El «pantano nacional». La imagen corresponde a las inundaciones de Valladolid, pero refleja bien otras realidades que no dejan de invadirnos. Foto: César Manso (AFP) |
En el ránking de escándalos con que un día sí y otro ya te digo nos amanece cada mañana, no creo que ocupe un lugar muy destacado el de las papeleras que desde 1977 han estado amañando el precio de los sobres electorales, para repartirse el negocio a costa del erario público. Sin embargo, su poder corrosivo y desmoralizador es enorme. Significa, ni más ni menos, que la ambición de emplear en provecho propio los recursos del común no conoce límites, y hasta los medios materiales por los que se expresa la voluntad popular han sido objeto de fraude. Se habla y se escribe mucho estos días sobre la necesidad que tienen los partidos de refundarse y sobre la imprescindible regeneración de la vida política. Incluso circulan por ahí, de mano en mano, algunos manifiestos. Tal como se están poniendo las cosas, habrá que ir pensando en refundar la propia «realidad». Aunque, bien mirado, ¿no tienen la impresión de que es ella la que se va recreando sola, ajena a nuestras voluntades, a nuestra capacidad de comprensión, y que no cesa de invadirnos, de inundarnos, de arrollarnos? Qué perplejidad, la realidad, menuda papeleta. Seguro que también está trucada.
3 comentarios:
Muy bueno. Claro que sí, que la realidad puede ir -y va- más allá de lo que sean nuestras convenciones oxidadas, sobre todo si son absurdas, ineficientes o inmorales. Porque quién se traga hoy en día un discurso dominical de cualquier partido político que intentan hace años hacernos creer su sermón que hoy ni se creen sus propios cargos. ¡Qué pena que no dure un año entero el día de difuntos para ellos y mejor aprovechemos que sale un poco el sol para contemplar sin urgencia la bajada del caudal de los ríos! Y en ese silencioso descender del agua y barro que se vaya todo. La tierra se ha limpiado y ofrece un suelo abierto y reblandecido. Para quien sepa verlo (claro, limpio). Abrazos.
Cómo estará de "trucada" la situación, querido Carlos, que cada día que pasa vuelve obsoleta y hasta ingenua la perplejidad del día anterior. Como leí el otro día en un interesante artículo, a ver si ahora que parece que se está removiendo el tapón "real" comienza a funcionar de verdad el desagüe. Gracias por tu comentario y más abrazos.
Y si te digo que lo que esté pasando relativamente no me importa, o que al menos lo sigo con interés pero con todas las distancias. Que creo que cuando los actuales actores del poder sea cuales sean quieran pedirnos su apoyo o hacernos creer lo que antes les valía, habrá una imposibilidad progresiva porque carecerán de los apoyos masivos de antes, que anulaban cualquier minoría crítica. Déjame esta opción desocreída y gamberra para salvar otras cosas que nadie va a hacernos. Abrazos, y sígueme advirtiendo de todo lo que opinas y creas, que por originalidad y solidez atiendo con gusto.
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