con gesto algo ausente. La sorpresa y el casi susto no me impidieron situarme a su vera y fue entonces cuando caí en la cuenta de mi error: no era él, aunque se le parecía mucho. En realidad, quien deshizo el malentendido fue el propio presunto confundido que, sin duda captando mi perplejidad, me miró y me dijo: «Me has tomado por otro, ¿a que sí? Les pasa a muchos. Pero tampoco te equivocas tanto. No soy el que tú crees que soy, pero bien pudiera serlo porque en realidad a ese lo llevas contigo donde quiera que vayas». Luego, quizás al ver que no podía dejar de mirarlo ni era capaz de decir nada, añadió: «El que tú te has creído que soy también viene a menudo por aquí; ya sabes que los penas nos conocemos todo». Y tras una pausa, remató: «Al final siempre llegas al final».

(LUN, 961 ~ «Las cosas de Nostra»)

domingo, 10 de octubre de 2021

DESDE EL ACANTILADO (IV)

EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO (IV, 51-59)

Memorias, recuerdos de casi un siglo, pongamos, por ejemplo, de Homero a los Magos, la tradición oriental en la cultura griega: ese periplo pone de relieve en muy diversos escritos y documentos las pequeñas virtudes que más se valoran en el país de los dioses, aunque también valen para ejemplificar esto mismo los relatos de viajes por el Japón Meiji, 1890-1904, el recorrido incluso del Inferno y, puestos a balancear y observar de cerca la memoria sin tregua, lo más granado de la literatura árabe, esa querencia que don Américo y antes don Asín pusieron tan justamente en boga en este extremo nuestro al que alguien llamó “tierra de conejos”, que por algo sería. (Continuará).
(LUN, 962 ~ “Desde el Acantilado”)
Carlos de Haes: Acantilado, 1885. Col particular

sábado, 9 de octubre de 2021

A MENUDO NO SABEMOS DÓNDE

A MENUDO NO SABEMOS DÓNDE SE ENCUENTRA EL ÚLTIMO PELDAÑO NI EL FIN DE LA NOCHE

Anónimo: «El hombre de negocios exitoso en coches de lujo.
La conducción de un hombre cablet» (?).
Arte pop. ilustración vectorial. Retocado.

Aquellos muchachos hacía rato que merodeaban junto a mi coche. Yo dentro, ellos fuera. No parecían en exceso nerviosos pero algo, un sexto sentido, me hizo intuir que estaba en peligro. No me equivocaba. Cuando uno de ellos arrancó una de las varillas del limpiaparabrisas y la blandió a modo de fusta amenazante, caí en la cuenta de que eran una manada de putos zombis, de modo que conecté los reactores y salí volando. No suelo ver las películas de Walking Dead, pero tampoco me chupo el dedo. Bueno, sólo a veces uno. El meñique.
(LUN, 963)

viernes, 8 de octubre de 2021

DESDE EL ACANTILADO (III)

EL DESTINO DE LA LITERATURA VISTO DESDE EL ACANTILADO (III, 31-50)

Querido Miguel, la reliquia encontrada en la Ciudad del hombre: Nueva York, resultó ser un autorretrato de Mozart y, junto a él, el espejo de las ideas ponía en primer plano (tú, como cineasta, entenderás bien esto) la embriaguez de la metamorfosis (¿o debería decir, también aquí, transformación?). Tres fueron las vigilias de Bonaventura: la muerte de Empédocles, el Cantar de los Cantares y el Día y la Noche. No puedo ser más preciso. Seguro que tendrás tus opiniones mohicanas sobre el mundo de ayer y la tragedia griega. También Pablo Picasso, experto como era en genio artístico y locura, Strindberg y Van Gogh, por no mencionar la querella de Castellio contra Calvini, conciencia contra violencia, todos, sujetos y acciones, son notas objetivas presentes en la novena de Beethoven, historia política del himno europeo, que, fíjate bien, amigo Miguel, y aquí me despido de ti, no es ajena a los orígenes del Islam. (Continuará)
(LUN, 964 ~ “Desde el acantilado")


jueves, 7 de octubre de 2021

Peldaños


Quisiera ser el dueño
de unas pocas palabras,
poderlas dar a cambio de un beso o una sonrisa,
aparearlas con otras que sepan darme otros
y entre todos
volver a cantar como niños.
Qué ingenuidad. Me estaba
contagiando del clima que desborda el poema
de la infancia
y más aún del reflejo
sobre vidrios quebrados
con que en la edad lejana
sin malicia ni historia
y al pie de una escalera
yo me sabía dueño
de una sola palabra
y rey de un nuevo mundo.
Todo eso ya pasó.
Ahora he
aprendido a saludar
a la belleza.

EL GIGANTE Y LA NIÑA

 EL GIGANTE Y LA NIÑA

«Adiós amigos», dijo el gigante, no sólo ni principalmente de estatura, al despedirse de una travesía tan descomunal que «ha sobrepasado», añadió, «todos mis sueños». Y mientras hablaba sostenía a la niña sobre sus piernas de gigante y alguien, dicen, le oyó musitar, entre suaves sonrisas e infinita ternura, con su voz de gigante: «Ha llegado la hora de aprender a jugar al cucú-tras».
(965 ~ “Fotos que dan pie”. Foto: Albert Gea/Reuters)

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miércoles, 6 de octubre de 2021

Collage

(En voz alta). Nuevo artículo, poema o prosema, a la vez que reportaje caminado (como se prefiera), de Miguel Ángel Curiel, en la sección castellano-manchega del diario.es. Y, como suele ocurrirme, se impone la impresión de estar ante un viejo/nuevo periodismo literario de hondas raíces y extrema modernidad. Un verdadero placer. No se lo pierdan.