sábado, 17 de agosto de 2013

Un viernes

Día despejado. Foto AJR, 2012.

La lectura del periódico
Uno vuelve de
A varios planetas exteriores
Como si hubiera
Y no encontrara
Realizado un viaje
Entre las cosas de cada día
Los mismos acordes
Junto a cierto desorden
Regresa a la quietud
De lo que poco a poco
Y el mundo que creemos natural
Con este fardo de experiencia
El día se nos precipita


(Tiempo contado. Apunte del 27 enero 2012, 10:57. Hay una nota al margen, sin fecha: «¿Es posible encontrar un poema en el desorden de las frases?»)




jueves, 15 de agosto de 2013

Ribeira Sacra

Hacia San Xoán de Cachón. Foto XR, 26 julio 2013
Hace solo unos días, a  finales de julio, paseaba en familia por las frescas corredoiras de la Ribeira Sacra, abruptos caminos en penumbra que se adentran en los bosques de robles, castaños, verdes helechos arborescentes y espesa madreselva, al pie mismo de las terrazas levantadas en cuidadosos estratos sobre el Sil, en el cañón de aguas embalsadas que el río recorre justo antes de su desembocadura. Es el paisaje que desde niño llevo en los sentidos y en la memoria. Y más aún: las imágenes que primero se encienden en mi cabeza cuando pienso u oigo decir la palabra «paisaje». 

Ya en los días pasados en el Monasterio de Santo Estevo y en sus alrededores (en Cerreda, sobre todo, la aldea familiar, y al final en Santa Tecla, en Tierra de Caldelas), se comentaba lo peligroso que podía ser el resto del verano en cuanto a los incendios. Los temores no tardaron en cumplirse. Primero se produjo un fuego, por fortuna rápidamente controlado, en las cercanías del embarcadero del que parte el catamarán que permite hacer un paseo turístico por el Sil en dirección a Abeleda. Hace tan sólo unas horas ha podido ser controlado otro incendio, más grande, que ha arrasado la extensión equivalente a unos 75 campos de fútbol en las proximidades de la aldea de Pombar. Aún está por hacerse el balance de daños.

Ojalá me equivoque, pero no parece que estos vayan a ser los últimos desastres candentes en la zona. A los que, además, deben añadirse otros muchos fuegos declarados en diferentes puntos de Galicia. Y en el resto del país, en tierras como las del valle del Tiétar, que también me resultan muy cercanas. Es la misma canción de todos los veranos. Desde aquellos tiempos ya remotos de la publicidad del «cuando el monte se quema, etc., etc....», raro ha sido el año en que no hemos tenido que rebuscar en el cajón de los tópicos para librar de la chamusquina del aburrimiento algunas palabras contra el fuego, contra los intereses inmobiliarios o madereros o industriales que son capaces de cualquier cosa para extender sus negocios, contra la incuria pública y política que abandona los montes y le pone a las llamas una alfombra altamente inflamable, contra... Es tedioso seguir. Aunque no haya más remedio que hacerlo.

Yo no sé si ustedes conocen la Ribeira Sacra. Sé que algunos lectores de este blog, muy cercanos, sí. Y que la aprecian tanto o más que yo. Para quienes aún tengan ese déficit grave en su existencia, y como antídoto, y hasta sortilegio, contra la aún vigente amenaza incendiaria del verano, les dejo este hermoso reportaje fílmico de Juan Manuel Blázquez. Es uno de los capítulos de su estupenda serie Cuadernos de paso, que puede verse completa en los archivos de RTVE. El documental, con un magnífico guion y espléndidas imágenes, da cuenta de las principales claves paisajísticas, históricas, artesanales, humanas y hasta mágicas (o solo folclóricas) de una comarca que, generosamente, admite como hijos adoptivos a todos cuantos se dejen cautivar por su belleza. Tarea, por lo demás, sumamente fácil. A las pruebas me remito.

martes, 13 de agosto de 2013

Los persas, Repsol

Al mirar por el espejo retrovisor, mientras abandonaba la gasolinera, caí en la cuenta de que hay destinos que vienen de lejos. De muy lejos. No van a creerme, pero el empleado que me cobró llevaba su nombre bien visible en una especie de placa prendida del bolsillo superior de su mono de trabajo: «Darío Ciro». Mientras me tendía las tarjetas ya pasadas vi en sus ojos el destello inconfundible que dejan las noches del desierto. La sed de sal. El eco de quien ha bebido en pozo amargo.





Estación de Servicio Los Almendros de Pozoamargo.
Foto AJR, 2013

domingo, 11 de agosto de 2013

Troyanos




ESTEQUÉDONSERÁQUE
NUNOCARTSEUMESÍSA
SONARTANHONDOYTAN
OCêOêCSOJEIVSOLEDAAê
UOMêNOREYACEDNODRN
GMBTê:AYAXYAQUILOTT
IOAATEMNESTRA°EUSI
TATNILCROTCÉHSGEG
NNETèOSADALIDES:ILU
ATS,AèR,ELMUNDOAMBéAO
SEFéLLACLEYRICEDPQ
EUIèERASLIDESDELéAU
MNAèALMAENPENA.AHLéE
OéYRECERAPAOLREVLA


*En la interior bodega de esta inscripción, compuesta a modo de estéquedon sobre una rejilla de 17x14 (pese a su apariencia irregular: ese don de la artesanía), están encerrados algunos personajes relacionados con la guerra de Troya. Conduce hasta ellos un breve poema de ocho endecasílabos rimados (ABBACBCA), que a su vez contiene una evocación del sentido que puedan tener, si es que alguno, estos juegos barrocos. El hilo de Ariadna muestra, en este caso, cierta tendencia a moverse en espiral, aunque no siempre. Las flechas ayudarán, al improbable transeúnte que sienta curiosidad por descifrar el texto oculto, a elegir la senda correcta en las encrucijadas.

jueves, 8 de agosto de 2013

«La Nana ya está cantá»

Camarón durante su última actuación, en el Johnny (26 enero 1992). Foto ABC.

Me curo el mono de no haber podido asistir este año al festival de La Unión revisitando el «imprescindible» de RTVE dedicado al 30º aniversario de la grabación de La leyenda del tiempo (vídeo inferior), el disco con el que Camarón le dio al flamenco otros dos siglos de vida (por lo menos). El reportaje, que además resume con pinceladas las claves de la evolución del cante en los últimos 50 años, está lleno de humor, precisiones, buenos recuerdos, jugosas anécdotas, pistas valiosas. Por él desfila un buen puñado de primeras figuras e incluye algunas grabaciones inéditas. Tiene uno de sus momentos culminantes, a mi juicio, cuando Camarón (minuto 36:49) se niega a volver a grabar la Nana del caballo grande porque es consciente de que su interpretación no puede mejorarla: «La Nana ya está cantá», dice con humildad y lucidez. Y basta con volver a escuchar su interpretación del poema de Lorca (confío en que aquí pueda oírse) para saber hasta qué punto tenía razón. La voz de Camarón es uno de esos milagros del arte que no cesan de asombrarnos. Dejándonos guiar por sus honduras se descubren, verdaderamente, tiempos de leyenda. Una resonancia de la conciencia de ser que nos estremece. Una voz luminosa y profunda, reveladora, capaz de conducirnos por inéditos laberintos de nuestro propio interior.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Frutos bárbaros

Interior, óleo de Giacometti, 1949. 

En la penumbra de la casa
el tiempo avanza sin que nos demos cuenta. 
El verano sucede al día más largo 
y el calor se retuerce entre las horas 
como un ofidio de dientes insidiosos. 
Uno no sabe en qué parte del cerebro común 
brillan esas imágenes exóticas,
con su aureola superflua 
y el poso lánguido de su melancolía. 
Frutos bárbaros 
que unen a su turbia belleza 
el don incomprensible de la inutilidad. 
La vida es la memoria que no cura,
la limpia sucesión de las miradas 
y el fresco corazón que, si está herido, 
sabe que dentro de él aún mana un sueño.


Sin título.
Escultura en bronce de Giacometti, 1927.

domingo, 4 de agosto de 2013

La noche, eh, con Al


«Anoche me desperté al sentir que alguien me apretaba la mano. 
Era mi otra mano.»
(Paul Bowles a Mohamed Chukri)


Imagen superior: Bahía de Tánger desde el hotel Mövenpick. Tomada de aquí.