viernes, 6 de febrero de 2015

«TeleGoya, dígame»


La paradójica intensidad vital de las últimas semanas apenas me deja tiempo para poder cumplir con uno de los pocos ritos (acaso el único) que mantengo en este blog desde sus orígenes: apostar en la quiniela de los Goya. Aunque sea a vuelatecla y aprovechando las huellas de las entregas precedentes, aquí esta mi boleto para una edición que, a mi entender, tiene un resumen bastante claro: este fue el año en que conocimos la isla mínima, tan enorme.

☻ Goya de honor: Antonio Banderas. Si bien no logro recordar cuál fue su último buen trabajo como actor, me parece que la decisión de la Academia tiene suficiente base en la que apoyarse. La elección, además, supone rejuvenecer mucho este premio honorífico a toda una carrera: Banderas, a sus 54 años, no sólo será el más joven en recibirlo sino que, si se exceptúa al productor Emiliano Piedra (que lo ganó en 1991, con 59 años), es el único que lo logra con menos de 70 años.


☻ Mejor película: La isla mínima.  Aunque aún no he visto Magical Girl, su posible rival entre las cinco candidatas, cualquier otro resultado en esta categoría seria una gran sorpresa. El filme producido por Antena 3, Atípica y Sacromonte es una mezcla perfecta de cine de género (negro) y estética minimalista puesta al servicio de una historia con mayor calado del que en general se le ha atribuido. A mí me parece una obra llamada a durar mucho tiempo en la memoria de los espectadores, lo cual en tiempos velofugaces e hipericónicos como estos es un gran mérito. A su lado, y aunque su producción sea también excelente, El Niño se queda en un trepidante pero algo insulso ejercicio de estilo, mientras que Loreak y Relatos salvajes, por motivos diferentes, juegan en otras divisiones.


☻ Mejor dirección: Alberto Rodríguez, por La isla mínima. Tras películas interesantes como 7 vírgenes (2005) y Grupo 7 (2012), esta obra supone un salto cualitativos en la carrera del director sevillano, que sigue sin salir del ámbito andaluz a la hora elegir el escenario para sus historias. Lo cierto es que el paisaje de las marismas del Guadalquivir, con su prodigioso laberinto de espejos capaces de reflejar toda la soledad del mundo, es uno de los grandes aciertos de una película que resulta hipnótica desde sus primeras imágenes.


☻ Mejor actriz protagonista: Bárbara Lennie, por Magical Girl. Es una apuesta que hago sin mucho conocimiento de causa  (por lo ya dicho), pero con todo el entusiasmo, La Lennie es, a mi entender, la actriz más dotada de su generación, y tiene a sus espaldas, además de un trabajo teatral impresionante y una valiosa presencia televisiva (allí la descubrí), una docena de papeles cinematográficos que merecen revisión. También opta al premio de actriz de reparto, por su correcto papel en El Niño, lo que sin duda refuerza sus posibilidades en este premio mayor.  

☻ Mejor actor protagonista: Javier Gutiérrez, por La isla mínima. Esa misma mañana oía en la radio comparar al actor asturiano con Alfredo Landa, por su habilidad para desenvolverse con igual soltura en un registro cómico o dramático (incluso trágico). Creo que es verdad: la intensidad con que en esta obra da cuerpo al poli «franquista» (y el adjetivo incluye un matiz de retrato o caricatura mejorada del dictador) sirve para completar la imagen de actor todoterreno que ya teníamos de él, elevándola a una cota de maestría interpretativa sólo al alcance de los grandes. Además, el contrapunto de Raúl Arévalo, en otro gran papel, le brinda la ocasión de rayar aún a mayor altura. Como ya ha hecho en premios precedentes (los Forqué, por ejemplo), seguro que, al recoger este su casi seguro primer goya, Javier Gutiérrez  tendrá bien presente a su compañero Arévalo, que ya ganó la estatuilla al mejor actor de reparto en 2009 (por Gordas). Además de este último, otro «damnificado» será Ricardo Darín, pese a su gran pequeño papel de ciudadano explosivamente cabreado en Relatos salvajes. Y también el cuarto en (escasa) discordia: Luis Bermejo, que al parecer borda su interpretación en Magical Girl.   

☻ Mejor guion original: Rafael Cobos y Alberto Rodríguez, por La isla mínima. Tal como ha contado el propio Rodríguez, a la hora de escribir con su coguionista habitual la historia de la película partió de las evocaciones cinéfilas que el paisaje marismeño le sugería, hasta tramar una historia que, en mi opinión, debe también mucho a la crónica de sucesos de los años ochenta. Y en concreto, al crimen de las niñas de Alcácer, caso tan terrible como vidriosamente rocambolesco y nunca resuelto. La película lo evoca visual y emocionalmente, aunque no se diga de forma expresa, Y, sobre todo, lo toma como síntoma del clima moral de la España de la Transición, además de como posible fondo fangoso en el que hunden sus raíces, y sus coartadas, las corrupciones impunes de nuestros días. Ya dejé un apunte al respecto en este blog.


Mejor guion adaptado: Ignacio Vilar y Carlos Asorey, por A esmorga. Otra apuesta azarosa, pues aún no he tenido la posibilidad de ver esta nueva adaptación de la gran novela de Eduardo Blanco Amor. Confío en que esté más lograda que aquella Parranda (1977) de Gonzalo Suárez, no carente de méritos (el principal, la osadía) pero muy lejos de la atmósfera original. La presencia de Karra Elejalde al frente del reparto parece una garantía.

☻ Mejor actriz de reparto: Carmen Machi, por Ocho apellidos vascos. El gran éxito económico de la temporada es una comedia llena de chaskarrillos y de situaciones divertidas, con el tipismo de los tópicos raciales como principal excusa. El éxito ha sido de tal calibre, que ya tiene hasta secuelas teatrales. El trabajo de la Machi no es, ni de lejos, lo mejor de la película. Y mucho menos de su carrera de gran actriz. Pero apuesto por ella.

Mejor actor de reparto: José Sacristán, por Magical Girl. Otra tirada de ruleta, aunque algo trucada por algún soplo cualificado, amén de por la categoría del nominado. Sería difícil de entender que el gran «Cara de acelga» no se llevara el goya en esta categoría, a la que, año tras año (van tres consecutivos), optan Antonio de la Torre y otros tres actores.

Mejor actriz revelación: Yolanda Ramos, por Carmina y amén. Un excelente primer trabajo en una película menor pero de mucho mérito. Paco León volvió a sacar de la naturalidad interpretativa de su madre una segunda parte llena de hallazgos y en la mejor línea de cierto «tremendismo» hispano. Yolanda Ramos no desmerece en ella.

Mejor actor revelación: Jesús Castro, por El Niño. De enorme puede calificarse la fotogenia de este actor debutante que, además de su papel protagonista en la película de Monzón, también tiene una aparición meritoria en La isla mínima. La decisión del premio tendrá un plus de morbo, dado que uno de los candidatos es el presentador de la gala, el muy simpático Dani Rovira.  

☻ Mejor dirección novel: Carlos Marques-Marcet,   por 10.000 km. A diferencia de otros años, en los que esta era una categoría con una clara favorita, este año tengo la impresión de que va a estar muy disputada. Incluso podría darse la circunstancia (creo que inédita en los Goya) de que ganara una película documental: Paco de Lucía: la búsqueda, dirigida por Curro Sánchez Varela, hijo del guitarrista. 

Y en el resto de categorías (casi todas a golpe de ruleta):

Mejor música original: Roque Baños, por El Niño.
Mejor canción original: «Niño sin miedo», de El Niño (canta India Martínez; autores: Martínez-Rivera-Santiesteban).
Mejor dirección de producción: Manuela Ocón, por La isla mínima.
Mejor dirección de fotografía: Álex Catalán, por La isla mínima
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Mejor montaje: Mapa Pastor, por El Niño.
Mejor maquillaje y/o peluquería: el equipo de Musarañas.
Mejor dirección artística: Pepe Domínguez, por La isla mínima.
Mejor diseño de vestuario: Mercedes Rodríguez, por Por un puñado de besos.
Mejores efectos especiales: Antonio Molina y Ferran Piquer, por Torrente 5, Operación Eurovegas.
Mejor sonido: el equipo de Autómata.
Mejor película de animación: Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, de Javier Fesser.
Mejor película documental: Paco de Lucía: la búsqueda, dirigida por Curro Sánchez Varela.
Mejor película iberoamericana: Relatos salvajesde Daniel Szifron.
Mejor película europea: Ida, de Pawel Pawlikowski. Para mi gusto, la gran revelación internacional del año.
Mejor corto de ficción: Safari, de Gerardo Herrero Pereda.
Mejor corto documental: El último abrazo, de Sergi Pitarch Garrido.
Mejor corto de animación: A Lifestory, de Nacho Rodríguez.


Aciertos.



10 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

Pues, un año más, estaremos atentos al resultado de la quiniela. Mucha suerte. Y ya sabes: lo importante es participar (dicho sea con un guiño cómplice).

Un abrazo.

Navajo dijo...

Es de agradecer que la Posada mantenga la vieja costumbre de la ruleta goyesca, que con su continuidad ofrece una cierta estabilidad en estos azarosos tiempos en los que todo parece mudar. Y además es divertido apostar. Como suele ser habitual, tus pronósticos parecen bastante ajustados, aunque echo de menos alguna mención para Magical Girl, aparte de sus indiscutibles Lennie y Sacristán; tal vez el oscuro guión, quizá más complejo que el de La isla mínima, película cuyo principal mérito radica más en la sobresaliente puesta en escena de Gutiérrez y la densidad que las imágenes otorgan a la historia, que en la historia en sí misma. Coincido en que la Machi tiene todas las papeletas (por aquello del peso de la fama), aunque su trabajo no deja de ser bastante rutinario, especialmente por la escasa entidad del papel que hace imposible darle brillo. En justicia, el premio debería ser para Goya Toledo (Marsella), una señora que sin grandes alharacas (y a pesar del sambenito de “chica mona”) tiene a sus espaldas algunos trabajos notables (Amores perros, La caja 507, Los años desnudos). Esta noche saldremos de dudas.

Luisa Arellano dijo...

Esta mañana recordé de repente tu quiniela de los Goya y me he venido corre que te corre para ver si seguías con la costumbre... Ya veo que la sigues, pero que además casi la consigues porque la tienes abarrotada de aciertos. ¡Enhorabuena!

Siempre es un placer volver por tu posada, Alfredo.

Te dejo un abrazo enorme.

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Antonio. Y, en efecto, la participación (el juego) es lo importante. Aunque no ha salido mal la tirada. Un abrazo.

Alfredo J Ramos dijo...

Pues ya ves, Navajo, al final Sacristán se quedó sin su goya, que se fue para el también gran Karra Elejalde, muy divertido en su papel de vasco-vasco, aunque lejos de otras interpretaciones suyas recientes (sin duda, por el registro de los personajes). No estoy muy de acuerdo sobre la supuesta flojedad del guion de La isla mínima, aunque como desconozco las complejidades de Magical Girl, no puedo valorar tu comentario, que seguro que tiene su fundamento. Y en cuanto a lo de Goya Toledo, es verdad lo que dices: a veces el encasillamiento condena a algunos actores a cierta invisibilidad en todo lo que no sea lo que tópicamente se espera de ellos. No he visto Marsellesa, pero sí los otros títulos que citas, y comparto tu opinión (en algún caso tendría que refrescar mi memoria). Por lo demás, la gala me gustó y ni siquiera se me hizo larga (aunque lo fue). Me pareció que la defensa del cine español se planteó con gran dignidad y contundencia, con ese reivindicativo "Resistiré" (el mismo que sonaba al final de Átame), que tuvo su punto emotivo, y sin recurrir a fáciles consignas ni werthulerías, aunque Almodóvar no se privó. También disfruté con el discurso de Antonio Banderas, que me pareció mucho más que meramente protocolario. A Dani Rovira tal vez le sobró alguna ristra de chistes, pero supo mantener un buen nivel. En fin, no sé que te pareció el show. A lo mejor se te ocurre contar algo en la Reserva. Un abrazo.

Alfredo J Ramos dijo...

Ya sabes, Luisa, que siempre eres bienvenida a la Posada. Celebro que recuerdes estos ritos. El cine me sigue apasionando, y a falta de poder hacer los comentarios que me gustaría a lo largo el año, esta es la forma de dejar algún rastro sobre la cosecha de cada temporada. Es verdad que ha habido bastante fortuna en la apuesta, pero hay que reconocer que este era uno de los años más fáciles. Un gran beso, amiga.

Navajo dijo...

Alfredo, veo que no me he explicado bien. No creo que “La isla mínima” tenga un guión endeble, al contrario: es un guión sólido, muy bien estructurado y graduado, complejo en la progresión de sus diversas subtramas y los lazos profundos que las ligan entre sí, y en los apuntes que elevan la narración por encima de la mera historia de género. Con un guión así, casi cualquier realizador podría hacer una película notable. Lo que quería decir es que, a pesar de prestar al filme una estructura narrativa admirable, no es el guión lo más destacable de “La isla mínima”, lo que la hace magistral, sino la forma como Gutiérrez ha transformado en imágenes esa historia (además de todo el conjunto de bondades que confluyen en ella: fotografía, música, interpretaciones…). En otras palabras: el guión es bueno, la película admirable.
Tampoco puedo afirmar que el guión de “Magical girl” sea mejor (¿cómo se puede determinar eso?); creo que Carlos Vermut ha hecho un guión más libre, menos previsible, con una progresión dramática que no es lineal como “La isla…” (y la linealidad no es mala en sí misma, todo el cine clásico es lineal) sino circular, laberíntica, oscura (en un sentido diferente a la oscuridad, digamos social, de “La isla…”). Vaya, cómo me enrollo. Quizá lo que quiero decir es que no es del todo lógico que una película como “Magical girl” se haya ido un poco de vacío.
Aprovecho para prevenirte sobre “Marsella”, a la que me refería en mi comentario anterior; no te molestes en verla: la Toledo está correcta, sí, pero la película es un trullo importante.

Alfredo J Ramos dijo...

Comprendido, Josemaría, me queda clara tu opinión, y la comparto. Me parece que donde escribes Gutiérrez (que es el apellido del actor) quieres escribir Rodríguez (el dire), de ahí que me pareciera que tu comentario cargaba las tintas sobre el trabajo actoral (que en verdad es sobresaliente) dejando algo deslucidas las responsabilidades del director y guionista. Pero ya veo que es todo lo contrario. Gracias, además, por el aviso: «¡Atención, truño!». No están los tiempos como para gastar pólvora en salvas. Y menos en petardos.

Alfredo J Ramos dijo...

Ah, y en cuanto al «truño», para no ir al «trullo» (sin duda variante de aquella "Cárcel de papel" de La Codorniz), donde escribí Marsellesa debí poner Marsella, como bien apuntas. Creo que la confusón, además de al obvio parecido de las palabras, se debió a que acababa de leer que la gala comenzó con los actores haciendo del Resistiré una especie de Marsellesa contestataria. Vale.

Navajo dijo...

Gutiérrez, Rodríguez; truño, trullo; Marsellesa, Marsella; Girl mínima y Magical isla: vaya ensalada. Será cosa de tomarse una copa de Lagavulin, por ponerse exótico, y dejar que las neuronas se remansen.