miércoles, 13 de mayo de 2009

Tributo a Antonio Vega


Este chico, al que en los últimos años la muerte se le transparentaba en la cara, tenía un corazón capaz de desterrar la evidencia de esa sombra que finalmente le ha vencido. ¿Vencido? Antonio Vega, como todo verdadero artista, es sus obras, y seguirá latiendo en ellas gracias a la capacidad de crear emociones duraderas y extensas que sólo algunas sensibilidades poseen. 

Creo que en breve va a aparecer un libro con su obra poética (las letras de sus canciones y quizás otros textos). Nos permitirá comprobar (aunque ya lo sabemos) que era también un excelente dibujante de palabras, un explorador de mundos.

Entre las canciones que más me gustan de un muchacho triste al que los de la generación nacida en los 50 hemos visto ir envejeciendo en nuestro propio espejo, ésta es mi favorita. La enciendo como tributo al artista. 
Descanse en paz.



(Otra versión, de mayor calidad, pero quizás no tan emotiva, aquí)

Procedencia de la fotografía: videoartecanarias

martes, 5 de mayo de 2009

(Casi) Todo lo que sé de euskera

Colegio San Agustín en Salamanca.

No sé bien por qué pero hoy el cuerpo me pide marcarme un aurresku, ya saben, esa elegante danza vasca que se utiliza para dar bienvenidas, agasajar personas y honrar efemérides. Pero tengo un pequeño problema: el aurresku no es mi fuerte. Y, además, en la posada andamos un poco cortos de txistus.  

Así que tirando de ese impulso, sin entrar en política pero sin salir del arte y el folclore, me he puesto a mirar para atrás y he recordado la venturosa tarde de aquel día remoto en que el padre Ignacio Berasátegui (OSA), también conocido como Père Ignace o Padre Fa#, decidió enseñarnos a sus alumnos de francés y música, en el colegio-seminario de San Agustín de Salamanca, una dulce canción popular de su amada tierra vasca (guipuzcoana en concreto, si no recuerdo mal): Maritxu nora zoaz («¿Dónde vas, Maritxu?»).

Nos hizo aprender las diversas estrofas de la canción en euskera, nos enseñó a cantarla a coro y de forma solista (o a dúo), y llegamos a convertirla en algo así como el himno gamberro de la clase; una jerga secreta sobre cuyo preciso contenido lo ignorábamos casi todo, pero que nos servía como contraseña para reconocernos y cobijarnos en el calor y la complicidad de un grupo.  

Recuerdo que el padre Ignacio, con sonrisa mitad complacida mitad socarrona, nos aclaró la posible picardía que esconde la letra, un diálogo entre dos jóvenes que se encuentran camino de una fuente y cuyas palabras, como suele ocurrir en muchas de estas letrillas populares, están llenas de dobles sentidos. A nosotros nos parecía que la sal gorda seguramente se ocultaba en alguna de aquellos raros vocablos que pronunciábamos remarcando bien el sonido “tx” como “ch”, lo que daba lugar a evidentes sugerencias. Debía de ser, más o menos, el año 1966. 

Quizás aquel colegio de los agustinos, que aún mantiene su apariencia escurialense a la salida de la ciudad salmantina (por entonces hacía furor el eslogan de “la Roma chica”), fuera uno de los pocos lugares del país en el que esta inocente tonada podía cantarse en completa libertad (y, claro está, en absoluta ignorancia… o casi). 

He podido localizar en Youtube una versión de Maritxu interpretada por Urko (desconozco a quién corresponde la hermosa voz femenina que lo acompaña; se agradece información). La dejo aquí, con el firme deseo de que lo que hoy parece que se inicia, a estas mismas horas, en el País Vasco pueda ser, por fin, un camino para que acabe definitivamente lo que todos sabemos. Ainsi soit-il (como diría también père Ignace en su otra faceta). 


MARITXU NORA ZOAZ
Maritxu nora zoaz eder galant ori? 
iturrira Bartolo nai badezu etorri.
Iturrian zer dago?
Ardotxo txuria,
biok edango degu nai degun guztia.

Maritxu, zuregana biltzen naizenian,
poza nabaitzen det nere barrenian.
Bartolo, nik ere det atsegiñ artutzen,
urbilla nuanian banazu laguntzen. 
Maritxu, baldin asmo badezu ezkontzia, 
lendabiziko nitzaz oroitu zaitia.
Zure mende jartzen naiz denbora guziko, 
Bartolorekin gaizki etzera biziko.*

¿dónde Vas, MARITXU?  
 ¿Dónde vas, Maritxu, tan elegante? / Voy a la fuente, Bartolo, ven si quieres. / ¿Qué hay en la fuente? / Vino blanco, / beberemos los dos tanto como queramos. // Maritxu, cuando estoy contigo / me siento feliz. // Bartolo, a mí también me agrada / que me acompañe// Maritxu, si tienes intención de casarte, / piensa primero en mí. // Siempre estaré a tu disposición, / con Bartolo no vivirás mal.
 *La última estrofa no corresponde a la versión cantada por Urko y su acompañante; la canción es muy popular en Euskadi y tiene múltiples versiones. Incluso aparece mencionada en alguna novela de Baroja.
(He tomado las letras  de www.bustovega.com, página de Javier Busto Sagrado)

viernes, 1 de mayo de 2009

Documentos para la historia de Valdediós



Leyendo en el interesante blog de Jordi Doce un comentario sobre una lectura de sus poemas en el monasterio asturiano de Valdediós, sentí curiosidad por el lugar (que sólo conocía por referencias escolares) y salí derecho hacia Google. No tuve que buscar mucho. La primera de las respuestas del buscador me puso frente a un archivo (82 páginas en formato jpg) titulado «Documentos para la historia de Valdediós» y fechado el 23 de febrero pasado (2009). 

Si bien en principio me pareció un aburrido asunto clerical,  la historia enhebrada por la colección de textos informativos, cartas (la mayor parte) y crónicas allí contenida no tardó en seducirme, hasta obligarme a buscar el rincón más cómodo de la posada (el que da hacia los fiordos del Noroeste) y sentarme a leer (y releer) de modo ordenado para saber en qué quedaba la complicada trama que se iba abriendo paso. Cuando me quise dar cuenta, llevaba varias horas avanzando por aquellos documentos (escritos en varios idiomas), cotejando datos, anotando nombres, procurando entender este o aquel extremo, absorto, en fin, en una lectura tan apasionante como la de El nombre de la rosa. Y con el añadido (periodístico) de que se trata de algo de “palpitante actualidad” (el tema ha tenido cierta repercusión en la prensa asturiana), si bien reducido al escaso eco que los asuntos de natural silencioso suelen alcanzar en nuestra ruidosa realidad hipermediática.
Como apuntaba en un comentario que dejé en el blog citado, lo que el curioso o el interesado encontrará en estas páginas es una crónica vivaz y minuciosa de los recientes cambios en la situación monástica de Valdediós, donde la parca comunidad cisterciense que regentaba el lugar desde su recuperación en 1992 ha sido sustituida por miembros de otra orden religiosa (la comunidad de San Juan).  
El relato está ordenado y dispuesto por quien fue el impulsor de la recuperación del lugar y su prior hasta el pasado febrero, el monje cisterciense Jorge Gibert. No hay que ser Guillermo de Baskerville (ni mucho menos Sean Connery) para deducir que probablemente el antiguo prior haya colgado este documento en la red para dejar constancia de lo que –a  la luz de su visión de los hechos– no cabe por menos que considerar una injusticia. Silenciosa, sí, pero no por ello menos injusta.
Y no diré más. Quien tenga interés puede atravesar la puerta de la clausura pulsando sobre este eslogan apocalíptico tan apropiado al caso: ecce sto ad ostium et pulso*

*«Estoy ante la puerta y llamo.»
Imagen: Sello conmemorativo de los 800 años del Císter en Valdediós.  www.valdedios.org

jueves, 23 de abril de 2009

Para seguir leyendo a Cervantes


Viendo anoche cómo Andrés Iniesta (de fútbol hablo) dirigía inspirado otra función soberbia de jogo bonito, y mientras observaba los primeros planos de su humanísimo y despejado rostro en la minúscula tele de la posada, me dio por pensar en el éxito que en tierras manchegas han tenido los hipotéticos genes de los rasgos físicos faciales atribuibles a Sancho Panza, al menos en lo que a personajes de relieve se refiere. Además del propio Iniesta, ahí están Pedro Almodóvar o incluso el ex presidente José Bono como ejemplos preclaros de mancheguía claramente alineables en ese bando del otro héroe cervantino.  También podría añadirse al emergente cómico Joaquín Reyes, aunque sus extraordinarias habilidades camaleónicas hacen difícil apresarlo en una sola madriguera. La nómina sin duda podría extenderse.

Más arriesgado, en una primera reflexión, me parece encontrar la también hipotética herencia de don Quijote en los rasgos físicos de celebridades oriundas de la región castellano-manchega. Aunque encuentro que los casos de Antonio López García (el pintor) y del escritor Francisco Nieva tal vez pudieran aducirse sin muchos reparos. Incontestable juzgo el perfil quijotesco del gran dramaturgo, aunque alcarreño, don Antonio Buero Vallejo, que en paz descanse.

Sólo después de andar un buen rato enredado en estas peregrinas reflexiones (que en todo caso y como a la pata la llana me sirven para homenajear a algunos de mis mediocompatriotas más distinguidos) caigo en la cuenta de que hoy, 23 de abril, es el día cervantino por antonomasia. De una forma u otra, felizmente nunca podremos librarnos de la herencia del genio de Cervantes. Su vasta y acogedora sombra se proyecta sobre todos y cada uno de los rincones de ese lugar imaginario llamado realidad.

Procedencia de la imagen: media.photobucket.com  © 2009 photobucket inc

viernes, 17 de abril de 2009

Bacon con queso



Probablemente sea un dato ampliamente conocido, pero yo acabo de enterarme mientras veía la exposición de Francis Bacon en El Prado (o mejor dicho, el vídeo* de una de las entrevistas que le hizo David Sylvester que se exhibe en ella). Y estoy sorprendido e incluso estupefacto.
Resulta que el pintor británico, que debe buena parte si no de su fama artística sí de su popularidad a los numerosos estudios o versiones que hizo del Retrato de Inocencio X de Velázquez, ¡nunca llegó a ver directamente el cuadro original! Éste, como es sabido, se encuentra en la Galería Doria Pamphilj, de Roma, y pese a que Bacon residió hasta durante dos meses seguidos en esta ciudad, no se «atrevió» a enfrentarse cara a cara con él. Todas sus interpretaciones de la obra se basan, por tanto, en reproducciones contempladas en libros, postales o revistas. De hecho, como se explica en la exposición, cuando hizo la primera representación sólo conocía la imagen del cuadro de Velázquez en blanco negro…
No sé si de este dato (suponiendo que no sea una “broma” del artista) se puede extraer alguna conclusión interesante. Pero la verdad es que a mí me ha producido por un momento la sensación de que Bacon, además de atreverse a retratar la condición humana en todo su despojo, poseía un muy oscuro sentido del humor.
Por lo demás, la exposición (que ya está en sus últimos días) es toda una experiencia. Quizás vuelva sobre ella y sobre el artista en otra ocasión.

* Parte de la entrevista de Sylvester (aunque sin los subtítulos con los que se exhibe en El Prado) puede verse aquí.
Francis Bacon: Estudio del retrato del Papa Inocencio X de Velázquez, 1953. Óleo sobre tela, 153 x 118,1 cm. Des Moines Art Center. Iowa, Estados Unidos.

jueves, 2 de abril de 2009

Poveda cantando a Gil de Biedma

Ahora que la semana santa ya es inevitable me parece que es momento oportuno para sacar a pasear algunas imágenes laicas (aunque no exentas de cierto sentimiento religioso), y mejor si componen, como es el caso, una escena que aúna devociones diversas.

La voz y el sentimiento de Miguel Poveda, un Camarón payo que no cesa de crecer, y el decir claro y hondo de Jaime Gil de Biedma (sobre el que en estos días se rueda una película biográfica que parece toda una amenaza) se alían en esta breve pieza soberbia, intensa, cierta, desoladora y, en definitiva, capaz de proporcionarnos un valeroso ejercicio de lucidez en tiempos de meditación. 

El piano de Gustavo Llull subraya la emoción. Y ese dedo que Miguel alza en primer plano hacia el final apunta hacia un cielo cargado de sospechas. Supongo que por mera asociación de imágenes, me trae a la memoria el gesto aquel del galileo pidiendo cuentas a su padre cruel en el trance del huerto. Viejas y acaso algo peregrinas sugestiones de la historia sagrada, supongo.


En la corte del Rey Escarlata

Pocas canciones me trasladan de una forma tan poderosa a cierta época de mi juventud como este Epitaph de King Crimson. Siempre que vuelvo a escucharlo, oigo la esbelta voz de Ramiro, un amigo de entonces, cantando con mucho entusiasmo por los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid, mientras paséabamos en busca de un poco de diversión. Debajo dejo la letra original.


The wall on which the prophets wrote
Is cracking at the seams.
Upon the instruments of death
The sunlight brightly gleams.
When every man is torn apart
With nightmares and with dreams,
Will no one lay the laurel wreath
As silence drowns the screams.

Confusion will be my epitaph.
As I crawl a cracked and broken path
If we make it we can all sit back
and laugh.
But I fear tomorrow I'll be crying,
Yes I fear tomorrow I'll be crying.

Between the iron gates of fate,
The seeds of time were sown,
And watered by the deeds of those
Who know and who are known;
Knowledge is a deadly friend
When no one sets the rules.
The fate of all mankind I see
Is in the hands of fools.

Confusion will be my epitaph...