(Manuscryptos). No puedo en absoluto asegurar que esta página fuera la prueba principal y concreta del rito de paso entre los signos cúficos, la escritura arácnida, las chinoiseries y otros grafismos de similar jaez y los monigotes humanoides a los que —y en esto si puedo asegurar que esta fue la primera vez— di en llamar CRIATURITAS. Si uno se fija, además de esa especie de carromato de feria que ocupa el centro de la plana y que bien podría considerarse el “vehículo de las maravillas”, en algunos de los variados signos hay gestos festivos o gimnásticos que bien podrían interpretarse como estados previos a la posterior manifestación figurativa y el remedo vital. El dibujo de la escritura, en el fondo, ¿no viene a ser una especie de huella entintada o luminosa de las circunvoluciones cerebrales y, más aún, de las sinapsis creadoras de sentido? En esas pesquisas andamos. Ellas andan con nosotros. No perdamos pie.

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