Devana sombra en su telar la noche
y el viajero avanza entre la niebla.
Las cosas mueren sus pequeñas muertes
y el viajero avanza entre la niebla.
Las cosas mueren sus pequeñas muertes
bajo el silencio de la luz. El mundo
huele a tormenta y a desván cerrado.
Cierro la puerta. Tomo el libro. Leo.
Por las palabras cada objeto tiene
la doble vida de su ser sin cuerpo,
grutas que el aire esculpe en la memoria.
La noche, ahí fuera, es resbaladiza.
Dentro se escucha una respiración.
De vanas sombras, de deseos locos,
se llena el día.
huele a tormenta y a desván cerrado.
Cierro la puerta. Tomo el libro. Leo.
Por las palabras cada objeto tiene
la doble vida de su ser sin cuerpo,
grutas que el aire esculpe en la memoria.
La noche, ahí fuera, es resbaladiza.
Dentro se escucha una respiración.
De vanas sombras, de deseos locos,
se llena el día.
Sigue, viajero,
no te detengas.
Y mantén la calma.
Lápida de la tumba de W. B. Yeats en el cementerio de Drumcliffe,
condado de Sligo (Irlanda).
Foto AJR
condado de Sligo (Irlanda).
Foto AJR
Maravilloso poema, Alfredo (soneto en verso blanco, hábilmente camuflado en su estructura), en el que Yeats respira. Tanto los primeros versos como el final, a mi juicio, para enmarcar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maeztro...
ResponderEliminarDisfruto leyendo todo lo que escribe, en prosa o verso, por lo que dice y por lo que deja a la interpretación del lector...
Un abrazo,
Lily
Emocionante recuerdo a Yeats en esta noche de Todos los Santos. Gracias por el hermoso poema.
ResponderEliminarPrecioso poema, Alfredo. Me ha gustado mucho, especialmente, ese "...el mundo/huele a tormenta y a desván cerrado".
ResponderEliminarEnhorabuena, y gracias por compartirlo.
Abrazo.
Inspirador y precioso poema, Alfredo
ResponderEliminar...pude ver un dragónet (Salamanquesa) en la grieta de la aurora con sus patitas de fría goma.
Un abrazo
Me quedo con el final:
ResponderEliminarSigue, viajero,
no te detengas. Y mantén la calma.
Amén.
"Por las palabras cada objeto tiene
ResponderEliminarla doble vida de su ser sin cuerpo"
¡Qué bello homenaje!
Difícil mirar friamente la muerte, y casi más todavía la vida (la vivida, la por vivir). Sólo queda seguir, como dices, entre la niebla. ¿Alguna receta para mantener la calma?
ResponderEliminarGracias, amig@s, por vuestra generosa lectura. Como veo además que cada un@ subrayáis distintas partes del poema, la lectura conjunta arroja un saldo verdaderamente gratificante. Sois muy amables. Abrazos.
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarY "la noche, ahí fuera, es resbaladiza", aún más.
Un abrazo, gracias por el regalo de traerlo.
Gracia a ti Virgi, por la lectura, por el adjetivo y por el subrayado. Besos.
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