Mientras a golpe de
ratón desenrollo de este a oeste
uno de los manuscritos del Mar Muerto
la luz de la Posada parpadea
y en el reflejo de la pantalla veo o creo
ver
cómo en medio de la sala a mis espaldas
surge del suelo
igual que aquellos tulipanes psicodélicos brotando del asfalto
la imagen tantas veces acordada
de la Torre de Babel
con sus pisos roídos por la ira divina
y el hormiguero de hombres
de todas las razas
entregados a la absurda tarea
de enladrillar el cielo y sus tropismos.
Temblor y hastío:
nunca pensé que la fascinación
pudiera ser un rito semejante
a la osadía de rasgar el muñeco
para explorarlo a fondo
y encontrarse de pronto con
las manos
por completo atrapadas
en el minucioso desorden del serrín.
No se
puede buscarle sentido al sentido.
No se explica la respiración.
(Buenas noches. No se lo tomen a mal.
De alguna forma había que volver.)
Procedencia de la imagen:
7 comentarios:
Bienvenido. Todo al final tan sencillo como volver a abrir los ojos.
Hablando de fascinación y sentido, prefiero que alguien tan sensible para percibir el mundo como si fuera un cinematógrafo me cuente los destellos que de él ha visto o ha guardado.
De lo otro, del olor del cuerno demasiado cerca del fuego, que se ocupe el viento del desierto y el corazón envejecido.
Un abrazo de reencuentro, Alfredo.
Otro abrazo, Carlos, gracias por la calidez. A ver si poco a poco voy aireando la Posada y dejando alguna huella de mis visitas a la Isla.
Asombra descubrir que los antiguos, esos geeks con túnica, ya habían inventado el scroll.
Magnífica manera de volver.
Un abrazo.
Así es, Juan Manuel, uno de los asombros de estos nuevos medios es su carácter ancestral, o sea que... volvemos a las andadas.
Otro abrazo.
"El minucioso desorden del serrín". Me lo apunto como fantástico título por si algún día tengo el honor de hacer una recopilación de tus escritos.
Bravo por esas hum@redas, resultan tan hipnotizantes como los giros de la escalera de caracol que llevan a lo más alto de la torre.
Abrazos.
Gracias, Nando. Oportuno título para una propuesta descabellada, ja, ja.
Publicar un comentario