jueves, 2 de octubre de 2025

Sostiene Mosterín

(En voz alta). Quienes pasan por acá ya conocen mi devoción sin fisuras por los relatos, invenciones —en el sentido prístino de "hallazgos"— y cogitaciones de Ángel Mosterín. Y de lo agradable y honroso que resulta formar a veces parte de sus maquinaciones. De esta que ahora repico sólo diré que toca asuntos muy sensibles y que, como siempre, doy fe de la verosimilitud de todo lo que pone en mi boca, aunque aquí o allá podría matizar algún adjetivo, ampliar algún ‘conceto’ o fingir incluso que comprendo todo lo que dice. Corren tiempos tan mezquinos que estas formas de cordialidad, tan elegantes y precisas, suponen toda una súbita elevación del ánimo y son un verdadero bálsamo que mueve a la gratitud. No se la pierdan.

 Jesús Mosterín y Hugo van Lawick, marido de Jane Goodall.
charlando con Félix Rodríguez de la Fuente,
en el Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania.

Alfredo J Ramos es un tipo insomne, inquieto, y atento a lo que ocurra en cualquier lugar, o más, por lo menos tanto, a lo que esté por suceder. No como yo que apenas miro más que lo que pase por debajo de mi ventana.
- ¿Qué sabes de lo de los gemelos digitales? -, puede preguntar de madrugada, quizá sin siquiera salir de la cama-.
Está pendiente de cosas así. Si dependiera exclusivamente de lo que a mí me conviniese, pediría que quien esté en disposición de ello le administre a Alfredo un algo que le mantenga dormido, o sin teléfono cerca, en un horario que fuera de una, una y media de la madrugada, hasta las siete de la mañana. Hasta las seis y media al menos.
Además, y esto lo digo en un plan algo abusón aprovechando que pedir caprichos no obliga en nada a los demás, me gustaría que llevara dos relojes: uno con el horario de Madrid, y otro ajustado con la hora de Buenos Aires, Ciudad de México, Filadelfia o Chicago.
- … es que los gemelos digitales, en realidad, no son más que réplicas virtuales alimentadas en tiempo real con datos del mundo físico, ¿sabes?
Que me llame a casa, incluso sobre las tres y media de la madrugada, que es una hora en la que visto lo visto él -Alfredo- debe estar en lo mejor, ya no provoca grandes cataclismos domésticos. De momento, Mateo ya no ladra al oír esos timbres.
- ¿Qué pasa? ¿Quién era?
- Alfredo J Ramos. Es que dice que está dándole dos vueltas a las cuestiones éticas que puede traer ensayar en medicina con pacientes modelo, con gemelos digitales.
No es muy distinto si me llama una noche en que yo esté en Bilbao, porque haya ido a ver a Gela y Josemari, o a la tía Alicia a la que (en opinión de ella) tengo muy abandonada. Bilbao y Madrid, y con esto no creo que esté diciendo nada muy nuevo, tienen la misma hora. Pero puede suceder que le dé por llamar alrededor del mediodía, y a mí me pille en alguno de esos sitios de América que he dicho antes, con lo que incluso en Buenos Aires, con sólo cinco horitas de desfase, me pillaría en la alfombra de la habitación del hotel haciendo una tabla de gimnasia sueca mientras escucho Radio Mitre, del Plata, o cualquier otra de la estaciones que fisgo cuando estoy en Argentina.
- Es que vos tampoco advertís de dónde concha andás -se disculparía-. Pero ya que estás… ¿Imaginas lo que puede ser para quienes andan en esto, poder contar con, no sé, un pulmón o un corazón virtual, con el que poder experimentar todo lo que les dé la gana sin tener que andar toquiteando en el paciente?
Mi hermano Jesús en algún tiempo se ocupó de la dirección editorial de las colecciones de “Fauna”, de Salvat. Contribuyó al enfoque ético y científico de las publicaciones, y en muchas personas quedó la idea de que la labor de Jesús inspiró a generaciones de biólogos, veterinarios e ingenieros forestales.
Y esto de Jesús, Salvat, y “Fauna”, viene a cuento de que, aunque no creo que hubieran tenido mucha relación profesional mi hermano y Alfredo, que también tuvo que ver con la misma editorial, me gustaría preguntar a Jesús si recuerda a Alfredo.
- No te puedo decir. Estos días va a hacer ocho años que morí, así que es mejor que preguntes a otro. Pero eso de las llamaditas de madrugada, sí que me suena.
Me gustaría muchísimo poder preguntarle a Jesús sobre cualquier cosa. Era un tipo increíble que sabía y brillaba absolutamente en todo. Este sábado que viene, el día 4, va a ser el aniversario de la muerte de mi hermano mayor. Llamaré a Alfredo, a una hora de las que parecen normales, y le preguntaré si se cruzaban por los pasillos de Salvat, si fueron novios, amigos, o algo, o si ni siquiera se vieron el pelo.
- Tu hermano era la hostia, chaval. ¿Recuerdas el artículo que publicó en El País cuando ya le habían anunciado que iba a morir?
- Claro que me acuerdo: “Una cita con la parca”. No sé si el titulo era suyo, o del periódico.
“… todos los eres vivos somos configuraciones efímeras de las partículas de las que estamos hechos, pompas de jabón, fogonazos fugaces, olas en el océano inmenso de la realidad”. Creo que terminaba así. Pero no estoy seguro. Quizá se lo oí decir cenando en casa, una noche de paso, en Las Rozas entonces.
No me acuerdo siempre, pero a veces dejo el teléfono de casa desviado al móvil, y entonces no es raro que suceda que mientras estoy esperando para embarcar en Ezeiza, o en el aeropuerto O’Hare en Chicago, vibra el móvil, y es Alfredo.
- ¿… te imaginas lo que puede ser ensayar un nuevo tratamiento en un doble informático tuyo, antes de aplicártelo a ti?
Recibir una llamada de ese tipo en la sala de espera de un aeropuerto no es igual que cuando llega de madrugada, estás en la cama, quizá no solo, y además de hacerle ver a Alfredo en qué situación te encuentra, tienes que explicar a alguien que quien llama es un “amigo del alma”, que puede ser que la tenga desasosegada (el alma) por lo que sea, y que en un momento determinado en plena tormenta del espíritu, y quizá en medio de la madrugada de donde tú estés, te llame para conversar acerca de cómo lo de los tratamientos sobre un doble informático, vendrían a ser algo en la línea de los simuladores de la industria aeronáutica que permiten representar un vuelo en tiempo real, sin tener que andar moviendo aviones.
- En cierto modo, esto que comenta Alfredo, sería como transponer del lado de la medicina un simulador sobre el que trabajar con los datos biológicos de un paciente, hasta dar con lo que se esté buscando. Mientras el de verdad, el paciente que digo podría estar viendo la tele en casa o esquiando en Bariloche, ahora que allí está terminando la temporada de nieve y aquí aún no ha empezado.
- O sea, que podrían llamar y decirte: “Acabamos de curar a su doble digital. ¿Usted qué tal se encuentra?”
- Pues sí. Puede pasar. Y lo contrario. Que te cures tú y sigan con el doble, en la computadora, dale que dale.


Comentarios

Alfredo J Ramos

Angel Mosterín: ... «¡Cómo no te voy a querer, como no te voy a querer...!», que suelen cantar algunos blanquitos a unos cuantos metros de acá, Cinca y Segre mediante (las calles digo).
Esa foto (que ya conocía, aunque no el parentesco de HvL, hoy tan pertinente) creo que la incluimos en un número de «Ecología y Vida»; y por esas mismas fechas Joaquín Araújo la debió de publicar en su biografía de Félix Rodríguez de la Fuente.
Y claro que traté a tu hermano en Salvat, incluso fui editor de los dos libritos suyos que se publicaron en Temas Clave, con algunas buenas anécdotas de por medio.
Ademas de ese vínculo con Fauna, Jesús (como seguro que sabes) tuvo otras responsabilidades internacionales y llegó a laburar con cierta intensidad en un proyecto que el desembarco en Salvat de Hachette-Matra y, sobre todo, la Wikipedia acabaron frustrando.
Me acuerdo muy bien de ese artículo de "El país", tan valiente. Y también, entre otros, del que dedicó al oso Mitrofán, abatido ignominiosamente por el exMérito: puede que fuera la primera gran denuncia impresa de ciertas veleidades más bien vergonzantes del monarca.
El próximo día 4 le recordaremos. Aunque lo hago a menudo —y presumiendo, claro. Fue un hombre extraordinario. Y una de las personas más brillantes que he tratado.
En cuanto al peliagudo asunto de los gemelos digitales que tan juiciosa como astutamente abordas, no sé qué decirte, además de suscribir todo lo que le atribuyes al personaje que lleva mi nombre. Últimamente me sale muy a menudo al paso esa frase al parecer de MH que afirma que nadie puede salirse o saltar fuera de su sombra. A lo mejor, el avance en la comprensión de qué sean realmente la materia y energía oscuras nos permite licencias hasta ahora impensables.

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