Probablemente tengas razón en tu preferencia, Antonio. Lo cierto es que le he dado muchas vueltas a la miniatura, que incluso tuvo una versión inicial muy diferente y un buen montón de variantes. Se ve que este tipo de criaturas fantasmales son reacias a dejarse atrapar. Gracias por seguir el juego.
Bien visto. Y bien ilustrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, veloz amigo. Al final, el fantasma ha preferido aparecer con otra encarnadura. Aunque, eso sí, no deja de quejarse. Un abrazo.
ResponderEliminarTambién valdría. Ahora, para mi gusto, me quedo con la primera variante.
ResponderEliminarUn abrazo.
La silla acoge
ResponderEliminarla mitad de los ruidos
de la locura.
La servilleta
que dio a una prostituta
envuelve ecos.
Probablemente tengas razón en tu preferencia, Antonio. Lo cierto es que le he dado muchas vueltas a la miniatura, que incluso tuvo una versión inicial muy diferente y un buen montón de variantes. Se ve que este tipo de criaturas fantasmales son reacias a dejarse atrapar. Gracias por seguir el juego.
ResponderEliminarSugerentes tus haikus, Pedro. Veo que sigues sobre todo el rastro pictórico (si no te interpreto mal). Me alegra verte por acá.
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