Vuelo al atardecer. Mar Menor. © AJR, 2012 |
Frases cazadas al azar.
Trampas calculadas de la supervivencia.
Vivimos tiempos heroicos.
También los héroes tienen hocico.
Nunca creímos que las cosas pudieran ser así.
La gracia del hipérbaton.
Esas palabras que se desaniman.
Los círculos viciosos apenas transitivos.
El día espléndido que se esconde entre los setos.
Esta familiar sensación de extrañeza.
El eco deforme de la isla en sombras.
De qué sirve un sentimiento roto.
Y en el sentimiento, quién miente?
Por qué son tan voraces las palabras?
Es posible mirar del otro lado.
Nadie puede ponerse en lugar del otro.
No somos nadie.
El cielo pesa lo justo.
No hay neuronas para todo.
Espera a ver los disparates lógicos.
Rescata la colisión de nombres, ponte a salvo.
Pon a prueba tus ojos.
Admira pero no te confíes.
Confía en tu instinto.
Déjate llevar.
Nunca es tarde para el baile.
Pero que nadie te quite la canción.
Ni tú mismo.
4 comentarios:
Metafísica, dudas, certezas, interrogantes... todo por el conjuro extraordinario de la palabra; de la canción, que, como bien se apunta, no debe faltar nunca.
(Veo que en el pie de foto, también a ti se te cuela un enlace ladino. Cosas de la informática.)
Abrazos.
Gracias, Antonio. ¿Enlace ladino en el pie de foto? No lo veo. (por cierto, qué buen título esa expresión...)
Forman una especie de poema
Pero que nadie te quite tu canción... eso me gusta.
Gracias, Olga. Bien dices, una especie de.... Y, por supuesto, a la canción ¡ni tocarla! (a no ser para cantarla mejor).
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