Por el carácter cada vez más autónomo de mi trabajo y por la condición cada vez más trabajosa de mi autonomía (y viceversa), no estoy en disposición de adoptar una conducta respecto a la huelga que tenga un significado real. Por poner un ejemplo, ¿no colgar mañana un post en el blog es respetar la huelga? ¿El blog es un trabajo?
En estos tiempos cibernáuticos en los que lo que se ve es solo una parte ínfima de lo que hay (ha sido siempre así, pero nunca antes había sido tan visible) y en los que, por decirlo de algún modo, la realidad no cierra nunca, la huelga general es un oxímoron, una profunda contradicción: lo general, por definición, nunca está en huelga.
Con todo, mi parecer más claro al respecto es el que emite la imagen que encabeza estas líneas. Sírvase fría. Tómese con plena libertad.
La escultura, titulada L.O.V.E, es un gigantesco dedo corazón (11 metros), cargado de razones y emociones, y se expone ante la sede de la Bolsa de Milán. Es obra de Maurizio Cattelan.
Y esperemos, en todo caso, que no haya nada que pueda dar lugar a la reproducción de situaciones como las que recoge este vídeo.
7 comentarios:
Comparto tus meditaciones y tu perplejidad ante el hecho huelguístico. ¿Cómo puede hacer huelga un viejo indio navajo cuya principal ocupación, aparte la holganza (¿holgar y huelga pertenecen a la misma familia lingüística?), es estar sentado al borde del desierto y mirar durante horas hacia las grandes rocas? Al margen de tantas y tan sesudas disquisiciones como las que nos flagelan casi desde el mismo momento de la convocatoria del lamentablemente improductivo pulso sindical, la huelga, reminiscencias más o menos románticas aparte, tiene una fuerte dimensión anímica, casi más ética que ideológica, que nos permite, a los viejos indios navajos, estar en huelga mientras miramos la lejanía, esperando viejas ilusiones y viejos fantasmas; lo que podríamos definir como una huelga interior, apenas mediatizada por evanescentes piquetes mentales. Así, en la reserva navaja estamos en huelga, contra los gobiernos y las oposiciones, contra los mercados y los mercaderes, contra la arrogancia y la estupidez, contra los urdacis que siempre nos acechan en cualquier esquina mediática. Como cualquier otro día, pero hoy más.
Gracias, amigo Navajo. Dejando a un lado perplejidades comunes, entro de lleno en tu paréntesis lingüístico, que trae a un primer plano la curiosa etimología de la palabra "huelga" y que, en efecto, en lo que se me alcanza y he podido consultar, pertenece a la misma familia que "holgar", derivadas ambas del latín follicare, que vale por "jadear" (aunque no necesariamente por la causa que estás pensando). El famoso y burgalés Monasterio de las Huelgas Reales aún mantiene en su nombre la evidencia de esos orígenes. Términos como "juerga" y "jolgorio", además del ya aludido "follar", también brotan de este tronco.
Por otro lado, no deja de ser significativo (¿o es mero azar?) que nuestra lengua se separe en esto de otros idiomas vecinos (con sus grève, strike o sciopero) para acuñar una palabra que en su significado más común acabará tomando un sentido bien distinto al del punto de partida.
Pero tampoco habría que echar en saco roto cierta sabiduría que "la vida secreta de las palabras" (y que Coixet me disculpe) nos transmite. Pues ¿esos orígenes no nos están diciendo que la más alta expresión de la huelga ha de caer del lado de la holganza y mejor aún si ésta se emplea en el dulce folgar? ¡Cómo no estar de acuerdo con lo que las palabras realmente dicen! La etimología, como siempre, es un camino fascinante para comprender el mundo (o al menos intentarlo).
Aquí van un par de páginas sobre el asunto: esta y esta.
Un abrazo.
¡Holguemos entonces, antes de que acabe el día!
Una gozada tanto tu entrada como los comentarios. Pa' ser día de huelga, bstante que he aprendido.
¿Otra gozada? Seguirte.
Y ahora voy a tu amigo Navajo. Promete.
Besos
Gracias, Virgi. Y buen viaje Al Oeste del Pecos. Ya verás que el viaje merece la pena. Besos.
Como los acontecimientos se hacen antiguos, me gustaría centrarme en tu pregunta ¿el blog es un trabajo?
Para mí no, porque escribir me gusta y porque es gratificante e ilustrativo que los demás te lean.
Pero después de que la publicidad parece haberse instalado en muchos, no sé si voluntariamente o no, mi pregunta sería: ¿se cobra por un blog?
He intentado por todos los medios que conozco que no entre publicidad en el mío.
Llegar a considerar que el blog es un trabajo llevaría a pensar en la decadencia de los mismos o en su mercantilización.
Saludos
Es muy interesante el tema que planteas, Isabel. Tampoco para mi este blog es un trabajo (aunque eso no signifique que no exija laboreo) ni me aporta dinero alguno (al menos directamente).
Pero para quienes vivimos de tareas profesionales de una u otra forma relacionadas con la escritura (en mi caso, como autor y editor), no siempre es fácil deslindar las diferentes acciones que llevamos a cabo, ya que todas están en el fondo ligadas a un mismo propósito: expresarnos mediante la escritura, sea en el soporte que sea, procurando además hacer de ello una forma de ganarnos la vida.
No seré yo, por tanto, el que diga de antemano "no" a la posibilidad de que un blog pueda ser rentable; al contrario, ojalá lo fuera. De hecho, me consta que hay algunos que sí lo son. Siempre que no suponga más servidumbres que la de escribir libremente (aunque sea con la habitual presión de cumplir ciertos plazos), no veo por qué motivos tendría que rechazar una hipotética propuesta de "esponsorización" del blog... [Claro que en el caso de la poesía, que es mi género de libre expresión preferido y uno de los leitmotiven habituales de este blog, esa profesionalización es simplemente impensable (salvo, acaso, si te dedicas a la publicidad, pero ese es otro tema)].
Otra cuestión más peliaguda es, precisamente, la de la publicidad (en este caso, en el sentido de anuncios) que puede mostrarse en los blogs como forma de hacerlos rentables, y respecto a la cual es verdad que se puede tener una postura de admisión o rechazo. Me parece que entre las opciones de configuración de blogspost hay una posibilidad de "monetizaciòn", que no conozco bien pero que debe de referirse a esto. En cualquier caso, hoy por hoy, y el caso concreto de este blog, me parece una cuestión irrelevante. Aunque quizás no lo sea tanto.
No sé si el hecho de utilizar herramientas públicas y gratuitas conlleva aceptar tácitamente el estar expuesto a ser utilizado como soporte publicitario, lo quieras o no.
El caso es que, de un tiempo a esta parte, cuando entro en mi propio blog y en algunos otros (no sé si también pasa en el tuyo, después lo comprobaré), salta una página publicitaria (generalmente, en mi caso, de un producto farmacéutico; otras muchas veces, de compañías telefónicas) y no sé a qué pueda deberse, porque a mi nadie me ha consultado nada y ese uso de blog-anuncio es completamente involuntario. ¿Hay formas de evitarlo?
Con mi pregunta sobre si el blog es un trabajo planteada de cara al día de huelga, a lo que en el fondo estaba aludiendo era a si lo que debía hacer para apoyar la huelga en cuanto bloguero era no publicar nada ese día (como así hice), al tiempo que, como anotaba el amigo Navajo, exponía en voz alta algunas otras dudas más o menos "existenciales" sobre ciertas circunstancias paradójicas de las nuevas formas de trabajo.
Yo creo que el asunto tiene aún muchos ángulos porque forma parte de la nueva realidad que cada día se va configurando y en la que cada vez tienen un papel más relevante el despliegue de los nuevos medios. Pero el "papiro" ya es muy largo. Seguro que hay por ahí (en Dosdoce, por ej.) debates y lúcidos planteamientos al respecto.
Y que conste que tu postura de no a la mercantilización me parece no solo digna de respeto sino admirable.
Gracias, Isabel, por tu interés. Un abrazo.
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