sábado, 16 de febrero de 2013

Goya por goya



Ya está a la vuelta de la esquina la gala de los premios Goya. No quiero romper la tradición de este blog y, como años anteriores, me atreveré con un pronóstico. No he visto todas las películas en liza, aunque sí casi todas las grandes candidatas, y no todo en mi envite lo fío solo a mi gusto: empleo también alguna táctica propia de los juegos de azar. Esta apuesta, además de una diversión, es una forma de reconocer lo mucho que el cine hace por nosotros a lo largo del año al proporcionarnos un gran consuelo frente a (y dentro de) las turbulencias del mundo. Y quiero que sea igualmente una muestra explícita de apoyo al cine español, un arte sin duda inquieto en manos de una industria raquítica (salvo excepciones que a veces rozan lo imposible) y obligado a remar en contra de autoridades culturales simplemente nefastas o cuando menos catetas. Así que, sin más rodeos, aquí está mi apuesta para los Goya 2013.

☻ Mejor película: Blancanieves. No he podido ver la película de Fernando Trueba, pero si he visto las otras tres que compiten por el Goya en esta categoría (y en casi todas las demás: ¡nada menos que 61 candidaturas suman en total!). Me decanto por el filme de Pablo Berger, mudo, en blanco y negro y, en mi opinión, muy superior al "precursor" The Artist, porque es una obra viva (no solo un brillante ejercicio de estilo como aquél) y está llena de ritmo, belleza e imágenes inolvidables. Ah, y pensar que pueda haber sido denunciada por su trato de los animales, simplemente me parece ridículo: no hay una sola imagen de maltrato, ni siquiera sugerida. Todo se mueve, respecto a lo taurino, en un terreno de gran sutileza para filmar (con total propiedad) la «música callada del toreo»

Mejor dirección: Fernando Trueba, por El artista y la modelo. Intuyo que el mayor de los Trueba se verá indirectamente favorecido por la lluvia de premios que caerán sobre el filme de Pablo Berger. Y, naturalmente, por ser vos quien soy: a estas alturas (¿ya?,  ¿pero no fue ayer el estreno de Ópera prima?), uno de los grandes "patriarcas" de nuestro cine. Estoy deseando ver su película, sobre la que me han llegado opiniones... dispares.

☻ Mejor actriz protagonista: Maribel Verdú, por Blancanieves. La madrastra que interpreta la Verdú reúne, a partes iguales y sin fisuras, maldad y belleza, terror (de cuento) y morbo (expresionista). Berger ha extraído de su rostro, tantas veces fotografiado y tan bien, gestos inéditos y perfiles estremecedores. Creo que se impondrá, sin dificultades a Naomí Watts (Lo imposible) y a Aída Folch (El artista...). He oído decir que Penélope Cruz es lo más (incluso lo único) salvable de Volver a nacer, que no he visto. Pero sabiendo de antemano que no asistirá en la gala, parece difícil que tenga alguna opción.

☻ Mejor actor protagonista: José Sacristán, por El muerto y ser feliz. Que el gran Sacristán, a estas alturas, no tenga ni un goya es una de esas inconsecuencias de los premios que se pueden explicar por extraños acordes y desacuerdos. Pero este año se remediará. Sin duda.

☻ Mejor guión original: Pablo Berger, por Blancanieves. La imagen germinal de este cuento clásico lleno de tópicos hispanos de los años 20 (y de anteayer), pero contados con buen pulso y una gran sensibilidad, es la respuesta a un reto preciso: ¿que pasaría si en medio de los enanitos toreros (yo aún llegué a verlos de niño como troupe de «El Bombero Torero») se situara una Blancanieves andaluza, llena de gracia y de desgracias? El autor ha reconocido lo mucho que su película le debe, en sus orígenes, a las fotografías etnográficas de Cristina García Rodero (de su libro España oculta, sobre todo). Y es verdad, especialmente en secuencias tan impactantes como la de las sesiones fotográficas con el torero muerto. Ahora bien, a partir de ese deslumbramiento, el guion de esta sinfonía visual y sonora (aunque muda) está concebido como un poema narrativo, con un par de giros en la historia que la hacen fluir con interés creciente. Y la coda de feria, además de oportuna, tiene el valor de ser un engarce inspirado con algún clásico del cine a los que también se homenajea (La parada de los monstruos, por ejemplo evidente).

Mejor guión adaptado: J. Gerricaechevarría y S. G. Sánchez, por Fin. La novela de David Monteagudo, aunque muy cinematográfica y con escenas y situaciones potentes, tenía algunas incongruencias en su estructura que, al parecer, se han corregido en el guion de la película. Todavía no he podido comprobarlo.

Mejor actriz de reparto: Ángela Molina, por Blancanieves. Interpreta, con rigor y poderío, a la abuela de Blancanieves. Un papel pequeño pero muy intenso en el sobresaliente reparto femenino del cuento de Berger.

Mejor actor de reparto: Antonio de la Torre por Invasor. ¿Hay alguna película española notable de los últimos años en la que no haya participado este actor todoterreno? Está también excelente en Grupo 7 (el policiaco del año: muy notable), pero la nominación le ha venido por este filme realista y trepidante (dicen), que aún no he podido ver.

Mejor actriz revelación: María León, por Carmina o revienta. La madre de Paco León se interpreta  a sí misma (o casi) en el debut en la dirección de su hijo. Tiene mucha frescura y poderío supermarujil en la película friki del año; algo más que una mera curiosidad, pero tampoco mucho más. Otra gran revelación, digna de premio, sería la de la niña de Blancanieves, Sofía Oria, cuyo encanto gravita sobre toda la película y se codea (y hasta supera) las grandes interpretaciones de sus compañeras de reparto. Pero, como es sabido, se ha decidido que los niños no pueden ser premiados. Qué se la va a hacer.

☻ Mejor actor revelación: Apuesto por Joaquín Núñez, por Grupo 7. 

Mejor dirección novel: Paco León, por Carmina o revienta. Creo que va influir en el premio, además de los valores de la película, la iniciativa y fino olfato que el televisivo actor ha demostrado a la hora de buscar formas inéditas o poco exploradas de difusión del cine a través de las nuevas redes. Tiene mucho mérito. Y la película se disfruta..., aunque a veces sobrenade cierto empalago de reality show.

Y en el resto de categorías (con dados de por medio):
☻ Mejor música original: Alfonso de Vilallonga, por Blancanieves.
☻ Mejor canción original: «No te puedo encontrar», de Blancanieves.
☻ Mejor dirección de producción: Sandra Hermida, por Lo imposible.
☻ Mejor dirección de fotografía: Kiko de la Rica, por 
Blancanieves.
Mejor montaje: Fernando Franco, por Blancanieves.
Mejor maquillaje y/o peluquería: Bertolazzi-Martí-Ribé, por Lo imposible.
Mejor dirección artística: Pilar Revuelta, por El artista y la modelo.

☻ Mejor diseño de vestuario: Paco Delgado, por Blancanieves.
☻ Mejores efectos especiales: Costa-Bergés, por Lo imposible.
Mejor sonido: Glossop-Orts-Tarragó, por Lo imposible.
☻ Mejor película de animación: Las aventuras de Tadeo Jones, de Enrique Gato.
Mejor película documental: Mapa, de León Siminiani.
Mejor película hispanoamericana: la paraguaya 7 cajas.

Mejor película europea: En la casa, del francés François Ozon.

Aciertos






jueves, 14 de febrero de 2013

Un tipo con suerte


El señor Carlos Floriano, el temerario portavoz del PP de voz algo cavernosa y gesto romaní, debe de ser un hombre con suerte, más aún de la que sugiere su apellido. Si no ¿cómo entender que no se derrumbe el mundo cada vez que suelta una de sus ocurrencias, esas respuestas encadenadas que van a terminar explicando el «caso Bárcenas» como una alucinación colectiva? Es difícil imaginar mayor caradura a la hora de mentir, pero quizás es que somos poco imaginativos. Cuando el antiguo tesorero del PP ponga sobre la mesa el trofeo por el que Luis el Cabrón tiene cogido a quien todos sabemos, siempre podrá salir Floriano a decir que son las turmas de alguna res alanceada en los últimos carnavales. Como diría otro clásico de la misma banda, «manda webos».

jueves, 7 de febrero de 2013

Mal de fondo

A. M. en L. P.  Al fondo, el Teide. © AJR, 2013

Si percibes la nada, ¿eres la nada?
Si oyes la estupidez, ¿no eres estúpido?
Al ver volar, ¿puedes alzar el vuelo?
Si piensas, ¿sabes en qué estás pensando?
Miro las aguas quietas sobre el día inmóvil
y siento su caudal anquilosado.
No son heridas las grietas de la tierra
ni el mundo es un problema intestinal.
Sólo que todo lo que rechina o aúlla
o bulle en el silencio de la noche,
lo que remueve el campo de maíz,
lo que repta debajo del asfalto,
toda esa melodía inarmoniosa,
menos que música pero más que ruido,
está buscando un quicio en que apoyarse
para girar y darle la razón
al filósofo escuálido, al greñudo
anacoreta de dientes cenicientos,
que sonríen al ver cómo se curva,
se pliega sobre sí, la sombra oscura
hasta que nada escapa a su dominio.


jueves, 31 de enero de 2013

"Ororabilidad"


Cospedal, aunque a punto de trabucarse, lo dice bien: no van a consentir que se ponga en cuestión "la ororabilidad" de los dirigentes del PP (minuto 5:55). Se admiten apuestas sobre el significado del neologismo, incluida su raíz de apariencia avarienta y la hache ausente. Por lo demás, y mientras llegan los resultados de la «auditoría interna que se someterá a una auditoría externa» (¡con un par!), quién duda de que en todo este asunto de Bárcenas la responsabilidad última habrá de recaer sobre el mero azar. Eso sí, un azar que se escribe con n. Intercalada.

martes, 29 de enero de 2013

Un sombrero para el rey


(En el Mural de la Posada,  dejada por mano de uno de sus huéspedes y acompañada de las imágenes que también reproduzco, aparece hoy esta «Carta abierta, con una sugerencia, al rey Juan Carlos I de Borbón». No lleva firma legible, aunque tampoco es anónima, y dice lo siguiente:)



Majestad, muy señor mío:

Disculpe el atrevimiento de estas letras que seguramente nunca llegarán a molestarle. Aunque quién sabe... Internet lo está poniendo todo patas arriba y estamos viendo cosas que no habíamos siquiera sospechado. El caso es que, al enterarme de que su colega y coetánea, la reina Beatriz de Holanda, ha decidido pasarle el testigo con forma de cetro a su hijo de 45 años, me he acordado del monóculo del general Spínola, protagonista de una historia que VM, tan bien informado y conocedor de la importancia que algunos sucesos de apariencia anecdótica pueden alcanzar en tiempos cruciales, sin duda tendrá presente. No negaré que ese recuerdo es, quizás como todos, un capricho de la memoria, pues las circunstancias que ponen a uno y otro hecho en contacto sólo guardan cierto parecido, algo así como un aire de familia. Pero la similitud sin duda existe. Y es sabido que las analogías las carga el demonio.

Es el caso que el mencionado general portugués, famoso por portar un monóculo en su ojo izquierdo (¿o era el derecho?), publicó en 1974 un libro titulado Portugal y el futuro, en el que sugería algunas salidas para la dictadura salazarista apalancada en el país vecino. Al poco tiempo hubo en Madrid, según los rumores y muchos testimonios, ciertos movimientos postales, a la usanza de entonces, cuyo destinatario fue el general Manuel Díez-Alegría, por entonces jefe del Alto Estado Mayor del Ejército. Se decía que todas esas cartas coincidían en un punto: contenían monóculos, en algunos (pocos) casos, reales y con su cristalito bien pulido, aunque la mayoría lo que portaban eran imágenes de monóculos recortadas de anuncios, de viejos grabados o de viñetas humorísticas publicadas en la prensa de aquellos días.  La intención era evidente, además de ingeniosa. Díez-Alegría estaba considerado como uno de los pocos mandos "aperturistas" del ejército español.  En alguna ocasión se le había oído mostrarse convencido de que «el ejército debe de estar supeditado al poder civil, sea éste del signo que sea». Aquella correspondencia si duda le animaba a explorar la posibilidad de desempeñar en la España de entonces un papel similar al que estaba teniendo el general Spínola en Portugal.

Fiado en que esa analogía conserve cierto poder de persuasión, del que quizás carezcan otros argumentos de peso que podrían esgrimirse (y están en la palestra), me atrevo a enviarle con este mensaje, y con el debido respeto, un simbólico sombrero que Su Majestad sin duda sabrá interpretar en su recto sentido. Confío en que este gesto y la imagen le lleven a meditar sobre la trascendencia del momento que todos vivimos en España, también y acaso de forma especial (aunque por motivos de naturaleza bien distinta) la monarquía. Y que esa meditación se plasme en decisiones.

Es muy probable que haya llegado el momento, hoy mejor que mañana, de dar pasos que dentro de poco tal vez puedan ser tardíos o, aún peor, inútiles, quién sabe si imposibles. Esta sociedad, que quizás nunca fue monárquica, más allá de cierta sensibilidad a flor de piel y una marcada propensión al histerismo gratificante, es palmario (las encuestas lo muestran) que ha empezado a dejar de ser juancarlista..., además de estar, como suele decirse y viene a propósito, hasta el gorro de tantas cosas... «Saber retirarse a tiempo es una victoria», dice un viejo aforismo.

Majestad, en corto y por derecho: ¿no ha llegado ya la hora de la jubilación?

Sin otro particular, reciba un saludo cordial.

PD. Por si hubiera alguna duda lingüística acerca del significado y uso de cierto verbo, he aquí el correo que hoy distribuye entre sus suscriptores la FUNDÉU.


Imágenes: la ya casi exreina Beatriz de Holanda, con uno de sus sombreros, reproducido también arriba. Foto Getty Images. Tomada de aquí.

viernes, 18 de enero de 2013

El ángel



En aquel tiempo, todos teníamos un ángel. Si eras limpio de corazón y de sentidos despiertos, fácilmente podías ver su sombra en la cabecera de tu cama. Ayudaba mucho que la cama fuera de metal niquelado y que la luz penetrase en tu cuarto a través de un gran ventanal. También resultaba sencillo sorprender el bulto de tu ángel andando a tu lado, o un poco por detrás, camino del colegio en los días de niebla. Con frecuencia te dabas cuenta de que el ángel te estaba mirando al entornar una puerta o al pasar delante del escaparate de la tienda de lámparas. Uno de sus milagros más comunes, a la vez que la mayor prueba de su existencia, era el baile de motas de polvo al trasluz que el ángel ejecutaba para ti en los lugares más insospechados y en momentos que parecían robados al sueño y que, por eso mismo, contemplábamos con ojos bien abiertos. El ángel, nuestro ángel de la guarda, era el primer amigo imaginario. Y como ocurre con todos los amigos, no siempre nos llevábamos bien con él. A veces nos agobiaba su presencia en situaciones que exigían total intimidad. También temíamos que en el fondo fuese sólo un espía. O, aún peor, un chivato capaz de vendernos a las primeras de cambio revelando a los demás cosas que eran secretas incluso para nosotros. Con el paso de los años, esa sospecha podía volverse insoportable y con frecuencia llegaba el momento en el que el ángel se convertía en un grave problema. Entonces intentábamos deshacernos de él pintando cruces rojas en las encrucijadas, dejando vasos de agua en la mesilla de noche, o inventándole nombres descabellados que escribíamos en grandes carteles por toda la ciudad. Perplejo, alicaído, tal vez abochornado, el ángel no tardaba en dejarse vencer por las continuas burlas y poco a poco se iba desfigurando hasta borrarse por completo de nuestro horizonte. Si tenías suerte, una mujer de luz le tomaba el relevo y la vida seguía su camino sin nostalgia de ángeles. Pero no podíamos estar del todo seguros de que el secreto que el ángel conocía hubiera desaparecido con él. O que no se lo hubiese comunicado en sueños a la mujer de luz, de modo que lo que hasta ese momento creíamos ternura o incluso amor, en realidad fuese sólo la flor de la misericordia. En aquel tiempo, todos teníamos un corazón limpio y la alegría era una planta que brotaba en cualquier lado.

(Para mis amigos Carmen y Antonio, en la intersección de estos días de enero.) 

Imagen superior: La huida, de Remedios Varo, óleo sobre masonita, 1961. 
Museo de Arte Moderno de México.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Sol 13


Lo que parecía 
una estrella errante,
un canto de cisne,
la huella de una noche sin fin
o un escalera al cielo... 
acabó siendo
el sol del año 13.

¡¡Por un año nuevo nuevo!!

Imagen: Sol de madrugada en Alesünd (Noruega). © Fernando Tellado