viernes, 22 de abril de 2016

Voces no sono

Santiago de Cerreda, Ourense. Foto de Ana.


Ás veces veñen voces
e fálanme no sono
como si non soubesen
co seu tempo pasou.
A súa musiquiña
soa como si fose
un aire cheo de maxia
que se achega ata min.
Non saben que están mortas
nin que eu durmo. É así
como quizais me falan
as xentes que viviron
no mismo sangue meu.

Os días de esas noites
teño visto, ó redor
das horas máis valeiras,
algúns raios de luz.
E, remuiñando niles,
miúdas criaturas
de po que se esvaecen
si achego a miña man.

Serán eses os átomos
de aqueles brancos corpos
de roxiños cabelos
e paseniño andar
que se sabían ramos
das árbores da vida
e non dan esquecido
cun día foron ollos
e aínda queren ver
qué vai sendo das cousas
camiño do solpor.

Ás veces veñen voces
que me falan en soños
e fan co tempo un nó.




4 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

Qué bien fluye, Alfredo, este poema en gallego. Seguro que Rosalía o Celso Emilio, pongo por caso, lo habrían aplaudido. Esas voces que nos llegan en sueños... tan cercanas.

Un abrazo.

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Antonio. Hiperbólica suposición la tuya, sin duda la inspira el afecto. No me acaba de resultar sencillo utilizar esta otra lengua madre por dificultades con el registro escrito, cuyas normas a veces no conozco bien, y me surgen muchas dudas acerca de cuál es lo adecuado. Pero me esfuerzo en ello, porque es así como me surgen las palabras. Y en ocasiones tiene alguna ventajas, como esa distinción entre el sueño físico (sono) y el acto onírico (soño). Un abrazo cómplice en este día de aniversarios coincidentes.

Frik dijo...

La foto es de Castrosil, el verdadero nombre romano del pueblo.

Alfredo J Ramos dijo...

Bienvenido a la Posada, amigo o amiga Frik. Me parece que mezclas la historia con la ficción. Aunque, quién sabe: según lo que vamos viendo, no podemos descartar nada. Tal vez algún día haya sorpresas con las investigaciones que pudieran hacerse por la zona que llaman Pé de home y en algún otro rincón próxima al Sil, donde sí parece haber indicios consistentes de la existencia de algún castro. Y hay leyendas llegadas hasta nuestros días que parecen sugerir incluso un pasado vinculado a viejos ritos ofiúsicos. Algunas hipótesis sostienen que el cercano pueblo de Villar podría deber su nombre a una villa romana. Saludos.