(CajaDeCitas, 44). Asombro es la primera reacción que me producen estas traducciones al inglés de dos de los poemas más conocidos de Miguel Hernández, incluida la inolvidable y prodigiosa elegía. En lo que mi nivel de inglés me lo permite y tras una lectura en voz alta de los tercetos del gran poema, me parece que el resultado, al conservar con una extraordinaria fidelidad, ritmo, rima y sentido, es sencillamente prodigioso. Creo que no solo ha sabido encontrar soluciones brillantes para la imaginería tan marcada del poema sino que algunos hallazgos alcanzan en inglés una resonancia admirable. A ver qué opinan expertos y lectores cualificados de uno y otro ámbito. A mí el empeño y el logro me producen una emoción limpia y alegre. Y un agradecimiento infinito. Un verdadero placer.
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