(CajaDeCitas, 49). Muy interesante este reportaje sobre los primeros pasos de la imprenta en tierras toledanas, con impronta femenina, y con la figura del bachiller Fernando de Rojas de por medio y el candente misterio de La Celestina, un ‘milagroso’ texto en sí mismo por su belleza, hondura y libertad. Como talabricense, echo en falta en el recuento la mención de la ciudad de la que Rojas fue alcaide mayor, en la que fue enterrado y donde aún se conserva la mayoría de sus restos, aunque esto a casi nadie parezca importarle mucho en la localidad. Hace poco, además, se identificó su muy probable firma en unos legajos del Ayuntamiento. Habrá que preguntarle a Luis García Jambrina qué opina del asunto. Y, sobre todo, permanecer atentos a ver qué nos van deparando las investigaciones en curso.
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